Navarra crecerá el año que viene en torno a un 1,8% en 2026, claramente por encima de la media europea, pero seguramente por debajo del avance español. Son las previsiones que ha elaborado Laboral Kutxa, que ha presentado este viernes en Pamplona su informe anual sobre la economía navarra.
Joseba Madariaga, director del servicio de estudios de la entidad, ha asegurado que las cifras de crecimiento de Navarra seguirán siendo “buenas” y ha aludido a las dificultades del sector del auto como uno de los factores que explican el menor crecimiento navarro respecto a España. De hecho, este sector industrial navarro acusa una caída del 16,5% en este 2025, atribuido a la menor exportación de vehículos, aunque va en la línea del resto de Europa, mientras que el sector agroalimentario pone una vez más la nota positiva.
El menor impacto del turismo, una evolución más discreta del comercio o y una inversión en bienes de equipo inferior o contribuyen también a que Navarra crezca algo por debajo de la economía española, que en estos momentos brilla por encima de las grandes economías europeas y crece “incluso más que Estados Unidos”. “En España ahora mismo todo son buenas noticias”, dijo Madariaga para describir un entorno en el que el consumo, el mercado laboral, la inversión y la llegada de cientos de miles de emigrantes añaden gasolina a la economía.
Economía global
Por el contrario, el sector exterior ha dejado de contribuir al crecimiento general, en un entorno complejo y que Javier Cortajarena, director de Laboral Kutxa en Navarra, definió como economía postglobal, más incierta y proteccionista. Los aranceles de Donald Trump le costarían a Navarra, según el modelo económico aplicado por Laboral Kutxa, unas dos décimas de crecimiento.
En concreto, el informe recoge que “aunque el comercio bilateral es limitado, muchos bienes se integran en cadenas productivas alemanas, francesas e italianas”. Respecto a la confianza empresarial y clima inversor, “el mayor riesgo es la incertidumbre: los aranceles deterioran expectativas y retrasan decisiones de inversión, especialmente en industria y manufacturas”.
En cuanto a competitividad y precios, “el encarecimiento de bienes procedentes de EEUU refleja efectos indirectos de las tensiones comerciales, no nuevos aranceles europeos”. “El aumento de costes energéticos y de insumos importados puede trasladarse parcialmente a precios domésticos, elevando la inflación de bienes no energéticos”, señala el estudio.
La tendencia, según describió el propio Madariaga, es de “crecimiento positivo pero desacelerando, con el consumo privado sosteniendo la actividad y una aportación sólida de los ingresos laborales y empresariales”. El crecimiento se aprecia fundamentalmente debido a los sectores de servicios y consumo. “Lo que está funcionando es la parte interna de la economía”, ha manifestado Madariaga, que ha destacado que “las debilidades las tenemos en el sector industrial, y ligado a él, el sector exterior”.
Laboral Kutxa destaca el “descenso muy notable” del paro registrado en Navarra y el ritmo “estable” de la afiliación, además de remarcar la existencia de un “mercado laboral sólido, aunque con menor dinamismo en servicios e industria”.
En cuanto a los precios, “más o menos estamos parecidos al conjunto del Estado, pero mejor”, con un 2,5% de inflación en Navarra frente al 2,7% de España. “Los precios crecen menos que en el conjunto del Estado, no solamente en IPC, sino también en términos de subyacente”, dijo. Los grupos más inflacionarios son los grupos que tienen que ver con vivienda, energía, alimentos y bebidas alcohólicas y servicios. En el lado opuesto se encuentran transporte y vestido y calzado.