La Mancomunidad de la Comarca de Pamplona ha diseñado un plan para basar su modelo en la economía circular. Para ello va a producir biometano (o gas renovable) a partir de los residuos, y con ello alimentar a la flota de villavesas y de camiones. Además, el Gobierno foral, a través de Nasuvinsa, ha puesto en marcha el proyecto de instalar una central de calor de biomasa en la Txantrea para abastecer a 4.500 hogares y a edificios públicos y dotacionales, con una inversión de 13,7 millones de euros, aportados por el sector público y privado.

Ambas iniciativas se encuadran en el contexto de transición energética en el que está inmersa la Comunidad Foral, que se ha acelerado tras la pandemia y la guerra en Ucrania, con la crisis energética suscitada con Rusia. “La sociedad debe convencerse de que la transición tiene que hacerse”, remarca Pablo Ayesa, director general del Centro Nacional de Energías Renovables (CENER), ubicado en la Ciudad de la Innovación en Sarriguren.

Jorge Osés, del departamento de Desarrollo de Negocio del Grupo Enhol, insiste en este mensaje: “La ciudadanía debe acostumbrarse al impacto visual de parques de generación, como eólico o fotovoltaico, para utilizar fuentes renovables en vez de fósiles, como predominan ahora”.

Ambos, junto al presidente de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona, David Campión, y el ingeniero del área de Innovación de Nasuvinsa y responsable del proyecto de la central de calor de biomasa en la Txantrea, Javier Martínez, participaron este jueves 24 de noviembre en la mesa La sociedad, avanzando hacia la transición energética. La oportunidad de las renovables. La cita estaba enmarcada en un nuevo foro Hiria, organizado por DIARIO DE NOTICIAS, llamado Energía. Dicho evento contó con el patrocinio del Gobierno foral, y la colaboración de Solarfam, CENER, BatVol y AIN.

Objetivo

La Mancomunidad

Neutros en ocho años

David Campión recordó que la Mancomunidad acordó en asamblea que iba a trabajar para llegar a ser neutra en carbono en 2030. Para ello ha elaborado una estrategia en línea con la economía circular, un nuevo modelo de producción y consumo sostenible, en el que las materias primas no salen de los ciclos productivos y pueden aprovecharse más de una vez para, de esta forma, originar menos residuos. Y en los restos puso el foco de atención Campión.

La Mancomunidad va a usar los residuos, provenientes principalmente de los domicilios, para producir biometano y lograr ser “autosuficientes”. Actualmente, consume cien gigavatios de energía, de los que el 60% procede de fuentes fósiles, como el gasóleo. En 2030, esta entidad calcula que ese consumo se incrementará en 28 gigavatios más, hasta llegar a los 128. Pero a pesar de crecer ese gasto, busca que sea a partir del biometano.

Actualmente el sector del transporte aglutina un consumo reducido de energías renovables, y busca erradicar eso con el “biometano o gas renovable” o como le denominó Campión: “con el petróleo verde”. El proyecto de biogás se basa en dos pilares: en la planta de tratamiento de aguas residuales de Arazuri, que produce gas en los fangos, y con motores de cogeneración produce energía eléctrica. Este gas se puede convertir en biometano para la flota de vehículos. “Cuando en 2027 amorticemos estos motores, la producción de gas pasará a ser metano y lo meteremos en la red”, dijo.

La otra gran fuente de biogás depende de la construcción de la planta de tratamiento de residuos en la Ciudad del Transporte. Va a empezar a edificarse en la próxima primavera. De esta forma, en 2025 esa planta elaborará 40 gigavatios de gas renovable que se inyectará a la red. “Nuestro objetivo es que el 100% de los camiones de recogida de residuos sea renovable y un 70% de las villavesas”, calculó Campión. La Mancomunidad ha comprado los últimos autobuses híbridos (gasóleo-eléctrico) y a partir de ahora todos los vehículos que se adquieran serán de gas de origen renovable. 

Por último mencionó que la Mancomunidad trabaja con un plan solar, que va a aprobarse en breve en asamblea. “Ahí tendremos para autoabastecimiento y para vender”, detalló.

Sin salir de la Comarca de Pamplona, el ingeniero de Nasuvinsa Javier Martínez abordó el proyecto de la central de calor de biomasa en el barrio de la Txantrea.

La iniciativa público-privada cuenta con un presupuesto de 13,7 millones de euros, 6,8 millones proceden de Nasuvinsa y 6,9 millones de la empresa Engie.

Central de calor

La madera

Reducir la huella de carbono, a 150 kilómetros

A través de este modelo se evitará la emisión de 7.000 toneladas de CO2 a la atmósfera cada año, y dejará de utilizarse calderas comunitarias o de generación de calor con combustibles de origen fósil, como el gasóleo o el gas natural. 

Esta central va a nutrirse de astilla de madera, originaria de sitios cercanos -de no más de 150 kilómetros- para minimizar así la huella de carbono. Y además exigirán que su aprovechamiento forestal sea sostenible, requisito que deberá ser acreditado con los certificados correspondientes. Los promotores han calculado un consumo anual de 40.000 metros cúbicos.

“Este proyecto está alineado con la descarbonización, la transición energética, la rehabilitación energética, la transformación urbana y el uso de biomasa forestal”, manifestó Javier Martínez. 

