Las mujeres ya ostentan el 32% de las alcaldías o presidencias de concejos de Navarra, un 7,5% más que la media estatal. Son datos del Instituto Navarro de la Estadística en base a los resultados de las últimas elecciones municipales de 2023.

Tras esta cita electoral, los cargos electos locales ocupados por mujeres se incrementaron del 36% al 40%, respecto a 2019. Así, en la actualidad 1.235 mujeres ocupan cargos en política local, de las que 1.039 son concejalas y 196 son alcaldesas o presidentas de concejos.

La presencia de las mujeres en la política será objeto de debate en el Foro de Mujeres Políticas que se celebrará el próximo martes en el Auditorio Baluarte de Pamplona. Tal y como explica el Gobierno de Navarra en una nota, "el vuelco es evidente, pero hay asignaturas pendientes y un nuevo reto que centra la agenda: afrontar la transición desde un liderazgo en femenino a un liderazgo feminista, el tema que protagonizará el encuentro.

Los detalles del encuentro han sido presentados hoy en rueda de prensa por el vicepresidente primero y consejero de Presidencia e Igualdad, Félix Taberna, y la directora gerente del Instituto Navarro para la Igualdad / Nafarroako Berdintasunerako Institutua (INAI / NABI), Patricia Abad, que han reivindicado la necesidad de que las mujeres sigan ganando presencia en la esfera pública, así como influencia y capacidad de establecer nuevas prioridades y estrategias con óptica feminista. 

“Que haya más mujeres en política permite hacer otra política. Otras prioridades. Una sociedad más justa, más igualitaria y más sostenible, tal como expresa la Agenda 2030”, ha destacado Taberna. Además, ha incidido en que “en las cuatro últimas legislaturas, la presidencia del Gobierno de Navarra la ostenta una mujer. Cuestión que amplía el horizonte de lo posible para las ciudadanas”.

Félix Taberna ha explicado que “el Índice de Igualdad de Género de Navarra, en su dimensión de poder, ha mejorado de forma significativa en los últimos años, pasando de 55,2 a 74 puntos en el periodo 2010-2020, lo que supone una subida de 18,8 puntos", según datos elaborados por el Instituto de Estadística de Navarra (Nastat).

Lejos queda ya la primera legislatura democrática municipal iniciada en 1979, en la que las alcaldías navarras ocupadas por mujeres representaban menos del 1% y había apenas un 3% de concejalas. 45 años después, las nietas de aquellas representantes ven con normalidad cómo las mujeres ocupan el 40% de los cargos electos locales, el 48% del Parlamento de Navarra y se encadenan ya cuatro legislaturas con presidentas mujeres.

Los modelos de liderazgo, a debate

El INAI / NABI puso en marcha el programa Foro de Mujeres Políticas en 2019, con el fin de generar un espacio propio descentralizado para alcaldesas, concejalas y mujeres que vayan a ejercer la actividad política en el ámbito local, superando diferencias partidistas y centrándose en las especificidades y problemas compartidos por razón de género en el ejercicio de la política.

La nueva edición del Foro del próximo martes analizará las medidas necesarias para promover un modelo de liderazgo con verdadera perspectiva feminista. El objetivo es introducir una nueva forma de hacer política alejada de modelos clásicos de gestión.

El encuentro será inaugurado por la presidenta de Navarra, María Chivite. La ponencia principal correrá a cargo de la periodista Ángela Paloma Martín, experta en liderazgo de las mujeres en política, con más de doce años de trayectoria profesional como consultora política y corporativa en seis países. A continuación, tendrá lugar una mesa redonda en torno a la superación de las barreras de género, el enfoque feminista en las políticas públicas y el modelo de gobernanza al que aspiran las mujeres. 

La mesa contará con la presencia de Begoña Alfaro, vicepresidenta tercera y consejera de Vivienda, Juventud y Políticas Migratorias, además de portavoz en el Parlamento de Navarra del grupo Contigo Navarra-Zurekin Nafarroa; Bakartxo Ruiz Jaso, ex parlamentaria foral de EH Bildu-Nafarroa entre 2011 y 2023; Yolanda González García, alcaldesa de Viana por el Partido Socialista de Navarra y portavoz del grupo municipal socialista de la localidad; Piluka García Castellano, primera teniente de alcalde y concejala de Servicios Sociales, Igualdad y Diversidad de Geroa Bai en el Ayuntamiento de Zizur Mayor; Leire Remiro Esnoz, alcaldesa del Valle de Erro por el Grupo Haize Morea; y Bertha Sánchez Luna, alcaldesa de Garinoain entre los años 2019 y 2023 con el Grupo Independiente Agrupación por Garinoain (APG). Tras esta mesa redonda, tendrá lugar un diálogo con las asistentes y un acto de clausura. 

