El momento de inestabilidad del Barcelona se cerró con un ejercicio defensivo sobresaliente en el Santiago Bernabéu, vencedor de su segundo clásico consecutivo gracias a un error grave de Camavinga y la mala fortuna de Militao al marcar en su propia puerta, en un duelo de ida de semifinales de dominio improductivo del Real Madrid, sin remates a Ter Stegen.

Alejado de la visión contemplativa del derbi, al Real Madrid le sobró voluntad pero le faltó acierto en los últimos metros. Un contraste con un Barcelona que, condicionado por las circunstancias, las bajas claves de pilares como Pedri, Dembélé y Lewandowski, no tuvo reparos en renunciar 90 minutos a su identidad y adaptarse a una nueva. Supliendo con batalla el bajón de calidad que aportan los sustitutos. Sabiendo adaptarse a un tipo de partido en el que tocaba sufrir.

Los momentos de superioridad inicial del Real Madrid fructificaron en un gol anulado por fuera de juego a Benzema, afinado en el control y la definición por única vez en el partido. El Barcelona tenía en mente un duelo a 180 minutos, no encontró referentes en la salida de balón pero sí un giro al guion del partido inesperado. En su primera llegada al área y a la portería rival, aprovechando un regalo en el inicio de jugada de Camavinga, asestó un golpe.

Gol del Barcelona, en propia puerta del defensa brasileño del Real Madrid Eder Militao. Kiko Huesca

Kessie fue el receptor del regalo, se midió a Courtois en el uno contra uno y se alió con la fortuna de ver como su disparo fue rechazado por el portero, rebotó en Militao y rozó en Nacho para meterse en la portería blanca. Inicialmente anulado por fuera de juego, desató la incredulidad tras la corrección del VAR.

Al Barcelona se le planteaba la opción de matar la eliminatoria al contragolpe. La desaprovechó entre imprecisiones de Ferran y falta de acierto en el uno contra uno de Raphinha. Gavi desaprovechó la más clara del primer acto y Ansu Fati impidió el segundo, en disparo a placer de Kessie, cuando Courtois ya estaba batido.

Un Madrid sin red se volcó, asfixió al Barcelona, lo hizo todo bien salvo en la fase final del juego. Su asedio sin premio tuvo un factor clave, la falta de rematadores. Ancelotti tardó 67 minutos en meter a Rodrygo y 84 en dar paso a un ‘9’ puro como Álvaro Rodríguez. Poco dado a la apuesta por la cantera, la continuidad al punta del Castilla muestra carencias en la planificación y el fracaso en el último intento con Mariano.

Los duelos eran ganados por el Madrid. Las ayudas defensivas, como las de Busquets el día en el que se convertía en el rey del clásico, eran azulgranas. Ni una intervención de mérito de Ter Stegen, respaldado por un esfuerzo defensivo con premio de sus compañeros. Un disparo lejano de Rodrygo no evitó un partido sin tiros a puerta que aumenta la impotencia madridista en el clásico y refuerza al Barcelona, que tiene la final de Copa del Rey en su mano.

Real Madrid 0

Barcelona 1

REAL MADRID Courtois; Carvajal, Militao, Rüdiger, Nacho (Rodrygo, m.67); Camavinga, Kroos (Tchouaméni, m.74), Modric (Álvaro Rodríguez, m.84); Valverde, Vinícius y Benzema.

BARCELONA Ter Stegen; Araujo, Koundé, Marcos Alonso, Balde; Busquets, Kessie (Sergi Roberto, m.86), De Jong, Gavi; Raphinha (Ansu Fati, m.69) y Ferran Torres.

Gol 0-1, m.27: Militao, en propia puerta.

Árbitro Munuera Montero (colegio andaluz). Amonestó a Vinícius (24), Nacho (55) y Valcerde (73) por el Real Madrid; y a Rapinha (45), Gavi (51), Kessie (66) y al técnico Xavi (90) por el Barcelona.

Estadio Santiago Bernabéu; 63.000 espectadores.