La plataforma Sadar Bizirik ha mostrado su rechazo ante la posibilidad de que LaLiga lleve un partido de Primera División a Miami, porque considera que “responde a intereses comerciales que ignoran la cultura futbolística, el esfuerzo de quienes acompañan al equipo cada semana y el vínculo histórico entre club, ciudad y afición”, a pesar de que la idea de llevar partidos de la liga española a Estados Unidos no es nueva. Cada vez que el tema vuelve a la mesa, se enciende la polémica. En esta ocasión, la propuesta de LaLiga es la de celebrar un encuentro oficial de Primera División en Miami, el Villarreal-Barcelona de la jornada 17, una decisión que ha encontrado una fuerte y rotunda oposición en las gradas. Así, el mencionado colectivo ha sido uno de los primeros en alzar la voz, publicando un comunicado que resume el sentir de una parte importante de la afición del balompié.

El comunicado de Sadar Bizirik no deja lugar a dudas: la propuesta es rechazada de plano. El colectivo defiende la esencia del fútbol local y critica duramente una decisión que, en su opinión, "atenta directamente contra la afición, desnaturalizando la competición". Argumentan que el alma de los clubes reside en los hinchas, en los socios y abonados que viven el deporte día a día desde las gradas. Para ellos, la lógica es clara e innegociable: un partido de liga debe jugarse en el estadio del equipo local, para mantener el equilibrio y la identidad del torneo.

La postura de la plataforma pone de manifiesto el dilema central del fútbol moderno: la pugna entre la expansión global y el arraigo local. El colectivo no tiene reparos en señalar que trasladar un encuentro a miles de kilómetros responde "únicamente a intereses comerciales". Este tipo de medidas, señalan, ignoran por completo la cultura futbolística, el esfuerzo de quienes siguen al equipo cada semana y el vínculo histórico que une al club con su ciudad y su afición.

Una llamada a la acción

La crítica no solo se dirige a LaLiga, sino que es una llamada a la acción. El comunicado insta a su propio club (y por extensión a los demás equipos de la competición) a oponerse a estas iniciativas. Su mensaje es un llamado a defender un modelo de fútbol "arraigado, cercano y accesible", donde las decisiones se tomen pensando en quienes llenan los estadios, no en los beneficios económicos de terceros.

El comunicado de Sadar Bizirik encapsula el debate sobre el futuro del fútbol español. Por un lado, una liga que busca crecer y competir con otras grandes potencias globales mediante la conquista de nuevos mercados, como el estadounidense. Por otro, una afición que se siente la verdadera razón de ser del deporte y que defiende a ultranza la tradición, la proximidad y la pasión que da sentido a cada jornada de liga. El balón, lejos de rodar en el césped, parece estar ahora en el tejado de los clubes, que deberán decidir si apoyan la expansión o si defienden a quienes son su razón de ser.