n la nueva coyuntura establecida tras la epidemia de la covid-19, la Cohesión Territorial se presenta como un valioso instrumento de recuperación, que nos permitirá avanzar hacia una Navarra más equilibrada, armoniosa y sostenible.

Reducir las desigualdades y asegurar el equilibrio territorial es hoy más necesario que nunca. Debemos para ello promover la igualdad de todos los ciudadanos y ciudadanas, independientemente de si residen en la ciudad o en localidades alejadas de los grandes núcleos urbanos. Debemos asegurar la existencia de opciones de vida adecuadas a cada espacio. Para ello es imprescindible que integremos la cohesión territorial en el desarrollo de las políticas públicas.

En Navarra uno de cada cuatro municipios se encuentra actualmente en riesgo extremo de despoblación. Estos se sitúan, principalmente, en las comarcas de Pirineo, Prepirineo, Sangüesa, Zona Media, Tierra Estella y Larraun-Leizaldea. Ante esta realidad, la lucha contra la despoblación se constituye como uno de los retos más importantes que tenemos por delante.

Desde el Gobierno de Navarra trabajamos en nuevas oportunidades que sitúan a las zonas rurales como parte fundamental para salir de esta crisis. El emprendimiento y la innovación social son claves en este contexto.

Estamos impulsando el programa COMUNAL, que ha permitido crear tres ecosistemas de emprendimiento e innovación social en las zonas de Sangüesa, Allo y Falces. Queremos potenciar modelos de negocio innovadores, sociales y viables, generadores de empleo y que apuesten por actividades que solventan necesidades sociales desde un desarrollo inclusivo. Son, además, promovidos por la población local, especialmente por los más jóvenes y permiten fijar población en municipios en claros retrocesos demográficos.

Gracias a este programa hemos constatado lo que ya intuíamos: que las zonas rurales no están exentas de talento ni de ideas innovadoras. Como la de una emprendedora que quiere aplicar el Home Styling desde Allo para mejorar la venta y el alquiler de la vivienda en las zonas rurales; o la de un padre y una hija que apuestan por dar una segunda vida a las barricas de vino creando lámparas artesanas. Igualmente, innovadora es una nueva manera de descubrir la localidad de Falces a través de un Scape Room, la puesta en marcha del único parque temático de economía circular en Lumbier, o la creación de un portal de vídeos de grupos alternativos grabados en un estudio profesional instalado en un pequeño pueblo de tierra estella.

Sin lugar a dudas, se dan las circunstancias para que las zonas rurales puedan constituirse como motor de nuevos modelos de desarrollo, más sostenibles, adaptados a la nueva normalidad derivada de la pandemia y enfocados en el equilibrio entre territorios urbanos y rurales.

Este desarrollo pasa, de este modo, por entender lo rural como un espacio de atracción de talento, de emprendimiento y de oportunidades laborales. Con ese espíritu, el Departamento de Cohesión Territorial y la Universidad Pública de Navarra (UPNA) han promovido un Erasmus rural para que 14 estudiantes graduados, menores de 30 años, puedan realizar este año prácticas en municipios afectados por la despoblación.

A través de este Erasmus rural se contribuirá al reequilibrio territorial incentivando la llegada de capital humano a los espacios despoblados para dinamizar su tejido productivo, social y económico, y favorecer el arraigo de jóvenes de la zona. Buscamos, además, darles la oportunidad de conocer los pueblos, el ámbito rural, mediante un proceso de inmersión y que puedan plantearse la posibilidad de establecerse en él una vez finalizadas sus prácticas, si lo consideran oportuno.

Las entidades locales, la administración más cercana a la ciudadanía, tienen un papel fundamental como palanca de recuperación económica y social.

Mejorar las condiciones de vida de la población navarra en su conjunto pasa, entre otras cuestiones, por la mejora de los servicios básicos municipales. Este año 2021 los 272 municipios y 346 concejos de Navarra van a disponer de 275 millones de euros para el mantenimiento y mejora de los servicios públicos. Además, se va a finalizar el Plan de Inversiones Locales con una inversión de 16,6 millones de euros que permitirá mejorar infraestructuras municipales en más de 150 localidades navarras.

