Navarra se erige en el panorama europeo como un referente de bienestar e innovación. Los datos del Indicador Multidimensional de Calidad de Vida publicados en 2023 así lo ratifican. Se trata de un indicador que se presenta con carácter experimental por parte del Instituto Nacional de Estadística (INE). Se construye a partir de los indicadores originales del INE, que ofrecen una visión panorámica (multidimensional) de la calidad de vida en España, mediante la elección de un conjunto amplio pero limitado de indicadores originales (actualmente 55) que cubren las distintas dimensiones.

Esta medición de la calidad de vida permite establecer comparaciones territoriales y entre grupos poblacionales y, en particular, en la medida en la que se desarrolle un proyecto similar en el ámbito europeo, también con los demás estados miembros de la Unión Europea. De este modo, Navarra es, desde 2008, la comunidad con mayor calidad de vida de España. Así lo revela este Indicador en el que la Comunidad Foral ocupa una posición de vanguardia respecto al resto de comunidades autónomas en las dimensiones referidas a entorno y medio ambiente, condiciones materiales de vida, trabajo, salud y educación.

También es importante destacar que Navarra es, por cuarto año consecutivo, la Comunidad con menor riesgo de pobreza y exclusión social. La situación en Navarra en relación con la desigualdad y la pobreza es mejor que en otras comunidades autónomas y que España en su conjunto. La Comunidad Foral, según la tasa AROPE (At Risk of Poverty and/or Exclusión), destaca por una menor pobreza y riesgo de exclusión en términos comparados con otras comunidades u otros países europeos. 

También es importante destacar que en el contexto del Regional Innovation Scoreboard de 2023, la Comunidad Foral de Navarra se sitúa como una región innovadora fuerte, con una evolución positiva a lo largo del tiempo. De esta manera nos situamos entre las regiones más innovadoras de España, sólo por detrás de País Vasco, Madrid y Cataluña.

Evidentemente, en ningún caso estos datos nos pueden hacer caer en la autocomplacencia, pues todavía tenemos mucho margen de mejora y de progreso en éstos y otros ámbitos.

El papel que ha jugado en las últimas décadas la Administración Pública de Navarra, con una importante colaboración del sector privado y la sociedad civil en su conjunto, ha sido clave para alcanzar estos objetivos.

Pero los éxitos del pasado no garantizan por sí solos la capacidad de mantener en el tiempo estos altos estándares de calidad de vida. Los rápidos cambios económicos, ambientales y sociales nos plantean grandes retos a una comunidad pequeña como Navarra, que se está enfrentando como mínimo a cinco grandes retos:

  1. La transición energética: necesitamos de forma urgente transformar la economía y la sociedad hacia un modelo sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Esto implica la reducción de la huella de carbono, el avance hacia la neutralidad climática, la promoción de energías renovables, el aumento de la eficiencia energética y la promoción de la economía circular para garantizar la sostenibilidad a largo plazo.
  2. Las infraestructuras: tenemos que seguir avanzando en el desarrollo y modernización de las redes de comunicación, transporte y sistemas de almacenamiento y transporte de agua para impulsar la cohesión y la sostenibilidad de toda Navarra.
  3. La educación y el talento: aprendizaje permanente y adaptado a las necesidades del mercado de trabajo y la sociedad, atención a la diversidad, búsqueda de la excelencia y retención y atracción del talento van a ser asuntos trascendentes que todas las sociedades modernas deben abordar.
  4. La salud y el envejecimiento va a ser uno de los grandes desafíos de los sistemas públicos. Un sistema sanitario muy tensionado, con un profundo envejecimiento de la sociedad, con todo lo que ello supone desde el punto de vista sanitario, va a ser uno de los grandes retos para el que vamos a tener que diseñar respuestas que vayan más allá de un continuo aumento del gasto público.
  5. La cohesión social y territorial: ninguna política será realmente útil si no tiene como objetivo final mejorar la vida de las personas y construir una sociedad más justa y cohesionada territorial y socialmente.

Para dar respuesta a estos retos que, como sociedad tenemos, necesitamos una Administración Pública emprendedora e innovadora. La Administración Pública no solo tiene que ser prestamista de servicios, tiene que impulsar junto al sector privado y la sociedad civil las innovaciones necesarias para tener un ecosistema propicio para un crecimiento económico sostenible y cohesionado.

Para ello, y bajo mi punto de vista, uno de los grandes desafíos es avanzar hacia una Administración eficaz y eficiente, capaz de liderar grandes cambios económicos y sociales imprescindibles para hacer frente a los retos que tiene Navarra por delante. El Gobierno de Navarra tiene que liderar un fuerte compromiso con la mejora de la eficacia y eficiencia de la Administración Pública, que es crucial para la implementación efectiva de las reformas y la gestión de lo público. Hay que ser capaces de planificar leyes y proyectos estratégicos adecuadamente, supervisando su aplicabilidad y desarrollando una gobernanza tanto a nivel estratégico como técnico.

La transformación digital de la Administración tiene que proporcionarnos servicios más rápidos, económicos y de mejor calidad. Esta digitalización también tiene que aumentar la facilidad de uso y accesibilidad de los servicios públicos, contribuyendo igualmente a la promoción de prácticas éticas con sistemas de transparencia y rendición de cuentas.

Por último, en el ámbito del desarrollo económico, la Administración Pública tiene que convertirse en un actor dinámico y proactivo, capaz de innovar y de colaborar con el sector privado para dirigir la economía hacia objetivos que promuevan el Bien Común.