Los pisos turísticos están en el punto de mira, pero este es solo uno de los factores que tensionan un mercado tocado por la escasez de viviendas y su carestía. Ante un escenario económico cambiante y marcado por una ralentización de la actividad y el impacto de las subidas de los tipos de interés, muchas previsiones apuntaban a una caída del precio de la vivienda en 2023. Sin embargo, la realidad se ha impuesto en dirección contraria: los precios no han parado de subir tanto en el mercado de la compraventa como en el del alquiler. Y es que la demanda se mantiene viva mientras que la oferta es cada vez más escasa.

Y es ahí donde entran en juego múltiples factores que han creado la tormenta perfecta. En el mercado de la compraventa, un factor determinante es que se construye vivienda nueva muy por debajo del nivel de la demanda. “La oferta ha bajado un 4% en términos generales en toda España, debido a que no hay vivienda de reposición y hay una falta clarísima de vivienda de obra nueva”, explica Francisco Iñareta, portavoz de idealista.

Por ejemplo, el año pasado se construyeron 109.000 viviendas frente a la creación de 287.000 nuevos hogares. Y el Banco de España calcula que hay un déficit de 375.000 viviendas. La razón: la falta de suelo para construir, el incremento de los costes y la falta de mano de obra. Y las previsiones para este año son parecidas.

Algo similar está sucediendo en el mercado del alquiler, “el gran talón de Aquiles del sector inmobiliario”. Aquí también la falta de oferta está empujando los precios hacia arriba, asfixiando a muchos hogares o imposibilitando que muchos jóvenes puedan independizarse. Según los expertos, las políticas que se han puesto en marcha en los últimos años, como la Ley de Vivienda, han hecho que muchos propietarios retiren su producto del mercado o que opten por otras fórmulas como los alquileres de temporada, aquellos que están limitados a colectivos como estudiantes o profesionales y a los que no les afectan las medidas de esta normativa. Y ahí entran también en juego las viviendas turísticas y la existencia de miles de casas vacías –que en Euskadi llegan a las 70.000–, que tensan todavía más el mercado. Y peor es que los expertos creen que la tendencia se mantendrá al alza y que tanto la vivienda en venta como en alquiler seguirá encareciéndose.

De hecho, la bajada de tipos que ha llevado a cabo el Banco Central Europeo podría ser otro factor que empuje al alza los precios. Según Fotocasa, hay un 19% de compradores que han paralizado el proceso porque se han visto afectados por la subida de tipos y probablemente vuelvan al mercado en busca de una oportunidad más atractiva.