El gol parecía una quimera en el Suecia-Eslovaquia, dos selecciones al servicio de sus defensas, tímidas, que no brindaron por el arte del gol. Solo el avance de los minutos y de la necesidad de los suecos desatascó un duelo de escasas ocasiones decidido por un gol de penalti de Forsberg.

Suecia y Eslovaquia protagonizaron un partido de esos en los que da la sensación de que pueden transcurrir horas y horas sin que llegue el gol, que al fin y al cabo es el orgasmo del fútbol, la razón de ser del espectáculo. Veintidós jugadores empeñados en evitar encajar y sin capacidad para intimidar al rival. En estos casos, el espectador se siente un mendigo reclamando un gol, al menos un golito, que descosa los prejuicios, que desencorsete las propuestas de dos equipos cómodos en facetas defensivas, bien estructurados, pero carentes de creatividad y descaro, apelando a tímidos centros, los clásicos balones a la olla para ver si suena la flauta.

Por no haber, no hubo ni un claro dominador. La posesión, que en un inicio fue para Suecia, luego se la adjudicó Eslovaquia. Fases bien diferenciadas para, al final, empatar. El ritmo pausado, anodino, se antojaba ineficaz al tratar de penetrar las murallas humanas. Si acaso, el ya vetusto Hamsik, lento de piernas pero que aún conserva la visión, trató de poner el picante a un soso duelo. Las ocasiones, por denominarlas de alguna manera, eran tímidas, estériles, productos de balones divididos o disparos sin convicción ni precisión. Los porteros eran espantapájaros. Ver a Isak recurriendo a su movilidad, alejado del área, era una constante que daba lástima. El desasistido delantero solo así podía entrar en acción, bajando a recibir balones.

Un partido de esos que se catalogan 'de detalles' para justificar las pocas ocasiones. Contextos en los que la efectividad cobra especial trascendencia. Llamaba la atención especialmente la actitud de una Suecia más necesitada.

La ocasión de gol, la única clara hasta entonces, llegó en el minuto 59, cuando Augustinsson remató de cabeza para convertir a Dubravka en héroe tras una excelente parada. Solo la angustia de ver el final del partido espabiló a Suecia, que encadenó tres oportunidades para poner chispa al partido. Entonces sí, apareció Isak, hijo de la necesidad y el talento. Aun así, solo el ahora villano Dubravka, con un penalti cometido sobre Quaison, invitó al desequilibrio. Forsberg marcó en el 77' y sacó de apuros a Suecia, que echó un cerrojo que ya sí era justificado.

FICHA TÉCNICA:

SUECIA: Olsen; Lustig, Lindelof, Danielson, Augustinsson (Bengtsson, min.88); Sebastian Larsson, Ekdal (Svensson, min.88), Olsson (Claesson, min.64), Forsberg (Krafth, min.93); Isak y Berg (Quaison, min.64).

ESLOVAQUIA: Dubravka; Pekarik (Haraslin, min.65), Satka, Skriniar, Hubocan (Hancko, min.84); Kucka, Koscelnik, Hrosovsky (Duris, min.84), Mak (Weiss, min.77); Hamsik (Benes, min.77) y Duda.

Seleccionador: Stefan Tarkovic.

GOL: 1-0, min.77: Forsberg (penalti).

ÁRBITRO: Daniel Siebert (GER). Amonestó a Olsson (min.23), Dubravka (min.76), Duda (min.80) y Weiss (min.87).

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la segunda jornada del Grupo E disputado en el estadio Krestovski de San Petersburgo.