pamplona - No deja de ser curioso que haya abundante literatura en prensa que explique cómo se las gastan los equipos de José Bordalás (54 años), el entrenador del Getafe, el rival de mañana de Osasuna. De los equipos del técnico alicantino se ha dicho que son duros en las marcas, broncos en el despliegue en un encuentro, verticales a la hora de buscar la portería rival y, en general, poco atractivos para el espectador. Intensidad y verticalidad serían los dos mandamientos del fútbol de Bordalás.
Una cosa son los calificativos o reflexiones que se apliquen a los equipos que dirige, pero los resultados dicen también que hay efectividad en sus planteamientos, que redundan en beneficios. El Getafe está disputando esta temporada la Liga Europa tras haber estado coqueteando muchas jornadas con el sueño de acudir a la Champions. El hecho es que desde que llegó al equipo madrileño en otoño de 2016 ha ido creciendo. No sólo ha salido de la Segunda sino que en dos temporadas ha sido capaz de desembarcar en Europa.
La ejecución de un fútbol sin contemplaciones -solidaridad y trabajo a destajo para otros- tiene que ver con un método diario en el que no hay concesiones. “El que no sea un atleta en el fútbol no vale para la elite y con Bordalás menos, por lo que los jugadores se ponen las pilas”. Es una de las frases de Javier Vidal, el preparador físico que lleva 20 años con él. “Nunca hemos entrenado tanto como en el Getafe”, dijo una voz anónima de la plantilla. Los planes semanales de entrenamiento cuentan con una media de seis sesiones de trabajo o incluso siete si juega el domingo por la noche. Los futbolistas se pesan a diario en la báscula del entrenador bajo amenaza de multa. Así, claro, salen a comerse el campo.
El entrenador. José Bordalás Jiménez (54 años) jugó en las categorías inferiores del Hércules. Llegó hasta la Tercera división y dejó el fútbol a los 28 años por las lesiones. Luego, comenzó su caminar por equipos de la Comunidad Valenciana: Benidorm, Eldense, Novelda, Hércules (2005-07), Alcoyano (2007-09) y Elche (2009-12). Se dio a conocer en el Alcorcón (2012-15), a continuación, cuando estuvo a punto de fichar por Osasuna, se marchó finalmente al Alavés (2015-16), equipo al que ascendió a la Primera. Entonces se marchó al Getafe en septiembre de 2016, donde sigue tras haber cogido al equipo en Segunda.
El personaje. El entrenador alicantino es un tipo curioso, difícil de trato para los que le han tocado de cerca. Lleva un tatuaje de la Legión, es aficionado a los toros -su hermano es banderillero- y controla absolutamente todo hasta haber prohibido el teléfono móvil a sus jugadores.