Ser portero no es un puesto nada fácil ni grato. Casi siempre son los que acostumbran a salir (para mal) en las fotos y tienden a quedar señalados por sus errores y rara vez ocupan portadas por sus actuaciones ya que se presupone que hacen su trabajo, que es parar. Esta ocasión es una de esas raras veces ya que Ander Sainz y Hodei Buldáin, porteros del Valle de Egüés y Beti Kozkor, detuvieron sendos penaltis esta jornada. Los dos, además, en situaciones similares. Los de Sarriguren se encontraban con dos jugadores menos y el Ardoi podía ponerse por delante en el marcador, igual que el Pamplona, que también se podía poner 0-1 en Lekunberri. No obstante, estos héroes, que en vez de capa lucen guantes, se llevaron el gato al agua. Primero fue el turno de Sainz. Medina era expulsado por una falta en el interior del área –la segunda de las tres que sufrió el equipo– e Ibai Armendáriz cogía el balón ante la posibilidad (otra vez) de adelantar de nuevo al Ardoi. El especialista del conjunto de Zizur no tuvo su día y ya había errado un lanzamiento desde los once metros en la primera mitad. 

Eficacia en las áreas

“Fue fruto también del trabajo de todos, de todo el equipo, del esfuerzo que hicieron todos mis compañeros, que se dejaron el alma, las piernas y al final pudimos aprovechar la única o una de las pocas que sabíamos que íbamos a tener”, comenta el cancerbero que apunta que “la clave también estuvo en saber aguantar sobre todo la primera parte, porque con el temporal que hizo el sábado a la tarde, yo creo que parte del resultado también está en saber aguantar esa primera parte con el viento en contra, que condicionó mucho el partido, y luego la segunda parte con el viento a favor, a pesar de las adversidades, fue una ayuda. Pudimos resistir la primera parte y que al Ardoi se le hiciera largo el partido”.

"En mi cabeza pensé en aguantar un poco en el centro y tuve la suerte de poder adivinar un poco la trayectoria"

Ander Sainz - Portero del Valle de Egüés

En el plano individual, Sainz desgrana que “cuando te tiran por segunda vez un penalti y además el mismo jugador, ya entra un poco ese aspecto psicológico. A mí no me gusta poner nervioso al lanzador. En mi cabeza pensé en aguantar un poco en el centro, así como en el primer penalti me vencí un poquito antes, pues en el segundo sí que decidí aguantar un poquito más en el centro para ver un poco Ibai qué es lo que hacía y tratar de reaccionar y tuve la suerte de poder adivinar un poco la trayectoria”.

El penalti parado de Ander Sainz al Ardoi

El penalti parado de Ander Sainz al Ardoi Fútbol Foral

Un jugador de equipo

Una llamada telefónica basta para descubrir la humildad de un Ander Sainz que, preguntado si necesitaba un partido como este, asegura que se presta a “aprovechar las oportunidades que da el míster. Aitor está haciendo un temporadón, creo que, en líneas generales, como todo el equipo. Sí que igual ahora con el nuevo año fuera de casa hemos perdido un poco esa fiabilidad que tuvimos en la primera vuelta, pero sí, contento por mí, contento por todos mis compis, por haberle dado también la victoria a Pablo, por ejemplo, que fue expulsado en la primera parte y en el descanso se le vio bastante afectado, por así decirlo. En el vestuario ha sido una de las victorias más celebradas este año”.

Como anécdota, Ander Sainz es fisioterapeuta de profesión y, cuando ha faltado el del equipo, se ha puesto a vendar a sus compañeros. Como antes, le quita hierro al asunto al comentar que “no sé si en algunos otros equipos hay fisios que son jugadores y me entenderán. Al final si hay algún jugador necesitado de cualquier tipo de cosa y tú le puedes ayudar, pues adelante, porque eso también es ser parte del grupo”.

