javier Zurbano se ha convertido en el trotamundos del fútbol navarro. A sus aventuras en clubes de Suiza, Vietnam e Islandia sumó estas Navidades un nuevo destino: Hong Kong. El delantero de Andosilla, de 33 años, estuvo 15 días a prueba en el Happy Valley y cuando tenía el visto bueno de entrenador y director deportivo para su fichaje en la Primera División, el presidente hizo llegar otro delantero a prueba al club que hizo a Zurbano emprender el camino de vuelta.

Quince días fueron tiempo suficiente para enamorarse de una ciudad y una cultura que desconocía. "Hong Kong me pareció una pasada. Es una gran ciudad, llena de rascacielos, un lugar en el que me hubiera encantado quedarme un tiempo". Se le nota que lo siente. Pero si algo tiene Javier Zurbano es facilidad para adaptarse a las distintas situaciones.

No se quita de la cabeza la experiencia. "Estuve 15 días, jugué dos amistosos y marqué dos goles. Todo iba bien, en principio. Recibía buenas palabras tanto del entrenador como del director deportivo. Sin embargo, el que manda en última instancia es el presidente y no me queda otra que aceptar su decisión de elegir a otro delantero".

Se queda con la espina clavada de tener la oportunidad de poder disfrutar de un país y una cultura diferente. "Me gustó mucho la ciudad. Todo era enorme, todo era a lo grande y estuve muy contento los días que me tocó estar allí. Vivía con dos compañeros chinos en un rascacielos de 56 pisos. Nuestro piso era el 48º. Te asomabas por la ventana y no tendías a mirar hacia abajo, porque estabas rodeado de grandes edificios, incluso más alto que el nuestro, así que mirabas hacia arriba".

Deportivamente, Javier Zurbano se veía con capacidad de aportar goles al equipo con sus 193 centímetros. El nivel de la Liga de Hong Kong dista mucho de la Liga de aquí. "Todavía tienen mucho que aprender. Compiten en la Primera División de Hong Kong, que es una categoría diferenciada de la Primera División china. Me lo explicaron cuando estuve allí. Para pasar de Hong Kong al resto de China hace falta hasta un visado. La cuestión es que en cada club de la Primera División de Hong Kong puede tener hasta cinco extranjeros en la plantilla, que son los que aportan la calidad al equipo. En el Happy Valley había argentinos, croatas... Fui con un chico de Valladolid, que se quedó. La Liga ya había empezado hacía siete semanas y este equipo iba último en la clasificación, por lo que buscaban refuerzos para salir de esa situación".

Con mucho pesar tuvo que volver a casa antes de lo previsto. La aventura exótica no pasó de 15 días y, tras pasar unos días en Andosilla, ha regresado a Menorca, de donde es su novia y donde ha fijado su residencia habitual. "Ahora juego en la Penya Ciutadella, de Tercera, pero tengo un acuerdo con ellos por el que me dejarían marchar si me saliera una oferta interesante".

trotamundos

Islandia, Vietnam, Suiza...

Lo suyo es un no parar. En octubre había regresado de Islandia, coincidiendo con el final de la Liga allí, donde jugó desde febrero en el Selfoss. Volvió feliz de su experiencia en Islandia. "No me puedo quejar. Jugué todos los partidos y fui el segundo máximo goleador de la Liga, con 11 goles en 20 partidos. El país es muy chulo y tenía mucha calidad de vida. En el tema futbolístico se les nota que ya están trabajando bien la cantera y hay chavales que salen de abajo y tienen calidad. Ya no es un fútbol de tanto pelotazo como antes".

Más allá de lo deportivo, las instalaciones son llamativas. "Teníamos cuatro campos de hierba natural y uno de artificial, aparte de gimnasio, sala de vídeos, comedor... Nos trataron muy bien".

Le gustó la vida en Selfoss, pese a quedarse sin vacaciones... ni verano. "Los horarios son europeos. Se come a las 12 y se cena a las 6. Y lo peor fue el verano. Hizo bueno dos semanas. El resto del tiempo la temperatura era de unos 12 grados, con un viento que llegaba de Groenlandia y que hizo que ni me enterara de que había verano", bromea.

Tuvo la oportunidad de probar tiburón, "un plato típico de allí que lo preparan de una manera muy especial, porque lo pudren lo meten debajo de tierra... No me gustó demasiado". Todo lo contrario que otro plato típico: "la ballena. Está muy bueno ese plato". "Sobre todo comía pescado: salmón, bacalao... Aunque ellos son muy dados a sobrevivir con comida rápida y se alimentan de hamburguesas, perritos, patatas fritas...".

Durante su estancia allí estuvo con su novia y tuvo la oportunidad de perfeccionar su inglés. En octubre, al terminar la Liga, llegó a Menorca, donde tiene su residencia, y, sin tiempo de descanso, hizo ficha con la Penya y jugó en la Tercera balear hasta la experiencia de Hong Kong.

Estos dos exóticos destinos se unen a la experiencia internacional en Vietnam y Suiza, donde estuvo a prueba. "Asia se me resiste. Estuve veinte días en Vietnam en dos clubes de dos ciudades distintas (Tang Hoa y Long Xuyen) y no hubo suerte. Futbolísticamente les queda mucho por mejorar, aunque el país me encantó".

Y anteriormente había estado unos días a prueba en el Grasshoppers de Zúrich, "una gran oportunidad porque el equipo estaba jugando la UEFA. Pero no hubo acuerdo entre el entrenador y el director deportivo y no salió adelante el tema".