Sube el Orvina: felicidad sobre el 40x20

Dos protagonistas de lujo, el entrenador Alfredo Hualde, y la capitana Leire Cortijo, han atendido a este periódico para conocer de primera mano los valores y principios del club, así como para repasar esta exitosa temporada y los próximos retos.

Las raíces

Alguien que conoce muy bien los cimientos y la historia del Orvina es su entrenador, Alfredo Hualde. “Este club de fútbol sala es un histórico. Desde los años 90 ha estado mucho tiempo jugando en Primera División con jugadoras profesionales, que les pagaban lo suyo y demás. Años más tarde acabaron descendiendo de Primera, y el equipo se mantuvo en Segunda División otros muchos años, hasta el descenso a la Primera Territorial en la temporada 2020/2021. Ese año del descenso fue mi primera temporada como entrenador del Club Deportivo Orvina, y la verdad que fue un disgusto enorme porque este equipo no sabía lo que era disputar la Liga Territorial”, manifiesta el técnico.

Otra particularidad del club es la procedencia de sus jugadoras. Leire Cortijo, capitana y portera del equipo, explica que son “catorce jugadoras en la plantilla. Somos doce de Pamplona y una de Tudela, además de otra chica de Bilbao”.

La idea fundamental

Haber alcanzado el objetivo a través de una identidad de juego merece una reflexión.

“Nuestra idea se basaba en ser un equipo solvente en defensa, encajar muy pocos goles, ser buenas en las transiciones defensivas porque era una de nuestras debilidades estos años, y, por último, estar acertadas en las contras. Cierto es que poder trabajar una estrategia fija nos ha permitido desarrollar nuestro estilo de juego anotando muchísimo, además de una mejora en el juego posicional”, sostiene el técnico, que también reconoce haber hecho cambios en el sistema: “Antes jugábamos con una línea de cuatro y ahora hemos acabado jugando con el tres-uno. El año pasado fichamos a una pivote procedente del Txantrea B, María Oficialdegui. Esta temporada, especialmente en el play-off, nos ha dado mucha facilidad para salir con el balón, y, como digo, se ha notado mucho en la recta final”.

Respecto a las bases del equipo, Leire sentencia que “todos sabemos que la clave de este ascenso ha sido estar unidas en cada partido, pensando solamente en ayudar a las compañeras y en ser solidarias”.

La competición

Explica Leire que “en Navarra y en cada comunidad existen dos categorías territoriales, Primera y Segunda. Los equipos de Segunda pueden ascender a Primera Territorial y los de Primera, bajar a Segunda. En caso de concluir la liga regular como primer clasificado en Primera, pasas a jugar el ascenso a Segunda División nacional y, por encima de ella, solo está la Primera División, que está compuesta por un grupo único de clubes de toda España”.

La portera comenta que “en la categoría a la que hemos ascendido, este año habrá tres grupos. Para ese paso de categoría autonómica a nacional, es decir, para la promoción de ascenso a Segunda, cada comunidad presenta un candidato que pelee por el play-off, que se trata del ganador de cada Liga Territorial. Cuando acaban todas las ligas territoriales se realiza un sorteo por cercanía para determinar los cruces del play-off”.

El descenso en 2021

Orvina se convirtió en 2021 en equipo de Liga Territorial (autonómica) por primera vez en su historia. El míster cuenta que se vieron “obligados a pensar en un cambio de ciclo. Las más veteranas buscaron salidas y tuvimos que tirar con muchísima gente de la casa. Eso también reforzó nuestra entidad y el sentido de pertenencia a este club, a esta verdadera familia”. Sobre el curso pasado, Hualde remarca que “no se consiguió subir porque hubo un play-off entre los equipos de la Primera Territorial de Navarra, y caímos en la final, por lo que no llegamos a disputar la última fase. Pero esa página ya la pasamos, y la realidad es que somos de Segunda División”.

Play-off y ascenso

La categoría de Primera Territorial Navarra, en la que competía este año el Orvina, era de diez equipos. “Quedamos primeras y nos tocó en la eliminatoria final jugar contra las primeras de Aragón, el Inger Colo Colo. Primero jugamos en Zaragoza, porque teníamos nosotras mejor coeficiente y el factor cancha a favor. Ganamos 2-4 en el partido de ida, y en la vuelta, que jugamos el sábado 17 de junio en Orvina, ganamos 5-1, consiguiendo el ascenso a Segunda”, apunta la capitana.

