La colegiada navarra Andrea López Méndez (2001) sigue rompiendo barreras en el mundo del arbitraje navarro, después de su debut como árbitra principal en Tercera RFEF. Antes, esta estudiante de ADE fue la primera colegiada en debutar en Preferente y Autonómica; en Reto Iberdrola y formó parte del primer equipo arbitral íntegramente compuesto por chicas en Navarra.
Enhorabuena por el debut. ¿Ha asimilado lo que supone?
–Bueno, la noticia es la primera mujer en Tercera como árbitra principal. Quitando eso, es un partido más. Lo que sí que llevé con nervios es la categoría nueva, que quieres estar al nivel y por eso tenía los nervios al ir al partido. Quería que todo saliera bien y que no hubiera alguna jugada rara.
¿Cómo se vio en el plano personal?
–Bien, yo acabé contenta el partido, con buenas sensaciones. La gente que estuvo viendo dijo que saqué el partido, así que por eso estoy contenta.
¿Qué se le pasaba por la cabeza antes de empezar?
–Lo que he comentado, que no pudiera fallar, porque si fallábamos todo el mundo iba a saber que éramos nosotros. Pero salió bien, sin fallos.
Imagino que al igual que todo jugador debutante, cuando suena el silbato se le van los nervios y se centra en el partido.
–Cuando pitas los nervios se van y es un partido más. Lo que queremos es que salga todo bien, porque son 90 minutos intensos tomando decisiones.
“Antes no era común ver a una chica arbitrando y había muchos comentarios, ahora es más normal, la gente se va acostumbrando”
En ese sentido, ¿cuando pita el final, qué es en lo que piensa?
–Primero alivio. Nada más terminar el partido estás en caliente, pero volviendo a casa después vas asimilando las jugadas más polémicas y ves dónde puedes corregir para mejorar y en qué acciones has acertado. Cuando un árbitro falla se ve muchísimo, pero es cuando un delantero falla a puerta vacía, por ejemplo. Estamos expuestos al fallo en el fútbol.
Ha hecho hincapié en que la noticia era que una mujer arbitraba un partido de Tercera pero, en el plano personal, ¿cómo se siente al ser usted esa mujer?
–No sé, porque yo me veo como una compañera más dentro del comité. Todo el mundo me dice que soy una referente, pero bueno, yo me veo como una compañera más que sólo trata de ayudar al resto de chicas.
¿Cómo tenía el móvil al acabar el partido?
–Mensajes de un montón de gente, incluso entrenadores y jugadores. Hace ilusión de que todo el mundo se alegre, porque somos otra parte del fútbol y te alegra que esa gente se emocione.
Habla de que son parte del fútbol, ¿siente discriminación por nuestra parte, los medios de comunicación, al apenas hacernos eco de los árbitros?
–Yo creo que se le da importancia cuando se le tiene que dar. Al no hablar de los árbitros es buena señal, porque pasamos desapercibidos, pero cuando hay noticias así me gusta que se le dé un poco de visibilidad para conseguir que más chicas se unan a nosotras.
“No se nos puede tachar de qué malas somos porque somos mujeres y es algo que hay que erradicar porque sólo trae problemas”
¿Cómo fue el momento en el que recibe la designación?
–El año pasado subí de categoría, por lo que sabía que me iba a tocar. Ha sido en la tercera jornada, se ha hecho esperar. Sabía que me iba a llegar el momento, porque no tenía ningún partido del femenino para arbitrar, por lo que estaba nerviosa por saber qué partido me iba a tocar y con qué compañeros iba a estar. Sí que tenía nervios de ver con qué partido debuto, que es el que recuerdas para siempre.
Al recibir la noticia el lunes, ¿cómo pasó la semana hasta que llegó el sábado?
–Les decía a todas mis compañeras que estaba nerviosa, pero al final era un partido más. Tenía el gusanillo de querer pitar, estaba nerviosa de empezar la temporada en Navarra, porque no había pitado aquí todavía.
¿Le acompañaba alguien en la grada?
–Estaban mis padres, mi novio, y Fermín Lampreabe, nuestro responsable del femenino. Apoyo tenía en la grada. Si les veo con buena cara es que he acertado, sino no (se ríe). Me dijeron que estuviera tranquila, que era un partido más. Después también con aspectos para mejorar.
¿Cómo mejora un árbitro?
–He notado mucha diferencia porque en Primera RFEF tenemos que ver nuestros partidos para hacer un auto análisis sobre lo que hemos hecho, y se nota mucha diferencia con cuando no veía los partidos. Viéndolos te das cuenta de lo que haces bien y lo que haces mal.
¿Cómo entró en el mundo del arbitraje?
–Es algo que siempre me preguntáis. Mi padre lo escuchó en la radio, me dijo que probara y lo hice. Jugaba al fútbol, era muy mala y no iba a llegar a nada, y era una forma de seguir vinculada con el fútbol. Empecé a los 15 años, que es la edad mínima.
“Es súper bonito ver que en el fútbol femenino vamos creciendo, pero sí que me gustaría que en el arbitraje femenino se aumentara así”
En todo este tiempo, ¿qué ha supuesto el arbitraje para usted?
–Me ha cambiado la vida. He ido madurando con aspectos del arbitraje, que son situaciones que no te encuentras en el día a día, porque tienes que lidiar con situaciones diferentes. Antes era muy tímida, ahora lo sigo siendo pero mucho menos, y en eso me ha ayudado.
