Entre las voces de protesta más activas de agricultores de Tierra Estella -también había representantes de la ganadería- había el convencimiento de que había llegado el momento de salir a la calle. “Nuestra lucha es lógica y a pesar de sentir por los demás las afecciones que estamos haciendo creo que la gente tiene que entender que la razón está en la defensa de nuestros derechos”, aseguró Félix Hita, un veterano agricultor de Ancín que intentaba convencer a un agente municipal de Estella-Lizarra de la necesidad de la protesta.
Y es que, entre las causas para esta manifestación- tractorada, los agricultores se quejan especialmente de la burocracia y de los bajos precios de sus productos: “Son muchas cosas, cada vez hay más normas que solo nos afectan a ganaderos y agricultores”, señalaba Jenaro Pascual. Este agricultor de Etayo ve peligrar el futuro de la viticultura o el cereal: “En zonas como Los Arcos este año algunas bodegas no van a comprar la uva y, como alternativa, el precio del cereal está por los suelos, ahora que está llegando el grano de Ucrania y que no sabemos qué productos han echado o si viene con restos de radioactividad”. También se quejó del papel de los sindicatos: “No sé en qué están pensando pero, de momento, no están a la altura de estos problemas que tenemos a no ser que lo que quieran sea precisamente mostrarse como la solución para resolvernos la burocracia que nos imponen”, aseguró Pascual.
Carlos Narcué de Mendilibarri, incidía también en la asfixia de la burocracia: “Es inasumible y pone en peligro la supervivencia del sector”. Un efecto que tiene como consecuencia la carestía de los productos, y “son los consumidores los principales afectados ya que productos de la compra normal se están convirtiendo en verdaderos artículos de lujo”. “Con esta protesta también queremos decir que todos estamos en el mismo barco”, señaló. También se lamenta de que apenas existe cambio generacional en un sector donde la media es de 61 años: “Hoy protestamos los más jóvenes porque vemos inviable nuestro futuro”. Destacó por ejemplo que le la ley de protección animal reducirá las explotaciones avícolas en un 50%, y “si eso es así, ¿a qué precio se van a poner productos básicos como los huevos o el pollo?. Creo que es un tema muy importante y que nos afecta a todos, y por ello todos deberíamos estar de acuerdo que con la alimentación no se juega”, aseguró Narcué quien insistió en que “no nos gusta tener que hacer ésto, pero no nos queda otro remedio”.