La relación de Félix Tainta (Burlada, 1967) con Iñaki y Nico Williams va mucho más allá de lo estrictamente profesional. Representante de ambos, así como de otros seis jugadores que militan actualmente a las órdenes de Ernesto Valverde en la primera plantilla del Athletic, el reconocido agente navarro mantiene un estrecho vínculo con una familia a la que acudió muchos años atrás para trabajar personalmente en la incorporación de Iñaki a Lezama procedente del Pamplona. El resto, una década después del debut del bilbaíno con el primer equipo rojiblanco, es historia.
Iñaki Williams no se cansa de decir que es como un padre para él. ¿Qué significa Iñaki para usted?
Para mí es como un hijo más, tanto él como su hermano. Al ser más mayor Iñaki, con él he tenido más relación, pero ahora me toca tener también mucha relación con Nico y cuando me preguntan cuántos hijos tengo yo siempre digo que cuatro: los dos míos más Iñaki y Nico. Esa es la relación que tengo con ellos, una pasada.
¿Cómo y cuándo surgió la posibilidad de convertirse en el representante de Iñaki?
Fue yendo a ver fútbol a los campos que había por ahí. Fui a verlo, vi sus condiciones, contacté con él y posteriormente, al ser menor de edad, le dije que quería hablar con su madre para exponerle en qué creía que podía ayudar a la familia y al chaval en concreto. Iñaki entonces estaba en el Pamplona y tendría 15 años. Después, al estar ya con la familia, lo de Nico vino más de seguido ayudando al pequeño en lo que fuera necesitando.
Más de una vez ha comentado que tenía la firme sensación de que Iñaki iba a ser futbolista profesional. ¿Cuándo se dio cuenta de que tenía el potencial necesario para volar muy alto?
Lógicamente, cuando vi la velocidad que tenía vi que era un chico diferente, que había que explotar esa velocidad y trabajar con él otros aspectos para mejorar. Vi en Iñaki una condición que en el fútbol moderno resulta importantísima como es la velocidad. Es algo imprescindible a día de hoy, porque si eres rápido tienes mucho ganado. Decir que eres el mejor en una condición solo lo pueden decir grandísimos futbolistas como Messi, Cristiano y compañía. Iñaki puede decir que ha sido y sigue siendo el más rápido o de los tres más rápidos del mundo. A partir de ahí, desde muy joven, todo era mejorar, porque tenía un margen de mejora increíble y es lo que yo le decía al Athletic y a Jose Mari Amorrortu en su día, que necesitaba buenos medios para entrenar y buenos entrenadores. En el Pamplona, al ser un equipo más humilde, no tenían entonces instalaciones, entrenaban y jugaban en campos alquilados y, lógicamente, los entrenadores no podían ser del nivel de los del Athletic, Osasuna o Real Sociedad. Iñaki tenía esa virtud de la velocidad que no había que ser ciego para no verla, pero también había que ver unas prestaciones que tenía y que a más de uno le costó ver, porque en un chico joven todo es mejorable.
¿Tuvo que pelear mucho para conseguir que Iñaki entrara en Lezama?
Sí, tuve que pelear mucho para que entrara y tuviera esa posibilidad de disponer de buenos medios a nivel de instalaciones y entrenadores. Yo le decía a Amorrortu que le mandaba un chico con una velocidad increíble que iba a ser el más rápido de Lezama como así lo fue el primer día que llegó y que, a partir de ahí, estaban ellos para que le enseñaran. Como Iñaki siempre ha sido una esponja, lo sigue siendo y ha querido aprender desde el minuto cero, a día de hoy es lo que es por sus ganas de mejorar día a día.
¿Con qué trabas se encontró Iñaki para poder ingresar en el Athletic?
Nosotros hablábamos de unas condiciones y ellos, de otras. En aquellos momentos le querían también la Real Sociedad, Osasuna y Zaragoza y en el Athletic querían dejarlo cedido en el Pamplona, pero al final lo arreglamos y gracias a Dios entró en Lezama y salió todo bien, porque como digo sabíamos que Iñaki tenía cosas que mejorar, pero ahí estaba él para hacerlo y el club para ayudarle. La cuestión era llevarles una perla, un diamante en bruto por pulir y el tiempo me ha dado la razón.
¿Iñaki desde el primer momento dijo Athletic, Athletic y Athletic?