¿Era consciente de que se metía en un terreno pantanoso?
–Al final todos sabemos que la gente se mete con el árbitro, y más siendo chica. Antes no era común ver a una chica arbitrando y había muchos comentarios, ahora es más normal, la gente se va acostumbrando. Yo nunca he tenido ningún problema.
Dice que no ha tenido ningún problema. ¿Tampoco ha tenido ningún miedo u obstáculo a superar?
–No, nunca. Al final siempre vas a tener partidos malos. Como mucho salir de un partido mal, pero esos partidos son los que te ayudan a mejorar. Hay que tener esos partidos para seguir mejorando.
¿Ha recibido insultos?
–Insultos recibimos todos los fines de semana, pero ninguno fuera de lo normal.
¿Cómo fue su primer partido de todos?
–Un Itaroa Huarte - Rotxapea, de infantiles. No sabía ni qué era un fuera de juego, los padres se portaron muy bien conmigo. Creo que se me notaba que era mi primer partido.Pité todo mal: saques de banda, ninguna falta... pero luego me atreví a pitar un penalti. No sé si acerté, no me atrevo a preguntarlo (se ríe).
¿Cuál ha sido el momento más duro por el que ha pasado?
–Hace dos temporadas, en Autonómica, tuve un partido horrible porque me comí un penalti y me bloqueé. Tenía muchísima presión que me había puesto a mí misma, porque era la temporada para subir a Primera RFEF. Se fueron sumando cosas y al final ese partido lo terminé llorando. Quería dejar de arbitrar, pero tienes un montón de gente que te apoya y te hacen ver que un fallo lo tiene cualquiera. Pero sí que en ese partido lo pasé mal.
¿Y alguno que guarde con especial cariño?
–Últimamente un montón. El primero, cuando pité en El Sadar un Osasuna - Eibar. Saltar con tanta gente fue especial. Luego los debuts, que son bonitos y te quedas con ello.
Ha dicho que no ha tenido ningún problema, pero ¿ha sentido que ha pasado por algún episodio de machismo?
–Yo, especialmente, no, pero sí que alguna compañera ha pasado por ello y se pasa mal. Es algo que no debería existir en el mundo del fútbol. Se nos debería tratar como a cualquier otro compañero, no se nos puede tachar de qué malas somos porque somos mujeres y creo que es algo que hay que erradicar. Tenemos que terminar con ello, porque sólo se llega a problemas. Cada vez se ven más mujeres en el arbitraje que consiguen lo mismo que los hombres y creo que cada vez la gente se va concienciando de que las mujeres pueden hacer lo mismo que los hombres.
¿Cómo es el público navarro?
–Generalmente bueno, no he tenido ningún problema. Siempre te van a protestar, porque es fútbol y todo lo que conlleva.
"Tienen alguien en quién fijarse y yo estoy encantada de poder ayudarles y darles consejo a través de lo que he vivido yo"
¿Nota diferencia a la hora de arbitrar un partido masculino de uno femenino?
–Sí, pero por el tipo de juego. El femenino es más lento, pero los dos tipos de fútbol me gustan. Al final, el fútbol masculino es más predecible, y el femenino es más impredecible, pasan cosas que en el masculino no. Tienen sus pros y sus contras, pero me gustan los dos.
¿Cómo está viendo la evolución del fútbol femenino en Navarra?
–Se ve el crecimiento en que cada vez hay más equipos. Cuando yo empecé a arbitrar, había muchos equipos mixtos porque no había chicas para formar un equipo, y viendo ahora todas las categorías que se han creado, la verdad que es súper bonito ver que vamos creciendo. Sí que me gustaría que el arbitraje femenino se aumentara en el mismo nivel.
¿Qué supone su imagen para generaciones venideras?
–Tienen alguien en quién fijarse y yo estoy encantada de poder ayudarles y darles consejo a través de lo que he vivido yo. Hay muchas chicas que entran, pero tras el primer año, que es el más complicado y en el que más fallas, lo dejan. No pasa nada, porque todos hemos pasado por ello, por lo que trato de animarles a que sigan. Yo no sabía qué era un fuera de juego cuando empecé.
¿Cómo es a nivel arbitral?
–No sabría definirme. Dejo jugar, porque el fútbol es contacto. Hablo mucho con ellos, quizás hasta demasiado. Quiero que me entiendan al igual que yo trato de entenderlos, pero sé que es complicado porque van a muchas revoluciones. Soy muy imparcial, me gusta poner justicia tanto aquí como en las situaciones de mi vida.
¿Cómo es fuera del campo?
–Soy una persona muy tímida, con distancias. En el campo sé que tengo que ‘mandar’. Sé amoldarme a cada situación de mi vida, por lo que arbitrando se ve a una Andrea diferente.
¿Sueño que le queda por cumplir?
–Por soñar, llegar a un Mundial, pero hay que ir partido a partido y en ocho años que llevo arbitrando me quedo con todo lo que he vivido, que estoy muy contenta porque cada temporada es mejor que la anterior. Con eso me quedo: los viajes, los partidos, y toda la gente que te apoya. Que yo tenga metas, y que toda la gente que me rodea convierta esas metas en suyas es súper bonito y es con lo que me quedo.