Como el Ave Fénix, el Rotxapea volvía a resurgir de las cenizas de lo que un día fue el club del barrio que jugó en Tercera una temporada, el sueño que persigue el líder de Autonómica, que se ilusiona al pensar en poder colarse en el selecto clubes del fútbol navarro que en dos años pasan del barro del fútbol regional a alcanzar la Tercera RFEF, la máxima categoría a nivel autonómico. No ha sido un camino de rosas.

El club surgió gracias a la Federación Batean, del barrio, que albergaba diferentes actividades y bajo el lema: “Mucha gente pequeña, en pequeños lugares, haciendo pequeñas cosas, pueden cambiar el mundo”. Después de varios años peleando, se decide dar un giro a la forma de trabajar y ahí es cuando el Rotxapea se desvincula de Batean porque va creciendo poco a poco. Miguel Izurdiaga señala que “los comienzos eran un poco con fines sociales para gente extranjera que no tenían equipos donde jugar. Así empezamos a dar los primeros pasos en ‘El Irati’. Nada podría haber sido posible sin la labor de todos los entrenadores que han pasado por nuestro club en todos estos años y que son los que han hecho que el club vaya creciendo año a año. Hay mucha gente que lleva colaborando con nosotros muchos años aportando su granito al club: Riky, Toñín, Iosu, Diego, Ion, Josean..., ni de Alejandro Rodríguez, que fue quien fundó el club”.

Así las cosas, ahora el club está recogiendo los frutos de años de trabajo de mucha gente de manera altruista hasta convertirlo en una familia en la que casi todos los jugadores del primer equipo son del barrio y, quien no lo es, se siente como en casa, como asegura el capitán, Markel Gámez. “Mantenemos prácticamente el mismo bloque del año pasado. Sabíamos que teníamos un equipo muy bueno, pero para nada nos imaginábamos estar tan arriba. Con la llegada de Rodri y el cuerpo técnico nos cambian la metodología de trabajo con un gimnasio que nos han puesto, una portería portátil que nos han traído, material deportivo… Ha profesionalizado un poco el club y gracias a eso y a sus ideas, estamos donde estamos. Es verdad que tenemos una plantilla larga y nos ha beneficiado, porque otros años hemos tenido plantillas cortas y en mitad de temporada nos apagábamos”, analiza el jugador. Esa profesionalización, añade Gámez, “te da una motivación increíble. Sabemos que esto es fútbol amateur, que aquí nadie cobra y que haya gente que dedique tanto tiempo al club, a que estés lo más cómodo posible, y que traten de que te sientas lo más profesional posible, tienes ganas de venir a entrenar”.

Al parón de la competición, dos ascendidos como Rotxapea y Ondalán llegan en puestos de ascenso a Tercera RFEF. “Es verdad que somos dos equipos recién ascendidos, pero a lo largo de los años hemos visto que equipos que estaban como nosotros han subido a Tercera en dos años: Gares, Murchante, Fontellas… que nos los hemos juntado en fase de ascenso”, comenta. El capitán que agradece la manera del cuerpo técnico de llevar los entrenamientos. “Sabemos que Rodri tiene mucha experiencia, pero la forma de trabajar que tiene es la clave. Todos estamos mejorando mucho individualmente y el nivel que estamos dando es gracias al trabajo que hacemos entre semana. Tenemos un grupo que es una familia y eso da mucho también”, prosigue.

Sobre la plantilla, Gámez radiografía que “ha venido más gente. Decidieron no dar bajas y ha aumentado el nivel del equipo los que han venido. Nos ayudan mucho los jugadores de Regional que suben a entrenar también. Estamos entrenando más de 20 personas y eso te da más posibilidades. Parecemos un equipo profesional”, se sorprende el jugador, que admite que en la plantilla se encuentra “ilusionada por la temporada que estamos haciendo. La gente en la Rotxa te habla del ascenso, pero nosotros sabemos que cuando te sale un mal partido pierdes. Sabemos que si no mantenemos esta línea en toda la liga todo es complicado. No pensamos en el ascenso, cuando llegue mayo veremos. Vamos partido a partido. Si se sacan los tres puntos, seguimos arriba. No sería un fracaso no subir”.

Pese a que su idílica situación en la tabla puede invitar a pensar en cotas mayores que la permanencia, el capitán mantiene los pies en el suelo y quiere disfrutar de la temporada porque “al final llevábamos muchos años en Preferente. Hemos jugado varias fases de ascenso y se nos resistía el ascenso. Igual sería una desilusión el descenso después de ello, pero lo principal es mantener la categoría”.

Markel Gámez se siente uno más del barrio. “Hago mucha vida aquí, ahora vivo aquí. Es súper especial. Me acuerdo cuando yo llegué, que tampoco había mucha gente del barrio. Ahora sólo quedamos un amigo y yo; el resto es gente del barrio, que preferían venir a jugar aquí que a otros equipos. Yo lo agradezco y me siento de la Rotxa. Viene mucha gente, te conocen mucho y eso se valora”, destaca el futbolista, encantado con el ambiente en los partidos. “Nos encanta que haya ese ambiente. Termina el partido y estamos con ellos, porque son chavales que tienen en su cuadrilla a gente del equipo y ese es el ambiente del equipo: familiares y chavales jóvenes, que cada vez parece que se enganchan más”. Para este nuevo año, “por pedir, pido el ascenso, que sería algo increíble en el club. Hemos estado años muchos pasándolo mal, con poca gente… Al final es un club muy humilde que no tiene dinero, que nos tenemos que buscar las castañas para conseguir patrocinadores… y ha habido años en los que hemos entrenado ocho tíos en invierno. Ahora, conseguir el ascenso a Tercera… sería increíble”, finaliza.