La central quemará biomasa para producir “un calor verde que va a transferirse a los futuros clientes a través de una red subterránea”, contó este ingeniero de Nasuvinsa. De esta forma, calcula que pueden abastecer a 4.500 hogares y edificios públicos y dotacionales del entorno del barrio de la Txantrea, que pertenecen al Ayuntamiento de Pamplona o al Gobierno foral.

La planta va a tener una potencia de 39 megavatios. “Es una instalación con unas dimensiones grandes a nivel local, con un depósito de agua de 1.800 metros cúbicos, que va a actuar como acumulador de energía calorífica. Por la noche quemará biomasa para aglutinar calor, y así por la mañana con lo picos de demanda puede haber agua caliente o calefacción”, relató. Además, dispondrá de un silo enterrado de mil metros cúbicos para el acopio de biomasa. “Con esta medida, la central puede seguir funcionando durante días en el caso de que surja un problema logístico, que tampoco tiene que darse”, detalló. 

El funcionamiento de esta central comenzará a funcionar a mediados del próximo año. “Para entonces, estará terminada la planta y la primera fase de redes”, adelantó. Engie ha creado una filial para gestionar esta infraestructura, ya que tiene una concesión para explotar y comercializar el servicio de calor durante 36 años. “Esta central diversifica las fuentes de energía de la ciudadanía y minimiza la dependencia actual con fuentes fósiles”, destacó. Martínez lanzó un último mensaje: “Desde Nasuvinsa hemos apostado por construir esta central con biomasa, que a su vez se convierte en el combustible principal de las promociones nuevas del plan foral de viviendas de alquiler”, dijo.

Martínez y Campión se centraron en casos concretos. En cambio, Jorge Osés, del Grupo Enhol, analizó la situación del sector industrial de energías renovables en Navarra y de la proyección de esta actividad. 

6.000 empleos

Más de cien empresas

4.500 millones de facturación

Osés insistió en que las “energías renovables se presentan como un pilar fundamental contra el cambio climático, además de ser clave para la descarbonización y la generación de empleo de calidad y de alta cualificación”.

Jorge Osés cifró en 6.000 el número de puestos de trabajo que soporta esta actividad en la Comunidad Foral, con más de cien empresas que mueven una facturación de 4.500 millones de euros. “La industria renovable de Navarra ya tiene su imagen de marca, con reconocimiento en España y en el exterior”, comentó. Así se puso de manifiesta en la feria eólica Wind Energy, celebrada en Hamburgo (Alemania) el pasado septiembre. Navarra ha llegado hasta aquí “por el carácter y el riesgo del empresario local, apoyado por todos los gobiernos forales, independientemente del color político”, subrayó.

Para potenciar el autoconsumo interno, enmarcado en esa transición energética, Osés manifestó que Navarra todavía tiene espacio para implantar nuevos proyectos eólicos y fotovoltaicos. “La Comunidad Foral tiene instalados más de 1.300 megavatios de energía eólica, con posibilidad de aumentar esa capacidad. Sin embargo, la energía fotovoltaica se convierte en la que más margen de crecimiento presenta, ya que solo representa un 4%”, especificó.

También hizo hincapié en que “el autoconsumo fotovoltaico en la industria y en particulares ha experimentado un fuerte crecimiento tras la pandemia”, contó.

Además, el representante del Grupo Enhol señaló que “la guerra de Ucrania ha enseñado que la dependencia energética se convierte en un grave problema para las economías y la sociedad en su conjunto”. Defendió las renovables como solución, y para ello pidió la colaboración de la sociedad y del Gobierno de Navarra para realizar esa labor de concienciación ante la ciudadanía. “Las personas deben acostumbrarse al impacto visual de la renovable en el entorno, con la presencia de nuevos parques”.

El director general del CENER, Pablo Ayesa, reiteró que Navarra se encuentra bien posicionada en el objetivo de esa transición, “que hay que abordarla de todas formas, con un largo camino por delante”.

Soluciones

CENER

Diferentes líneas de investigación

Ayesa coincidió con el consejero de Desarrollo Económico y Empresarial, que la transición energética debe sustentarse en la mayor generación de energías renovables, la potenciación del autoconsumo y la mejora radical de la eficiencia energética. 

En estos dos últimos objetivos, CENER está desarrollando diferentes líneas: cómo conseguir que los ciudadanos o empresas constituyan comunidades energéticas con tecnologías apropiadas; trabajar en soluciones para el sector del transporte -que solo usa un 6% de energía renovable- como el coche eléctrico; estudiar para lograr un sustitutivo del petróleo para crear combustibles en las refinerías y destinarlos a los aviones; abordar la gestión térmica para electrificarla; e investigar el hidrógeno para que sea renovable y así descarbonizar el transporte o acumular energía, etc.

Ayesa indicó que las energías más eficientes desde el punto de vista eléctrico son “la fotovoltaica y la eólica, en función de cada territorio; y para el uso térmico, la biomasa o la energía solar de concentración”. 

En relación a la descarbonización para la industria, Ayesa dijo que una de las medidas más efectivas es electrificar porque “cuando las energías renovables ocupen más espacio, el precio de la energía bajará, y el valor de la electricidad será contenido”. Aunque también citó la biomasa e hidrógeno.

El director general de CENER concluyó que “Navarra produce muchas renovables desde el punto de vista eléctrico. Si se compara el consumo de energía con la producción, Navarra está en el 98%. Pero, fuera del ámbito eléctrico, la foto no es tan bonita. Hay que seguir trabajando”. 

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Foro Hiria sobre energía, en imágenes Javier Bergasa