Con más del 60% de superficie forestal certificada, Navarra destaca como líder en conservación ambiental y sostenibilidad. Este porcentaje muestra el firme compromiso de la Comunidad Foral con la preservación de sus ecosistemas y la protección de sus recursos naturales más valiosos.

Al contar con una superficie boscosa que supera las 600.000 hectáreas, Navarra no solo acoge una riqueza natural excepcional, sino que también desempeña un papel crucial en la mitigación del cambio climático y la preservación de la biodiversidad. Lo más destacable es que casi dos tercios de estos bosques (el 64%) están certificados en gestión forestal sostenible, lo que subraya el enfoque proactivo hacia prácticas que armonizan la conservación con el desarrollo económico.

Pero, ¿qué significa realmente tener una superficie forestal certificada? Significa que cada árbol, cada rincón de estos bosques ha sido gestionado de manera responsable, teniendo en cuenta tanto su valor económico como su importancia ecológica.

Es en este contexto, Navarra se ha propuesto un ambicioso objetivo: aumentar en al menos un 25% el aprovechamiento de sus bosques para el año 2030. Movilizando anualmente alrededor de 550.000 m3 de madera y leña, la región apenas alcanza un tercio de la capacidad de crecimiento de sus bosques. Ante este desafío, el departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Ejecutivo foral ha trazado una estrategia meticulosa que incluye la tala controlada de arbolado, bajo los criterios establecidos en su agenda de gestión forestal sostenible y certificada.

Sin embargo, este esfuerzo va más allá de simplemente incrementar la explotación de los recursos forestales. La gestión forestal sostenible no solo es un imperativo ambiental, sino también una oportunidad para impulsar el crecimiento económico local y combatir la despoblación rural. La promoción de actividades económicas relacionadas con los bosques, como la silvicultura y el turismo rural, contribuye a la generación de empleo en las áreas rurales y ofrece oportunidades para que las comunidades locales prosperen y se mantengan activas.

Y es que la madera, una materia prima renovable y de origen local, se alza como el pilar fundamental de esta estrategia. Sus usos en la edificación, tanto como elemento estructural como por sus beneficios en la construcción sostenible, la convierten en una pieza clave. La promoción de la biomasa y la valorización de los residuos forestales para el suministro energético además de contribuir a mitigar el cambio climático, también impulsan el equilibrio local y ayudan a la reducción del riesgo de incendios.

Iniciativas innovadoras

La madera, como recurso renovable, es reciclable, reutilizable y biodegradable. Actúa como un material neutro en carbono, capturando y almacenando carbono atmosférico durante su ciclo de vida, liberándolo solo en su degradación o combustión.

En la construcción, la madera ofrece beneficios significativos: es sostenible, eficiente energéticamente y versátil. Facilita construcciones más rápidas, duraderas y estéticamente atractivas, al tiempo que reduce residuos y mejora la salud interior.

En Navarra, este compromiso se materializa en el Plan Foral de Vivienda Pública de Alquiler, Navarra Social Housing, que integra estándares de alta eficiencia energética y sistemas de calefacción alimentados por biomasa forestal. Esto se refleja en la contratación para la segunda fase del plan, como en las promociones en Mugartea y Tafalla, que priorizan propuestas que incorporan madera en funciones estructurales, impulsando la preindustrialización de la construcción.

La promoción de vivienda pública de alta calidad y confort, como los proyectos piloto en Garralda y Bera, y el edificio en construcción de 39 VPO en Entremutilvas, que se convertirá en el de mayor altura y volumen de Navarra en emplear madera con funciones estructurales, resaltan el compromiso continuo.

Asimismo, Nasuvinsa está impulsando apartamentos públicos de alquiler en Azpilagaña, diseñados para su construcción en madera. Este edificio, con una estructura de 10 plantas, será el más alto de Navarra construido con este material, reflejando el liderazgo de la región en la construcción sostenible.

Además, la Comunidad Foral apuesta por otras iniciativas innovadoras, como el uso de biomasa como fuente central de energía en sus promociones. Ejemplos tangibles son el centro de acopio y distribución de biomasa forestal en Aoiz / Agoitz y la central de calor en la Txantrea, que abastecerá de agua caliente a miles de hogares.