En este punto, me parece de interés destacar que vamos a poner en marcha, próximamente, dos nuevas convocatorias de ayudas dirigidas precisamente a las entidades locales para impulsar acciones e inversiones frente al reto demográfico. Un total de 132 municipios, aquellos que se encuentran en riesgo de despoblación, podrán acceder a estas dos convocatorias que estarán dotadas con 1,7 millones de euros: 1,2 millones se destinarán a mejorar dotaciones municipales y concejiles y otro medio millón a financiar actuaciones y gastos corrientes de acciones encaminadas a revertir el fenómeno de la despoblación.

Una Navarra cohesionada implica, indudablemente, mejorar la comunicación de las zonas rurales. La conservación y renovación de infraestructuras viarias es un aspecto fundamental para fijar población en el medio rural, facilitando la conexión de las personas, pero también de las empresas, favoreciendo que éstas se puedan asentar en nuestra Comunidad.

Este año hemos podido realizar una inversión extra de en torno a 27 millones de euros, que va a permitir abordar necesidades existentes desde hace muchísimos años en materia de carreteras (la reparación del Puente de Tudela, la estabilización del talud de Ujué, la variante de Irurtzun, el desdoblamiento de la variante de Orkoien y el enlace a Arazuri, la transformación integral de la PA 30 a su paso por Huarte etc.) Además, por primera vez, el Gobierno de Navarra ha introducido criterios de despoblación a la hora de mejorar las carreteras como servicio público que son. De este modo, en 2021 se van a destinar 4 millones de euros a mejorar una veintena de carreteras en municipios en riesgo de despoblación.

De igual modo, esa mejora de la movilidad pasa también por adaptar los servicios de autobús interurbano a las necesidades actuales de la población del Siglo XXI. Por poner un ejemplo de los avances que van a ir llegando de manera progresiva, a finales de año la nueva concesión Pamplona-Tafalla, ya adjudicada, permitirá dar servicio de transporte público de autobús a 18 localidades de la Zona Media que carecían de él (Orísoain, Artariain, Amunarrizqueta, Iracheta, Leoz, Uzquita, Sansomain, Benegorri, Bézquiz, Amatriain, Sánsoain, Maquirriain, Olleta, Eristain, Solchaga, Olóriz, Oricin y Echagüe).

Por último, no podemos obviar la promoción del transporte ferroviario de mercancías y pasajeros, que es estratégico para Navarra. Su desarrollo es imprescindible para nuestro progreso y la llegada de Fondos Europeos va a propiciar, sin lugar a dudas, un impulso a la llegada del TAP a nuestra comunidad.

Adelantarse y poder mitigar los posibles efectos del cambio climático es uno de los mayores retos medioambientales a los que nos enfrentamos como sociedad. Vamos a tener que hacer frente a aumentos de temperatura, fenómenos meteorológicos extremos como sequías o inundaciones y mayores demandas hídricas. Por consiguiente, quien no tenga aseguradas fuentes de agua de calidad y en cantidad en los próximos 30 años no habrá realizado la tarea, dejando a los territorios desabastecidos, en inferiores condiciones. De ahí la importancia de llevar agua de calidad a la Ribera a través del Canal de Navarra, mediante la construcción simultánea de dos tuberías. Solo las obras de ejecución de esta infraestructura van a generar más de 3.000 puestos de trabajo, un 84% de ellos en la Comunidad Foral.

La construcción de esta 2ª fase del Canal de Navarra garantizará las necesidades de agua de riego e industrial, avanzando de este modo en el desarrollo económico de la Ribera y posibilitará abastecer de agua de boca de calidad a más de 70.000 habitantes de la Ribera.

Agua de calidad de Itoiz de la que ya disponen, desde hace escasos días, en torno a 17.000 habitantes de 9 localidades (Peralta, Falces, Mélida, Caparroso, Rada, Carcastillo, Figarol, Murillo el Fruto y Santacara). Me gustaría recordar que, hasta ahora, en algunos de estos municipios, con cierta frecuencia, se detectaban deficiencias en la aptitud del agua que derivaban en que muchas personas consumiesen agua embotellada.

Para finalizar me gustaría incidir en que se legisla desde la ciudad pero debe hacerse para todo el territorio. Solo así lograremos construir una Navarra equilibrada, armoniosa y sostenible donde se asegure la igualdad de oportunidades de toda la ciudadanía, independientemente del lugar en el que hayan elegido vivir.

Una legislación que no tenga en cuenta la “visión rural” puede dar al traste con cualquier política que se haga en torno al reto demográfico.