En cuanto al objetivo principal, el míster asegura que “era el ascenso, y lo más bonito de todo esto es que somos un club en el que todas las categorías base, desde 6 años hasta juveniles, tienen equipo de chicas”. “La fiesta que hubo aquí en el partido de vuelta fue algo que no se puede pagar. Toda la gente animando, las chicas con una ilusión tremenda porque saben que son el referente de este club para el resto de crías... Todo esto provoca un sentido de pertenencia al club que hace que todas quieran continuar aquí”, describe Alfredo con afecto.

La Copa

“Se disputa entre los diez equipos de nuestra Liga Territorial. Había dos grupos, y nosotras fuimos primeras. Algún partido nos costó más que otro porque muchas estábamos lesionadas. En fase de grupos fuimos primeras después de ganar al Txantrea, Mendialdea B, Ezkaba, Xota e Iruntxiki”, explica Cortijo. En cuartos pasaron por encima del Cantera, en semifinales del Xota, y en la final barrieron al Mendialdea A, lo que les “ayudó a encarar con más fuerza el play-off de ascenso”, reconoce Leire.

El balance

“Acabamos la liga a catorce puntos de diferencia con las segundas, el Txantrea B, y, aparte de ser campeonas, lo fuimos también de la Copa. Así que, con el doblete de liga y Copa, sumado al ascenso, se puede decir que la temporada ha sido perfecta. No podíamos aspirar a más”, expone el técnico.

Un grupo de jugadoras, celebrando el ascenso el 17 de junio en Ezkaba. Victor Castro

Por otra parte, Leire contrasta que “en liga, de los 18 partidos jugados hemos ganado 17. El otro lo empatamos 3-3 contra el Olite. Luego conseguimos ganar los dos partidos de la final del play-off, y en Copa ganamos los ocho partidos, cinco en fase de grupos y tres en eliminatorias”. En menos palabras; un balance total cuyos partidos se cuentan por victorias, excepto el empate en liga (26 victorias - 1 empate - 0 derrotas).

El míster

Una etapa que continúa después de tres temporadas en el banquillo de Ezkaba. Pocos años pero suficientes para construir una reseñable identidad y una sobresaliente trayectoria. Pero nada es fácil, y, en numerosas ocasiones, todo es más complejo de lo que parece. Esto comenta sobre su situación actual: “Después de estos tres años, estamos hablando con la Junta porque les dije que me cuesta compaginarlo. Soy padre de tres niñas, y este año, si conseguía el ascenso a Segunda, me iba. De momento, no hay manera de encontrar un sustituto, por lo que lo más probable es que tenga que seguir”.

Dos ejemplos de la casa

“Llevo desde los 7 años en el club y desde 2014 en el primer equipo”. Así se presentó Leire Cortijo, y cada vez más chicas del club pueden presumir de algo similar. “Para mí, Orvina es mi segunda casa, y este año sabíamos que teníamos que ir sí o sí a por el ascenso porque ya nos quedamos con la miel en los labios la temporada pasada. Sentíamos que debíamos hacerlo por el crecimiento del equipo y del club”, asegura la portera, que también quiso despejar cualquier atisbo de duda sobre su futuro: “Yo me quedo aquí seguro. Siempre”.

De Alferdo, la capitana destaca que “se quedo cuando estábamos cuatro, que no sabíamos ni si salía equipo. Permaneció unido a esta familia en los peores momentos, y consiguió hacer fichajes con gente de la cantera y de otros equipos navarros. Además, el año pasado no conseguimos el ascenso, y se quedó con nosotras en vez de irse a algún equipo grande”.

En definitiva, dos perfectas definiciones de ambición real por un sueño, cueste lo que cueste.

Ahora, un reto ilusionante

Alfredo confiesa que “la idea del club es seguir con un proyecto joven. Queremos afianzar la plantilla del primer equipo, y con este ascenso hemos dado un paso enorme. Lo que tenemos que intentar ahora es que las chicas cojan experiencia en Segunda, donde el objetivo lo fijaremos en la salvación, por supuesto”. De cara al curso que viene, Hualde adelanta que “iremos creciendo poco a poco, siempre con los pies en el suelo, con jugadoras de aquí, de la casa, con chicas jóvenes de la cantera y del entorno de Pamplona. No hay más”. l