La campaña electoral navarra vivió ayer por la noche el primer gran debate público de candidatos para las elecciones del 28 de mayo. Y lo que quedó claro es que ni los pormenores locales, ni la influencia de Madrid ni las polémicas –como las listas de EH Bildu– van a cambiar la tónica general de la política navarra.

Las dos horas de debate de Navarra Televisión mostraron un bloque de fuerzas progresistas –formado por PSN, Geroa Bai y Contigo Navarra y apoyado por EH Bildu– con coincidencias programáticas y que mantiene una afinidad política en lo esencial que es suficiente para gobernar por muchos años. Y, frente a ese bloque, una derecha fragmentada –con Esparza en crisis de liderazgo, el PP en reconstrucción y Ciudadanos de salida– que depende de un milagro madrileño para revertir este panorama.

Es así de simple. Todas las esperanzas de la alternativa están puestas fuera, y lo que dicen todas las tendencias demoscópicas –CIS incluido– es que el resultado de ahora se va a parecer mucho a la tendencia que viene desde 2019.

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Preparativos para el debate en Navarra TV de los candidatos a la Presidencia del Gobierno de Navarra PATXI CASCANTE

Así que es normal que cierta planicie, cierta resignación, haya invadido el discurso político. El de anoche fue un debate de perfil bajo, con golpes de efecto previsibles y convenientemente amortiguados, que cumplirá el expediente pero que no moverá un voto.

Chivite, discreta

Les costó a los candidatos entrar al debate. Siempre pasa. Los nervios y el formato, a veces poco claro y algo rígido, hace que la noche vaya de menos a más. Ayer costó un poco más si cabe, ya que hubo alguna confusión con el cómputo de los tiempos cuando se producían interrupciones –se dio una moratoria para animar un debate que empezó muy apagado– que a punto estuvo ce hacer naufragar la noche.

Pero la división en bloques temáticos siempre ayuda. Se habló de sanidad, economía, despoblación y sostenibilidad, autogobierno y pactos, quizá demasiado repertorio para siete voces. A estas alturas, todo el mundo conoce los argumentarios de los partidos y lo más interesante estuvo en ver las actitudes de los candidatos.

Llamó la atención el perfil bajo de la presidenta Chivite. La candidata del PSN no llevó la iniciativa en ningún momento y, por lo tanto, estuvo más tiempo a la defensiva que en la propuesta. Acusó a la derecha, y especialmente a Esparza, de “falsear los datos” y se refugió en su gestión. Pero le faltó la pegada y el liderazgo que debe tener un presidente.

Más solventes estuvieron los socios. Es un buen formato para Barkos, que colocó prácticamente todos sus mensajes en materia de autogobierno, defensa de los servicios públicos y progresividad fiscal. Begoña Alfaro fue una sorpresa: en su debut mantuvo la compostura y llevó hacia donde le interesaba los encontronazos con la derecha, su “única línea roja” para pactar. Laura Aznal estuvo discreta, solvente en los temas sectoriales pero sin el colmillo de otros candidatos.

Por la parte de la derecha, Esparza se esforzó en mostrarse como la alternativa en un espacio en el que el PP está en clara reconstrucción y Ciudadanos de salida, con Carlos Pérez-Nievas sin filtro, pero con poca pegada.

Ni siquiera el bloque de los pactos, el último y más esperado, impulsó el debate. Todo fue muy 2019, con Esparza centrado en tratar de sacar de Chivite si aceptará los votos de EH Bildu o si pactará directamente con los soberanistas. Es un debate políticamente superado y cuyo coste electoral, de tenerlo, ya está amortizado. De ahí que lo más probable es que no cambie nada el próximo día 28.

El debate, en corto

Cinco bloques. El debate, que duró más de dos horas y media, se dividió en seis bloques: sanidad y derechos sociales; economía y empleo; despoblación y sostenibilidad; autogobierno; pactos y minuto de oro. Cada candidato tuvo tres minutos de intervención en cada uno, con interrupciones y lances aparte durante un buen rato del debate.

Sanidad

El resumen. Los nervios del arranque marcaron un bloque que no se convirtió en debate hasta que uno de los moderadores, Roberto Cámara, dijo que las interrupciones no contaban como tiempo. La nueva Ley de Salud, la necesidad de reforzar la Atención Primaria y la Salud Mental, sobre todo entre jóvenes, fueron puntos clave.

El momento. El momento del bloque fue uno de los mejores de la noche. Esparza (UPN) criticó a Chivite que de por bueno que en los centros de salud la atención ya sea telefónica. La reacción de la presidenta fue esta:

Esparza se quedó literalmente con el molde: varios segundos de primer plano, absolutamente petrificado, que solo acertó a cortar unos segundos más tardes acusando al PSN de haber instalado el sistema.

Economía

El resumen. El segundo bloque fue el de economía y empleo. La derecha trató de hacerse fuerte en el argumento de que “Navarra ha perdido capacidad de atracción”, como dijo Esparza, que acusó a Chivite de usar el autogobierno para “crujir a los navarros”, ante lo que Chivite respondió a la defensiva, acusando a la derecha de manejar “datos falsos”.

El momento. El momento del bloque lo protagonizó Barkos. Consiguió colocar una de las frases de la noche:

Le sirvió para dirigir el debate a un terreno que, por experiencia en gestión, demostró dominar más que los interlocutores de la derecha, especialmente Javier García (PP).

Despoblación

El resumen. Navarra tiene zonas en riesgo de despoblación y fue un bloque específico. Se habló de la amplia implantación de la banda ancha –que llega a más del 90% del territorio–, de la necesidad del empleo en las comarcas, de la vivienda y del transporte comarcal, un debe a juicio de Barkos. Este fue el bloque en el que Pérez-Nievas, con esa libertad del que se sabe de salida, planteó incluso explorar las nucleares en Navarra.

El momento. Alfaro y Esparza sostuvieron un choque a cuenta de las obras y el impacto ambiental:

Esparza respondió con un recurso que ya ha mostrado otras veces: reprocharle que diga eso pero, al mismo tiempo, “beba agua de Itoiz, vaya en AVE a Madrid o use las carreteras que se han construido”

Autogobierno

El resumen. Fue la primera parte de un bloque que se completó con un pequeño debate sobre pactos. Pero de autogobierno se habló poco. Barkos propuso defenderlo con “visión, valentía, sin caer en las trampas de quienes quieren manosearlo” y Aznal puso en valor el papel de su partido para poner fecha de llegada a Tráfico. Chivite se quedó con que su gobierno ha cumplido con la llegada de esta competencia, Sanidad Penitenciaria y Tráfico. UPN y PP usaron Tráfico para acusar a la presidenta de querer echar a la Guardia Civil, en clara antesala del debate sobre pactos.

Pactos

El resumen. El bloque en el que más esperanzas tenía la derecha. Era el momento de forzar con la polémica de las listas de EH Bildu y los acuerdos del PSOE. Pero ni el formato ni la afinidad de los socios dio demasiado margen a la polémica.

Hasta cierto punto era esperable. El momento del bloque de pactos lo protagonizaron Chivite y Esparza, en un cruce de acusaciones sobre los pactos con la izquierda abertzale.