Iñaki lo que quería era tener la oportunidad de ser futbolista. Si te dan a elegir, lógicamente prefieres al Athletic y viniendo de un club convenido como el Pamplona se tenía que respetar esa relación, pero la decisión era de ellos y les costó.
Años después se convirtió en el primer jugador suyo representado en llegar a la elite.
Tuvimos algún otro en la empresa, pero sí fue el primero que cogimos muy joven y que creciendo juntos llegó a los niveles máximos de la élite.
En el plano profesional, en consecuencia, Iñaki también ha sido una figura muy importante para usted.
Sí, porque hablamos de un futbolista diferente y con unas prestaciones distintas al resto. El Athletic no había tenido nunca un perfil de jugador tan rápido y de color, por decirlo así. Todo eso a nivel profesional es importante y ahí está su crecimiento en el club y el mío también, porque vamos de la mano.
Ha vivido de todo con Iñaki, incluidos casos de racismo. ¿Cuál ha sido el momento más duro para él?
Siempre hay cosas complicadas. Si te hablo a nivel deportivo, puedo recordar finales de Copa perdidas o un último partido de liga en Sevilla en el que había opciones de entrar en Europa y no se entró. El tema del racismo es algo que él no puede controlar y que tristemente pasa en los campos porque tontos hay en todos los lados, pero creo que hay que quedarse con las cosas buenas y en este trayecto de diez años en el primer equipo del Athletic ha habido muchísimas cosas buenas por encima de las malas. Hablamos, entre otras cosas, de renovaciones, títulos y récords que ha batido. Siempre he dicho que Iñaki va a marcar una época en el Athletic y va a ser un jugador emblemático al nivel del Txopo Iribar. Me decían que estaba loco y creo que va en camino.
Ha cumplido el sueño, además, de jugar con su hermano Nico. ¿Ha sido lo más bonito y especial como profesional?
Sí, no voy a decir que fuera un objetivo, pero sí una ilusión. Iñaki estaba arriba y el pequeño tenía que ir trabajando y creciendo. Yo tengo una foto de Iñaki ya en el primer equipo y Nicholas de recogepelotas siendo infantil o cadete hablando ambos en el campo después de un partido. Veías la foto y pensabas lo bonito que sería ver a los dos vestidos de rojiblanco y jugando juntos. Así ha sido, han peleado por ello y ha sido un sueño cumplido.
Durante esta última década ha habido ofertas tentadoras por Iñaki encima de la mesa. ¿Cuántas veces ha podido salir del Athletic?
Te diría que más de tres y de cuatro y el club lo sabe, pero aquello ya pasó. Decidió quedarse en el Athletic y rechazó ofertas importantísimas. También creo que la gente en su momento no lo valoró, porque a Iñaki se le criticó mucho, pero el tiempo ha demostrado todo el potencial que tenía y que ha ido sacando.
Una de las ocasiones a las que se refiere es en el transcurso de la temporada 2018-19, cuando Gaizka Garitano relevó a Eduardo Berizzo en diciembre en un curso que comenzó muy mal a nivel de resultados.
Sí, aunque anteriormente, cuando llegó al primer equipo por ejemplo y tuvo su primer contrato profesional con Ernesto Valverde como entrenador, también tuvo la posibilidad de marchar. Aquella temporada en la que Garitano sustituyó a Berizzo en el banquillo fue curiosa, porque Iñaki tuvo la opción de salir del club en enero y después volvió a suceder lo mismo en verano después de haber renovado, pero siempre decidió seguir en el Athletic.
La renovación que firmó en agosto de 2019 hasta 2028 con una cláusula de rescisión de 135 millones de euros reflejó su intención de colgar las botas en Bilbao.
Cuando renovamos y hacemos ese contrato de diez años subiendo la cláusula se demuestra efectivamente que él quería y quiere seguir en el Athletic y el club buscaba lo mismo. Iñaki quiere ser un One Club Man como últimamente está diciendo y ya veremos lo que pasa, porque tiene muchos años todavía por delante para jugar al fútbol.
¿Cuál es el siguiente gran objetivo de Iñaki Williams?
Deportivamente siempre tiene que haber retos. Diría que lo que tiene en mente es lo que podemos tener todos, esa final de la Europa League en San Mamés. También la Copa, que ya se consiguió la temporada pasada, pero no vas a renunciar a pelearla otra vez. Todo esto sin olvidarnos de volver a entrar en Europa.