Por segunda vez esta temporada y al igual que ocurrió en la cita anterior de Azerbaiyán, McLaren vio a dos escuderías diferentes delante del morro de su monoplaza más avanzado. No corren los mejores tiempos de la temporada para la fábrica de Woking, que encadena tres carreras sin ganar cuando sin embargo aumenta la tensión entre sus dos pilotos, los aspirantes a la corona de la Fórmula 1, y coincidiendo con la consecución del título del Campeonato del Mundo de Constructores, el segundo consecutivo por primera vez desde 1991. Paradojas de la vida. George Russell se adjudicó la victoria de manera inapelabla en el Gran Premio de Singapur secundado por Max Verstappen, que no optó al triunfo y se protegió como gato panza arriba. Lando Norris, tercero, batió a Oscar Piastri en la liza por el campeonato, no sin polémica y un punto de frustración por la oportunidad perdida de haber recortado más puntos al líder del Mundial, que acabó cuarto.
Russell hizo de la carrera una prueba anodina, una oda a la soledad. En solo tres vueltas endosó tres segundos a Verstappen, que nada pudo hacer por cobrarse la cabeza de la carrera. "Estaba un poco nervioso cuando he visto a Max con blandos", confesaría a la postre. El piloto de Mercedes imprimió un ritmo elevado desde los albores para erradicar la amenaza de los neumáticos blandos del representante de Red Bull. En diez giros el margen se ensanchó hasta los cinco segundos. Russell viajaba con solvencia, constante. En quince vueltas su ventaja ya era de ocho segundos, renta que llegó a alcanzar los diez segundos.
Polémica entre los McLaren
El morbo se sirvió a la cola de Verstappen. Norris se lanzó al ataque en la curva 1 y la 2 del circuito de Marina Bay. En el intento de rebasar a Piastri por el interior, impactó con un neumático trasero de Verstappen, rebotó y chocó contra Piastri, que en ese momento era tercero. Colisión entre los McLaren, que quedaron ligeramente dañados. “He tenido contacto”, reportó Norris. “Esto no es espíritu de equipo”, criticó Piastri, que perdió la posición. Los comisarios decidieron investigar la acción del británico pero optaron por no aplicar ninguna sanción. La maniobra quedaba como un incidente de carrera.
Si bien, McLaren anunció a sus pilotos una investigación interna. Entonces ocurrió una conversación entre Piastri y su equipo que ofreció polémica. “Norris ha chocado contigo para evitar chocar con Verstappen”, explicaron al australiano. El líder del Mundial no se mordió la lengua: “No es justo. Si para no chocar con otro piloto choca con un compañero, no son las reglas”. “No vamos a adoptar ninguna medida como equipo”, zanjaron desde el garaje de McLaren. Piastri quedaba así superado por su rival más directo en la batalla por el campeonato y sin justicia, porque razón no le faltaba. A título individual se le pudo reprochar el error de dejar la puerta demasiado abierta en la entrada del segundo ángulo, espacio que Norris aprovechó sin titubear, como corresponde cuando hay un título en juego.
Para colmo de Piastri, la sustitución de sus calzos fue fatal: 5,2 segundos, a diferencia de los 2,1 que tardaron con Norris. El australiano perdía opciones de acceder al podio, mientras que el británico, que había salido desde la quinta pintura, se fijaba el objetivo del segundo puesto de Verstappen. Pero el ritmo del neerlandés fue en aumento y Norris, apremiado, llegó a besar el muro. “Revisad la parte derecha del coche”, solicitó al box.
Problemas para Verstappen
Tras completar las paradas, Russell comenzó a relajarse. Verstappen fue capaz de reducir los diez segundos de ventaja del británico por debajo de los tres. El tetracampeón de pronto comenzó a sufrir; había anunciado previamente problemas al reducir marchas, pero ahora se le bloqueaban las ruedas traseras en las frenadas. “El coche es inconducible”, protestó Mad Max, que hizo dos rectos en el mismo punto del trazado y entonces Norris, que olía la sangre, se echó encima. El panorama cambiaba en cuestión de minutos. Russell, mientras, rodaba campante.
A nueve vueltas de la conclusión, Norris enseñó por primera vez el morro a Verstappen, que se pasó casi un tercio de la carrera defendiéndose para atar la segunda posición. Norris, tercero, solo pudo recortar tres puntos a Piastri, que clasificó cuarto y abandona Singapur con 22 puntos de ventaja en el campeonato. "Max no ha cometido ningún error. Lo he dado todo, pero ha sido difícil adelantar. Una pena. Ojalá hubiera podido obtener un poco más", lamentó Norris.
"No sabemos de dónde ha venido este rendimiento"
Verstappen, mientras, celebró el segundo puesto. "Era lo máximo a lo que podíamos aspirar", dijo resignado ante el ritmo de Russell, un tipo sorprendido de su propia actuación. "No sabemos de dónde ha venido este rendimiento", confesó el vencedor, que comenzó el gran premio con un viernes nefasto, sin ritmo y con accidente.
Los Ferrari, por su parte, se debatían por la quinta plaza que finalmente ocupó Kimi Antonelli, por delante de Charles Leclerc y Lewis Hamilton, que se quedó sin frenos. Tras ellos llegó Fernando Alonso, octavo. El ovetense, que partió décimo, fue elegido Piloto del Día impulsado por un adelantamiento sorprendente al aprovechar un trallazo con derrapada para ganar una posición. Carlos Sainz cerró las posiciones de puntos. Una enorme progresión desde la decimoctava plaza de salida.