Del bosque Un arrítmico, a la carrera
el seleccionador acude a una cita con la universidad, pero LA federación navarra engorda la agenda con actos de última hora
como futbolista tenía fama de arrítmico, un tipo lento de movimientos, más bien torpón, pero dotado de una calidad en el manejo del balón envidiable. Vicente del Bosque, acostumbrado a jugar al tran-trán, anduvo ayer a la carrera por Pamplona. El seleccionador español saltó de reunión en reunión, de cita en cita, con parada para reponer fuerzas en un comedor privado de la Universidad de Navarra y concluir en el Aula Magna del edificio central recibiendo la Beca de Honor del Deporte.
Aunque en principio la agenda de Vicente del Bosque durante su estancia en la capital navarra solo se ceñía al campus de la Universidad, José Luis Díez, presidente de la Federación Navarra de Fútbol, aprovechó el viaje del seleccionador para meterle con calzador un par de actos no previstos. Díez y Del Bosque coincidieron el lunes en Madrid, donde el directivo asistía a una reunión extraordinaria de la Nacional y el técnico hacía un viaje relámpago desde Valladolid, donde había recibido una nueva distinción, para participar en una reunión de entrenadores y dirigentes arbitrales con el objetivo de poner coto al exagerado número de expulsiones que los responsables de los equipos están padeciendo esta temporada. Así que Díez se ofreció a recoger en Zaragoza al campeón del mundo, que llegó desde Madrid en el AVE en compañía de la jefa de prensa de la Federación Española, Paloma Antoranz.
A las 11.30 horas, Del Bosque se encontró con un "acto interno" -también denominado cafe-break en la comunicación oficial- organizado en la sede de la Federación Navarra. Allí acudieron federativos, empleados, el responsable de las selecciones territoriales, Txuma Martón, técnicos de las selecciones inferiores y responsables de equipos navarros de Segunda B y Tercera división, entre ellos Miguel Merino (Osasuna B) y Sergio Amatriain (Peña Sport).
De la sede de la calle Arrieta la comitiva se dirigió a Sancho el Fuerte, al Comité de Árbitros, donde se improvisó un coloquio al que acudieron unas ochenta personas. Allí, Del Bosque quitó hierro a las declaraciones de Jordi Roura sobre la designación de Undiano Mallenco para el primer clásico de la semana.
con universitarios La agenda reservaba, para las cuatro de la tarde, un coloquio con estudiantes, profesores y empleados de la Universidad de Navarra. Antes, el selecccionador comió en un salón privado acompañado del rector, Alfonso Sánchez Tabernero, el vicepresidente del Comité Olímpico Español, Carmelo Paniagua; el director del Servicio de Deportes de la UN, Javier Trigo; el presidente de la Academia Olímpica, Conrado Durántez; además de Díez y la jefa de prensa de la Española, entre otros.
En la sobremesa no solo se habló de fútbol. Entre quienes no lo conocían, Del Bosque dejó la sensación de ser "una persona muy humana y muy cercana" y que posee "una memoria prodigiosa".
Tras el coloquio, la ceremonia de apertura de la XLV Sesión de la Academia Olímpica y la imposición de la Beca, el seleccionador emprendió viaje a Zaragoza, donde debía subirse al AVE. Como mucho, llegaría a tiempo de presenciar la segunda parte del clásico. En su recargada agenda no quedó sitio para el fútbol...