Con mil ideas en la cabeza, a Zoe Fernández no le gusta quedarse quieta. Lleva en Pamplona 15 años (tiene 28), ha trabajado de camarera y en el sector de limpiezas. Ha estudiado ilustración, marketing, tiene una niña y un niño de cinco y seis años. Y ha participado en el curso de mentoría de Amedna, apoyado por CaixaBank que busca ofrecer una guía a mujeres con potencial para integrarse en el mercado de trabajo.

“El programa me ha dado un montón de herramientas. A mí me ha servido –dice tras diplomarse– para conocerme algo mejor, para valorarme y para ordenarme, para coger fuerza y confianza, ver que hay mujeres que, como yo, quieren tener su propia empresa”. Pero también para entender que las cosas hay que hacerlas paso a paso, despacio pero sin perder de vista sus sueños. El de Zoe tiene muchas versiones: desde aprovechar sus conocimientos como ilustradora para montar una empresa de videojuegos en 3D hasta encontrar un pueblo que le ceda una casa para instalarse y crear un refugio para animales, otra de sus pasiones.

Lo primero, sin embargo, es encontrar la estabilidad financiera que le permita ahorrar. Y, si es posible, abordar algún pequeño negocio. “Hasta ahora, con los niños pequeños y tras haber tenido problemas con el padre, no he podido trabajar de continuo. Estaba en un sitio, pero duraba un mes, luego en otro...”.

“Sé que lograrlo no es fácil, pero un salario de 2.000 euros me daría mucha paz”, explica Zoe, quien admite que ahora, cobrando una ayuda, tiene muchas dificultades para ahorrar y que los niños, conforme van creciendo, suponen un mayor gasto. “Trabajé en hostelería, de noche, pero con los niños es complicado, necesitas quién te los cuide. Y muchas veces te dejan tirada”. También por ello desea emprender, crear su propio negocio. “Por lo menos quiero intentarlo –dice– y, si no me sale, asumir que mi camino va por otro lado”.