Cuando más apurado está el fútbol francés con las salvajadas continuas de sus ultras, van los del PSG y el Toulouse y anuncian su boicot a la final de la Supercopa que jugarán ambos equipos. El motivo es que están enfadados: los unos, por el alto precio de las entradas; y los otros, porque se juega en el Parque de los Príncipes, habitual campo neutral en el fútbol francés, pero también sede del PSG. Y, claro, nos imaginamos a ambos clubes hundidos por esas ausencias… Bueno, no, en realidad los imaginamos dando volteretas de alegría. Y la Policía y la seguridad del estadio, aún más. Muchos riesgos menos, muchos problemas menos y muchas esperanzas más de que ese día solo se hable de fútbol. El verdadero boicot habría sido que fueran al partido a pegarse en el estadio con los ultras rivales, como se ha puesto de moda en la Ligue 1 gala. Pero no ir… “Ahí me las den todas”, habrán pensado en los clubes.