En estos tiempos en los que no es raro oír las mezquinas quejas de directivos o entrenadores porque la selección se lleva a sus jugadores, ha sido un soplo de aire fresco ver a Imanol Alguacil eufórico cuando De la Fuente ha decidido contar con cinco txuri-urdin. “Y no se lleva a tres más por vergüenza, pero que esté tranquilo, que esos otros tres estarán preparados por si quiere llevarlos también”. Es lo que tiene haber sido cocinero antes que fraile y saber que nada hace más ilusión a un futbolista que la llamada para jugar partidos internacionales. Y porque dice mucho del buen momento del equipo. Y, sobre todo, porque es de buena gente alegrarte al ver cómo tus chavales progresan en su deporte y se ganan esa convocatoria y cogen experiencia en ese tipo de partidos. Y porque esos futbolistas, que no son tontos, se dan cuenta de que tienen un entrenador que piensa antes en ellos que en planteamientos egoístas.