De pequeño se acercaba a ver al equipo de su barrio. Era uno más en la grada de El Irati e incluso en los desplazamientos del equipo. Ahora, con un doblete en su debut con su equipo, Adrián Santano le brindó un triunfo al Rotxapea para seguir líder de Autonómica y, en el plano personal, volver a sonreír con el fútbol.

El atacante ha llegado al equipo que dirige Rodrigo Fernández de Barrena, técnico con el que coincidió en el Beti Kozkor, después de empezar una ilusionante temporada en el Valle de Egüés. “Muy poca gente tiene la oportunidad de jugar en Segunda RFEF y tuve la suerte de poder disputar los dos primeros partidos y luego acabo de suplente. En esos dos meses y medio me encuentro mal, bastante desilusionado porque entrenas y no acabas de entrar en el equipo y no estaba bien del todo y lo que quería era jugar y disfrutar. Pese a las llamadas de algún equipo de Tercera hablé con Rodri y no había mejor momento que este de para volver a la Rotxa”, admite Santano, que reconoce que no puede tener un mejor debut con el equipo. “Imposible. Lo que quería era disfrutar y me dieron la oportunidad de volver a la Rotxa, el barrio, y es el debut soñado. Había un ambientazo en el partido y salieron todas las cosas bien”, señala. 

“Lo que quería era disfrutar y me dieron la oportunidad de volver a la Rotxa, al barrio, y es el debut soñado. Salieron todas las cosas bien”

Preguntado por la clave del partido, el jugador apunta que “salimos enchufados, pero en una jugada nos metieron el 0-1 y nos tocaba remar. Terminamos haciendo una primera parte muy completa la verdad” y destacó el hecho de “no bajar los brazos. En la semana que llevo entrenando veo que el equipo no baja los brazos para nada, la intensidad es una pasada y puedes pensar que en Autonómica la intensidad baja, pero al final los equipos de Rodri meten mucha intensidad y al final pudimos remontar e irnos por delante en el marcador al descanso”.

Santano, en un lance del encuentro de este fin de semana. Cedida

Sus goles llegaron gracias a un tiro cruzado con la pierna izquierda y a un lanzamiento desde la frontal que rebotó en el palo antes de entrar, en dos acciones con las que dieron cla vuelta al marcador antes del descanso. Vestir la camiseta rojiblanca le supuso estar “muy contento. Llevaba dos meses prácticamente sin minutos desde que pasó lo de Egüés y llevaba desde enero sin jugar y entrenando. Iba con un poco de presión porque llevaba tiempo sin competir, pero al final con el ambiente que había entre los compañeros no puedo estar más contento”. Adrián Santano no esconde su pasión por un equipo del que “siempre he sido uno más de los que ha ido al barrio al ver al equipo y me han dado la oportunidad de ser parte de ello ahora que la temporada va bien, y muy contento por ello”. “Iba feliz a ver los partidos del barrio y cuando el Rotxapea iba de visitante. De hecho, el ambiente que hay en la jaula me ha llevado a fichar ahí. Además hay bastantes amigos en el equipo”, añade.

“Cuando he estado mal, el Egüés me ha cuidado, ha sido una verdadera gran familia”

Aun así, el jugador siempre tendrá buenas palabras para un Egüés que “ha sido un club que me ha marcado. Me han cuidado muy bien, me he sentido muy a gusto allá. Hicimos una temporada regular cuando llegué, y al año siguiente ascendemos”, por lo que la decisión de abandonar el club “ha sido muy difícil para mí porque me han cuidado desde el primer momento que dejé el Txantrea. Fue el primer club que me llamó. Me han dado oportunidades de jugar, me han cuidado cuando he estado mal, ha sido una verdadera gran familia, muy cercana a nosotros, los jugadores”.

“Llego y da la casualidad que meto dos goles y ganamos 2-1. Queda mucha liga aun y hay que ir partido a partido”, asegura, sobre su estreno, antes de destacar que “es una pasada la cantidad de gente del barrio que se acerca a ver al equipo y la cantidad de jugadores del barrio que quieren volver al barrio, como el caso de Xabi Olite, por ejemplo. Creo que esto pasa en la Rotxa y en el resto de equipos de barrio”. En esa línea, finaliza, lograr el ascenso “supondría una alegría inmensa, tanto para el club como para la gente de fuera. Creo que desde principio de temporada pensaban en un objetivo más tranquilo, pero con un entrenador como Rodri y una plantilla tan unida, podemos soñar”.