Quién es y cuánto dinero tiene la familia catalana que hace negocio con las villavesas de Pamplona
La tercera generación de una próspera empresa nacida en Sabadell conserva las riendas de la empresa, que creó su abuelo en 1923. El emprendimiento inicial y la diversificación a partir de los años 90 les han permitido amasar una considerable fortuna
La familia propietaria de la empresa que gestiona el servicio de villavesas de la Comarca de Pamplona acumula un patrimonio que supera ya los 250 millones de euros. Se trata de los hermanos Martí Escursell, dueños del grupo Moventia, cuya filial TCC Moventis, gestiona desde hace 16 años el servicio de transporte público en autobús. Los trabajadores de las villavesas están protagonizando uno de los conflictos laborales más largos de Navarra en 2025 en defensa de sus condiciones de trabajo.
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Los datos se corresponden con lo que reflejan las memorias del registro mercantil y con lo que figura en la lista de los más ricos de España, que elabora periódicamente El Mundo y que los sitúa entre las 300 mayores fortunas de España. Así, Miquel Martí Escursell (presidente de honor), su hermano Josep Maria (presidente), Silvia (presidenta corporativa) y María Rosa Martí Escursell, que no está en el consejo pero mantiene la propiedad, conforman la tercera generación de propietarios de una empresa fundada en 1923 con un único autobús y una modesta acumulación de capital inicial. Hoy, Marfina SL, que funciona como sociedad holding de las diferentes sociedades del grupo, tiene un patrimonio neto que supera los 290 millones de euros.
Esta misma sociedad, según las cuentas presentadas ante el registro mercantil y con sede en Sabadell, acumuló entre 2019 y 2023 unos beneficios de más de 63 millones de euros. Los de menor cuantía corresponden al año 2020, impactado de lleno por la pandemia y las restricciones a la movilidad.
Moventis ha vivido años de intenso crecimiento que, según sus últimas informaciones, le van a llevar a facturar cerca de unos 1.500 millones de euros, tras haber iniciado incluso una expansión internacional que tiene su última escala en Irlanda. Una parte de este negocio tiene que ver con las concesiones de transporte público que la empresa ha ido ganando adjudicándose en los últimos años: 15 según su propia página web.
Por qué Pamplona no tiene un servicio público de verdad
Una de ellas es la de Pamplona y su comarca que, a diferencia de otras capitales, nunca ha contado con un servicio público de transporte gestionado por una empresa pública. Bajo la fórmula de cooperativas o directamente de empresas privadas se ha prestado históricamente un servicio que en los últimos años ha ido creciendo al ritmo de la expansión de la capital.
La creación de una empresa pública como la existente en otras capitales de provincia cercanas, que evitaría una salida de dinero hacia bolsillos privados, nunca se ha contemplado seriamente y supondría incorporar a los más de 520 trabajadores con los que cuenta ahora mismo TCC Moventis. Un cambio más que sustancial para el actual volumen de la Mancomunidad.
El modelo aplicado en la Comarca de Pamplona supone por tanto una transferencia de rentas desde los usuarios y las administraciones navarras a una empresa externa, en este caso de propiedad familiar pero con implantación ya multinacional. La compañía adjudicataria asume la gestión y los riesgos, ciertamente limitados, de una actividad que año tras año aumenta en el número de usuarios. Su margen de beneficio depende en buena medida de las condiciones laborales que aplica a los trabajadores, que han sostenido una huelga desde comienzos de año y que hoy votan si aceptan la última oferta de la empresa, que incluye algunas mejoras.
Hacia la cuarta generación
Moventis hunde sus raíces en las primeras décadas del siglo XX. Según relata la propia empresa fue Miquel Martí Adell, quien en 1923 y con un único autobús, dio inicio a una actividad que creció con la expansión de la propia ciudad. “Además, con el primer asentamiento en la ciudad de Barcelona, la empresa logró tener 15 autobuses y unos 50 trabajadores en solamente 13 años de existencia. Esta evolución positiva se vio truncada por la Guerra Civil con la confiscación y colectivización de la empresa al ser un servicio público”, explica la empresa.
El triunfo de Franco en la Guerra Civil permitió a la familia Marti recuperar “parte del material incautado; sin olvidar las dificultades que la economía autárquica de España comportaba debido a la escasez de combustible y a la inexistencia del mercado de autobuses”.
Con la segunda generación al frente de la compañía y a partir de los años 50, se inicia la primera expansión del grupo. “Las ciudades crecen, se empieza a vivir el desarrollo industrial y el autobús se convierte en un bien de primera necesidad ya que resuelve la movilidad generada por la evolución económica de las ciudades y su entorno metropolitano. Además, el grupo crece fuera de Cataluña y presta el servicio urbano de las ciudades de Córdoba y Zaragoza entre otros”, cuenta la empresa.
Con la llegada de la democracia, algunos ayuntamientos deciden hacer públicos los servicios de transporte, por lo que la empresa debe reinventarse y lo hace a través de la tercera generación, que había heredado el negocio familiar. La empresa crece en el negocio del transporte por carretera y es a partir de 1991 cuando inicia una expansión más veloz adquiriendo compañías y operando, por ejemplo, el tranvía de Barcelona.
La cuarta generación de la empresa ya se prepara para tomar el relevo de una de las empresas más relevantes en el negocio de las concesiones del transporte público.
En Pamplona, al menos hasta 2034
Moventis renovó en 2024 la concesión del transporte urbano de la comarca de Pamplona. Lo hizo por 10 años, por lo que el actual sistema de concesión a una empresa privada se mantendría por lo menos hasta el año 2034. “Como parte del acuerdo, Moventis TCC Pamplona subrogará a los aproximadamente 520 empleados. Esto garantiza la continuidad de la fuerza laboral y demuestra el compromiso de la empresa con la estabilidad y el bienestar de sus trabajadores”, señaló la empresa.
En plena refriega durante los Sanfermines, el presidente del comité de empresa recordaba sin embargo que “la empresa se adjudicó este servicio público rebajando el presupuesto un 14% respecto al precio de licitación. ¿Y de dónde sale ese ahorro? De lo evidente: del mantenimiento, del personal y de los recursos que necesita el transporte público para funcionar bien”
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