Este Foro Hiria dedicado a la economía circular contó con la intervención de Saray Arcaya, directora general adjunta de Bantec, empresa especializada en la gestión de ayudas para la realización de proyectos empresariales, más concretamente en I+D o economía circular.
Arcaya, en su exposición, hizo una pincelada sobre el PERTE de Economía Circular, “una oportunidad para las empresas para incrementar su competitividad y asegurar una mayor autonomía estratégica”, y repasó las diferentes líneas de ayudas desde una perspectiva práctica.
De esta manera, quiso brindar a las empresas “la oportunidad de sumarse a estas convocatorias” y de “animar a comprobar si los proyectos se adecuan a los requisitos establecidos”.
En este contexto, Arcaya detalló las dos líneas de acción del PERTE, una primera focalizada en los tres sectores identificados como prioritarios en materia de economía circular (textil, plástico y energías renovables) con un presupuesto de 300 millones de euros; y otra segunda de carácter transversal con ayudas dirigidas a proyectos de impulso a la economía circular en el ámbito de la empresa, “con el objetivo de mejorar la competitividad y la innovación del tejido industrial en cualquier sector”. Esta convocatoria, publicada en 2022 y que se encuentra ya cerrada, tuvo un presupuesto de 192 millones de euros.
Respecto a la segunda línea de acción, Saray Arcaya quiso compartir algunas claves desde el punto de vista de la experiencia tras asesorar a diferentes empresas en las convocatorias de ayudas. Para ello, analizó los diferentes obstáculos que han detectado en Bantec sobre el acceso a las ayudas, destacando “el gran encorsetamiento de las convocatorias en cuanto a requisitos de contenidos técnicos y proyectos seleccionados, la incertidumbre durante todo el proceso de solicitud, así como la complejidad en la gestión de asesoramiento”.
Asimismo, al hilo de este análisis, la directora general adjunta de Bantec añadió que estas barreras han demostrado que “el coste elegible de los proyectos no suele ser el coste subvencionable y mucho menos el coste real de los proyectos”, así como la necesidad de “preparar un plan de acción detallado que incluya información técnico-económica de la empresa para la solicitud”. Por ello, ante esa complejidad, quiso enviar un mensaje de positividad a las empresas y aconsejar que “cuenten con un acompañamiento de expertos especializados para la solicitud de las ayudas” y añadió que “aunque estas líneas de acción son muy específicas, existen otro tipo de subvenciones menos complejas al que se pueden acceder”, señalando que “cualquier proyecto es bueno”.
Para terminar, Arcaya recordó que “el plazo máximo de ejecución de los proyectos exige que las inversiones estén finalizadas en junio de 2026” y recordó que los anticipos de subvenciones “se van a avalar en prácticamente su totalidad”.
