Los depósitos son una opción de ahorro en los que un titular ingresa una cantidad determinada de dinero a la que se le aplican unos intereses durante la vigencia del contrato. De esta manera, puede obtener una rentabilidad por él.

Con los depósitos bancarios el cliente no asume riesgos porque su dinero está garantizado y los intereses están pactados hasta el vencimiento del mismo. Además, si los contratas con entidades adheridas al Fondo de Garantía de Depósitos de Entidades de Crédito Español, el importe máximo garantizado es de 100.000€ por depositante en cada entidad de crédito.

¿Cuántos tipos de depósito bancario existen y en qué se diferencia cada uno?

Existen cuatro tipos de depósitos bancarios cuyas características son distintas. El primero es el depósito a plazo fijo, el segundo el depósito a la vista, el tercero el depósito combinado y el cuarto el depósito estructurado.

El depósito a plazo fijo permite que el titular ingrese una cantidad de dinero durante un tiempo determinado. A cambio, recibe una rentabilidad que se mantiene invariable hasta el fin del contrato. La disponibilidad del dinero depositado se encuentra limitada y en el caso de que se desee retirar los fondos antes, esto puede penalizar económicamente u obtener una rentabilidad menor. Las condiciones —como el tipo de interés o su liquidación— se negociarán con el banco con el que se contrate.

En cambio, el depósito a la vista se caracteriza porque el titular siempre tendrá el dinero disponible para utilizarlo en cualquier momento. Además, puede depositar nuevas cantidades. Contrariamente a un depósito de plazo fijo, en este caso se podrán llevar a cabo operaciones como ingresos y retiradas de efectivo, transferencias, etc. En general, un depósito a la vista es sinónimo de cuenta corriente.

Por otra parte, los depósitos combinados combinan la inversión en un fondo de inversión y en un depósito a plazo fijo. Al contratarlos debe fijarse la cantidad que se destinará a cada uno de estos productos y si hay posibilidad de disponer del dinero antes de que finalice el contrato. El riesgo que asume el cliente es mayor y lo que se pretende es obtener una remuneración más beneficiosa.

Finalmente, los depósitos estructurados son depósitos a un plazo de tiempo determinado, en los que la rentabilidad se vincula a la evolución de uno o varios índices bursátiles, o a la cotización de acciones o cualquier otro activo.

¿Cuáles son las principales ventajas que aporta cada tipo de depósito?

Antes de la contratación de un depósito es importante analizar cuáles son las ventajas que tiene cada una de las opciones:

● Los depósitos a plazo fijo pueden contratarse durante un periodo de tiempo determinado, por ejemplo, anualmente. Ofrecen una rentabilidad garantizada.

● Los depósitos a la vista permiten retirar e ingresar dinero, realizar transferencias, hacer compras y son flexibles. Además, con ellos también se puede obtener  una rentabilidad por los ahorros y en el caso de cuentas corrientes o cuentas nómina, suelen llevar asociada una tarjeta de débito.

● Los combinados pueden ofrecer mayores rendimientos económicos por el dinero que se deposite en ellos durante el tiempo de vigencia del contrato porque una parte se destina a fondos de inversión.

● Los estructurados tienen como objetivo poder obtener una rentabilidad potencialmente más alta siempre que la evolución de los activos sea positiva. 

Una buena alternativa para obtener rentabilidad por los ahorros

¿Son seguros los depósitos bancarios?

Los depósitos bancarios se encuentran garantizados por los Fondos de Garantía de Depósitos (FCD) para que en el caso de que la entidad esté adherida al mismo, y se produzca una quiebra, los titulares puedan recuperar hasta un máximo de 100.000 euros por depositante y por entidad de crédito. Además de esto, hay algunos puntos que se deben considerar:

● Rentabilidad: los depósitos bancarios permiten que al dinero ahorrado se le aplique unos intereses.

● Plazo: cada depósito puede tener un plazo determinado y algunas entidades ofrecen varias opciones.

● Importe mínimo y máximo: los depósitos, generalmente, establecen una cantidad mínima para su apertura y, en ocasiones, una cantidad máxima.

● Cancelación anticipada: la retirada del dinero antes de la finalización del contrato puede conllevar una penalización en el tipo de interés.

Ventajas de los depósitos bancarios a la hora de querer ahorrar

Los depósitos bancarios a plazo fijo son una opción de ahorro que se percibe como segura, ya que se sabe cuál es la rentabilidad que se va a obtener, a excepción de los combinados o estructurados, que puede variar.

De esta forma, el dinero depositado aumenta en función de los tipos de interés que se le apliquen y la duración del contrato.

Aunque los depósitos bancarios son una buena alternativa para obtener rentabilidad por los ahorros, conviene estudiar las distintas opciones y prestar atención a las condiciones. Pues, cada entidad financiera establecerá las suyas propias.

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