Su padre, su fan número uno

Pese a haber competido en Tercera en las filas del Murchante o Cirbonero, es en el Valle de Egüés la temporada en la que su círculo más le está viendo. Sin embargo, un viaje impidió que su padre pudiera ver su actuación. “Tuvo que hacer un viaje pero bueno, inmediatamente después del partido le llamé y ya me contó que estuvo un poco atento a las aplicaciones móviles para ver un poco cómo íbamos pero bueno, me dio un poco de pena que no pudiera ver el partido porque hubiera disfrutado mucho. A ver, a ver, si me garantizan que vamos a hacer este tipo de partidos, le mando de vacaciones todos los findes. Pero bueno, el vídeo ya se lo he pasado, que lo pedí ahí por el equipo (se ríe)”, finaliza.

La cena de Xabier Etxarri

Horas después le llegaría el turno a Hodei Buldáin. En Plazaola, a 50 kilómetros del Municipal de Sarriguren, el Beti Kozkor igualaba ante el Pamplona y el colegiado del encuentro señalaba un penalti de Etxarri. “Etxarri que, además, jugó en el Pamplona”, detalla el meta de Lekunberri que, bromeando, agrega que “le miré. Me miró y me dijo que ‘por favor’ parara el penalti”. “Después me lo agradecía, me dijo que me debía una cena”, desvela el cancerbero, para que quede constancia de ello “y no se olvide”.

"No pensé tirarme a ese lado, porque la semana anterior en Artajona acabé tocado del hombro derecho"

Hodei Buldain - Portero del Beti Kozkor

Buldáin detuvo el penalti “por intuición, según el momento y por el perfil de jugador. No pensé tirarme a ese lado, porque la semana anterior en Artajona acabé tocado del hombro derecho, pero en el momento dudé y acabé tirándome ahí”. El lanzamiento, de Txejo, lo atajó el portero porque, entre risas, asegura que sus compañeros “si hay rechace, seguro que no entran a defender”. “Me quedé en shock, pero a los pocos segundos pegué un grito de rabia. Me dijo Beñat (Barberena) que le gustó el grito”, agrega. El encuentro, detalla el protagonista “estaba siendo igualado, con las mejores ocasiones por parte del Pamplona. Además del penalti, saco una mano y otra acaba pegando en el palo. Al final aguantamos y el 1-1 es un buen punto”. Sin embargo, hubo momentos para las lamentaciones. “Cuando nos meten de córner me dio mucha rabia. Le estaba dando muchas vueltas al final del partido, y en una jugada que tenía el balón, le metí un zurriagazo que le acabó llegando a Arrieta que provocó penalti y estuve tranquilo porque Beñat está con una confianza terrible”, expone.

Hodei Buldáin bloca el penalti lanzado por Txejo en el duelo entre Beti Kozkor y Pamplona. Juan Antonio Garaikoetxea

Un viaje de ida y vuelta

En 2021, el Beti Kozkor sufrió uno de los peores episodios que se recuerdan, que acabó con el entrenador abandonando el club al que ascendió de Primera Regional hasta Tercera RFEF –llegando a disputar alguna fase de ascenso a Segunda RFEF– como de varios jugadores que habían compartido vestuario durante esos ocho gloriosos años. “Nos fuimos con el jaleo que hubo, pero al final de la siguiente temporada nos dijeron que el Beti Kozkor iba a volver a ser lo de antes, por lo que volvimos a reunir a la base de antes –Orgi, Beñat, Etxarri y el propio Hodei– y logramos el ascenso de Autonómica”, relata el portero, que se encontraba jugando en el Aurrera de Leitza, cambiando el dorsal 1 de portero, por el 10 de delantero. “Estaba feliz en Leitza, me costó decidirme”, admite.

El curso pasado, el cuadro de Plazaola logró la permanencia en unas últimas jornadas llenas de tensión, fruto de los descensos por arrastres de Segunda RFEF. Con la lección aprendida, y teniendo en cuenta que en este curso es inevitable que eso vuelva a suceder, el conjunto que dirige Romeo Yopa afronta ahora cuatro encuentros “cruciales. Vamos a Sangüesa, viene el Gares, vamos a Burlada y viene el Beti Onak. Veo bien al equipo, a pesar de que tenemos bajas sensibles”. Es por ello que, finaliza Buldáin, el equipo debe “ser solvente atrás, algo de lo que se ha caracterizado siempre. Tenemos que estar unidos, comprometidos y dejar la puerta a cero. Si no encajamos, al menos sumamos un punto”.