La creación de empleo ha regresado en febrero a Navarra. De la mano de la estacionalidad de todos los años y falta por ver si de una ligera aceleración del crecimiento general, como ya parece apreciarse en el conjunto de España, la Comunidad Foral cerró el segundo mes del año con 1.218 nuevos cotizantes a la Seguridad Social, que elevan el número total hasta los 298.708.

No bastan estos datos, sin embargo, para reducir el número total de desempleados, que creció en febrero de forma leve, en 366 personas, hasta las 32.364 personas desempleadas. Un dato negativo, pero “no muy malo”, tal y como destacaba la Cámara de Navarra, teniendo en cuenta que "los primeros meses del año no suelen ser positivos para el empleo" y que este incremento "es inferior al de febrero de los dos años anteriores".

Navarra encara por tanto ahora un periodo (marzo-septiembre) que prácticamente todos los años deja incrementos netos en los niveles de ocupación. Y lo hace con 4.227 ocupados más que hace un año y en unos niveles que no se alcanzaron ni durante el boom inmobiliario de la primera década del siglo. 

Porque febrero suele ser un mes muy incierto para el mercado de trabajo y el paro. En años de gran dinamismo, el paro baja hasta bien entrado el otoño y vuelve a hacerlo ya desde el segundo mes del año. Cuando la economía pierde fuelle, Navarra deja casi siempre seis meses buenos y otros seis no tanto, como está sucediendo entre 2022 y 2023.

El dato de este año, sin embargo, sorprende quizá para bien. Y apunta asimismo a un marzo que dejará ya un descenso claro en el desempleo, una vez que la industria agroalimentaria acelere con las campañas primaverales y la hostelería comience a preparar el verano.

La creación de empleo, además, parece estabilizarse, tras haber perdido fuelle en los meses anteriores. Como si el mercado de trabajo, al que no ayuda ni la subida de precios ni el incremento en los costes de financiación, que reduce la capacidad de gasto de familias y empresas, quisiera recobrar de nuevo dinamismo. El dato en toda España fue especialmente bueno y el de Navarra muestra que se estaría frenando el deterioro interanual. 

Navarra crea empleo en estos momentos a un ritmo del 1,4%, por debajo de la media española, pero por encima de las comunidades más próximas. El buen comportamiento de las islas, en plena recuperación turística tras los últimos coletazos de la pandemia, y el dinamismo de Madrid, la Comunidad Valenciana, Catalunya y la costa andaluza dejan el dato español en un 2,4%.

Son crecimientos en línea o incluso por encima del avance del PIB, por lo que se confirmaría la progresiva transformación del mercado de trabajo, más resistente que hace unos años ante las incertidumbres económicas. Ni las subidas del salario mínimo lo han golpeado hasta el momento ni la reforma laboral parece haber frenado la contratación. Navarra mejora en todo caso los datos de Aragón, la Comunidad Autónoma Vasca y La Rioja, así como del resto de comunidades del norte de España, donde el envejecimiento galopante limita el crecimiento. 

El dato del empleo vuelve a ahondar en la paradoja que marca el mercado de trabajo. Sube el paro, pero persistente las dificultades de numerosas empresas para encontrar trabajadores cualificados. No hay una sola explicación para ello, pero sí una conjunción de factores que ayuda a explicarlo. Quizá el más importante es la disociación entre lo que piden las empresas y lo que ofrecen los desempleados. “Un 70% de los desempleados tiene únicamente formación básica”, recuerda Txerra García de Eulate, director del Observatorio de la Realidad Social. 

Una herencia derivada todavía en parte del estallido de la burbuja inmobiliaria, que redujo el volumen de empleo de la construcción desde los 33.000 empleos de 2008 a los menos de 20.000 con los que cuenta en la realidad. Una parte de los que salieron entonces nunca han regresado al mercado de trabajo y “cuanto más tiempo pasa una persona en desempleo más difícil tiene regresar al mercado de trabajo”, dice García de Eulate. De hecho, Navarra tiene 12.200 parados de larga duración, de los que 7.500 llevan ya dos años sin trabajar

El desempleo afecta además en mayor medida a las mujeres. En el segundo mes del año, seis de cada diez personas registradas como paradas en Navarra son mujeres (el 60,4%, 19.554) frente al 39,6% de hombres (12.810).

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La contrataciön ha mantenido su dinamismo, adaptado eso sí la la nueva normativa. En febrero se firmaron19.520 contratos, un 17,3% menos que en enero (4.077 contratos menos). En términos anuales se ha producido un descenso del -19,8% respecto al mes de febrero de 2022; se trata de una caída de 4.804 contratos. Este descenso es lógico si se tiene en cuenta el histórico incremento de la contratación indefinida desde la implantación de la última reforma laboral.

Según el tipo de contrato, se han formalizado 4.681 contratos indefinidos y 14.831 contratos temporales. Por lo tanto, del total de los contratos registrados en el mes de febrero, el 24% han sido indefinidos. En el caso de la contratación indefinida de la población joven (hasta 30 años), que es la que históricamente ha sufrido una mayor temporalidad, el número de contratos indefinidos se ha incrementado en dos años (febrero de 202-febrero de 2023), un 273,8% (pasando de los 447 contratos en febrero de 2021 a los 1.671 en febrero de 2023).