Lucha contra la Violencia Política por Razón de Género (VPRG)

El próximo Foro de Mujeres Políticas pondrá sobre la mesa de debate la necesidad de luchar contra la denominada Violencia Política por Razón de Género (VPRG), un tipo de violencia machista que vulnera la integridad física y moral de muchas mujeres que se dedican a la política, así como sus derechos civiles, políticos y sociales. 

Entre las prácticas más comunes de VPRG destaca la tendencia a obviar, ridiculizar o minimizar la voz de las mujeres que ocupan cargos públicos, el “vacío” que se hace en muchas ocasiones ante sus intervenciones o propuestas o la tendencia a un trato diferenciado o denigrante por parte de los hombres, que en ocasiones también deriva a actitud de sobreprotección o infantilización en el desempeño de sus funciones. También la denominación de puestos en masculino o femenino determina el sentido de pertenencia a ese cargo y su legitimidad asociada, de ahí la importancia del lenguaje que se utiliza en política. 

Este tipo de violencia incide en la salud mental de las mujeres políticas que la sufren, ya que puede desencadenar problemas de ansiedad y depresión que afectan a su autopercepción y autoestima. Puede derivar además en una tendencia al silenciamiento y la autocensura como estrategias de autoprotección, lo que limita la libertad de expresión de las mujeres políticas y su capacidad de influir. Se trata además de un factor que disuade a muchas mujeres de participar en política. 

Según ha explicado Abad, se trata de una violencia estructural “naturalizada”, que debe tratarse como un problema específico, con medidas legislativas y protocolos internos en partidos, organizaciones e instituciones que permitan denunciar estas situaciones, darles visibilidad e identificar a posibles victimarios o causantes de este tipo de agresión a la mujer”.

Del ‘techo de cristal’ al ‘síndrome de la abeja reina’

Entre los obstáculos a los que se enfrentan las mujeres en el ejercicio de la política, destacan los estereotipos, la invisibilización o las propias autolimitaciones. Según ha indicado Abad, entre las dificultades más habituales destaca el llamado ‘techo de cristal’, en referencia a las barreras invisibles que impiden que las mujeres asciendan en la escala jerárquica, asuman puestos de responsabilidad y desarrollen su talento. La variante del ‘techo de cemento’ guarda relación con las barreras internas, autoimpuestas inconscientemente por las propias mujeres, en el momento de ascenso en su carrera profesional para ocupar cargos de mayor responsabilidad.

Destacan también las dificultades englobadas en el concepto de ‘suelo pegajoso’, referido a la dificultad que afrontan las mujeres a la hora de abandonar o delegar las tareas del ámbito privado y dedicarse exclusivamente al desarrollo profesional. Otro obstáculo es el ‘precipicio o acantilado de cristal’, en referencia el fenómeno en el que es más probable designar como líder a una mujer cuando hay un contexto de crisis, sin respaldo, con el consiguiente riesgo de fracaso. 

También es habitual el llamado ‘síndrome de la impostora’, considerado una manifestación de baja autoestima de mujeres que piensan que no merecen totalmente el puesto de responsabilidad que desean u ocupan, llegando a creer cuando la alcanzan que la conquista se ha debido a la suerte o al azar y temiendo en todo momento ser descubierta como un fraude, lo que perpetúa estas creencias limitadoras

Finalmente, el ‘síndrome de la abeja reina’ hace referencia al fenómeno por el cual mujeres que ocupan altos cargos dentro de organizaciones, tienen una clara preferencia a rodearse de hombres a la hora de trabajar al pensar que, por defecto, el resto de mujeres son sus rivales o personas a las que deben dominar. Según ha explicado Abad, seguir este modelo supone por una parte posicionarse al lado de quien ostenta los privilegios y, por otro, tener un concepto erróneo del feminismo, entendiéndolo como victimismo.