La quinta de Zoco
HOMENAJE | Familiares y excompañeros acuden al tanatorio para despedir y ensalzar la figura del futbolista navarro y leyenda del real madrid
pamplona - La dimensión de Ignacio Zoco como jugador quedó escrita para siempre en la historia del fútbol. Su valor humano quedó patente ayer. Decenas de personas acudieron al tanatorio San Alberto para dar el último adiós al espigado centrocampista de Garde. Uno de los primeros en llegar fue su hermano Javier que, entre lágrimas, aseguró que Ignacio “dio todo lo que pudo, y llevó el nombre de Navarra y de su pueblo con el alma y la vida”.
Sin lugar a dudas, poner el alma en todo lo que hacía era un modo de vida innegociable para el exjugador. “Como futbolista, como persona y como osasunista lo era todo. Pasaba de diez”, afirmó Adolfo Pérez Marañón, presidente de la asociación de veteranos de Osasuna. “Aún recuerdo cuando había un córner y todo el público del Madrid gritaba a una: ‘¡Zoco, Zoco, Zoco!”, rememoró.
Las anécdotas entre los que le conocieron personalmente son inabarcables. “El famoso presidente Santiago Bernabéu le adoraba y cuando el equipo no funcionaba bien, bajaba al vestuario y decía: ‘Aquí todos como el navarro”, declaró con una sonrisa el veterano rojillo Ángel López, que calificó a Zoco como una persona muy “humilde y cercana” a pesar del nivel que “alcanzó en su carrera”.
En la misma línea se expresó Pablo Recalde Berástegui, que compartió vestuario tres años con el de Garde. “Siempre fue un gran compañero. En lo deportivo ha estado en lo más alto, pero lo más destacable es que era un jugador muy noble”, recalcó.
Nobleza y entrega son las cualidades que todos los que compartieron césped con Zoco destacan por encima de las demás. Quizás ese tesón que demostraba cada vez que se calzaba las botas le valió al del Valle de Roncal para escalar hasta los altares del madridismo, convertirse en el navarro con mejor palmarés y hasta que el propio Bernabéu le calificara como semental.
Minutos más tarde, y tras unas gafas de sol, llegó a la puerta del tanatorio toda una leyenda rojilla: Pedro Mari Zabalza. En el corrillo de exjugadores se notaba el buen rollo y se amontonaban los recuerdos, aunque todo recubierto de un tono de tristeza por el motivo de la cita.
“Zoco me sacaba cinco años cuando estábamos en Oberena. Para nosotros, como chavales, tener a Ignacio merendando o cenando era un orgullo”, recordó Zabalza que aseguró que Zoco “aprovechó sus condiciones al 100%. No le podías pedir más, su historial es irrepetible”, sentenció el exrojillo y exbarcelonista.
El último en hacer acto de presencia y con cierta prisa por entrar en el recinto fue el presidente de Osasuna, Luis Sabalza, que aseveró que era un hombre muy vinculado “a Navarra y a Osasuna”, antes de recitar de memoria la alineación del conjunto rojillo de la época de Zoco. El presidente no se quiso despedir sin reconocer que muchos de los valores de lucha y garra que encarnaba Zoco son los que pretende transmitir el actual Osasuna.
Garra y lucha, entrega y nobleza. Ayer, una vez más, se volvió a entonar el célebre cántico de: ‘¡Zoco, Zoco, Zoco!’, aunque fuera en la nostalgia de cada uno.
Entierro, a las 10.15h. Zoco será enterrado a las 10.15 horas en el cementerio de Pamplona.
Funeral, a las 19.00h. El funeral será oficiado a las 19 horas en la iglesia de San Francisco Javier y contará con la presencia de Pachín, Butragueño, Amancio y Macua.
Bandera de Osasuna. Los veteranos de Osasuna dejaron una bandera del club sobre el féretro.