Las elevadas temperaturas que se registran en la calle durante el verano se trasladan a las casas y convierten muchas de ellas en un horno. Debemos tener especial cuidado con los alimentos que puedan estropearse a altas temperaturas o que sencillamente resulten inadecuadas para ellos. 

Uno de estos alimentos es ni más ni menos que el chocolate, ese dulce bocado que tan bueno nos sabe a cualquier hora del día. Conseguir que no se derrita se convierte en un auténtico desafío. El primer impulso es meterlo a la nevera, sin embargo no es recomendable, ya que perderá su sabor y aparecerá cubierto por una capa blanquecina.

Ten en cuenta que siempre se conservará durante más tiempo el chocolate negro que el chocolate con leche o el blanco, ya que el azúcar y la leche son dos ingredientes que pueden hacer que se estropee un poco antes. 

Bombones cuadrados y alargados de chocolate negro y con leche. Freepik

A continuación te ofrecemos seis consejos, algunos de ellos facilitados por expertos de la firma de chocolate Paccari, sobre cómo debemos conservar este delicioso manjar en verano.

1- La despensa, siempre la mejor opción. Por lo general, este lugar es el más fresco y seco de la casa. Suele conservar la temperatura, ya que no recibe el sol de una forma directa y los alimentos se conservan durante todo el año. Lo ideal es guardar el chocolate a una temperatura de entre 15 y los 18 grados centígrados y con una humedad menor al 60%. Esto confirma el error de guardarlo en la nevera donde la temperatura oscila entre los 4 y los 5 grados.

2- Bolsa hermética. Es la mejor opción para que no le entre aire. Si la bolsa es pequeña corta el chocolate en onzas, así además conseguirás comer menos cantidad.

3- Frasco de cristal. Mantenlo bien cerrado para que no le entre aire ni absorba sabores del exterior. Consérvalo a la temperatura adecuada y verás cómo está casi como recién elaborado.

Apetitosas onzas de chocolate negro. Freepik

4- Envuelto en papel de cocina. Si tu despensa tiene más humedad de la recomendada, recurre al plan B utilizado también para conservar frutas y verduras. El papel de cocina absorberá la humedad y evitará que la manteca de cacao suba a la superficie y forme esa antiestética capa blanquecina, proceso conocido como afloramiento, blooming o fat bloom.

5- En una caja de metal y con papel de aluminio. Se trata de un remedio sencillo y económico. Envolvemos el chocolate en papel de aluminio lo metemos dentro de un envase metálico con tapa; de esta manera, conservará todo su sabor y su carácter crujiente. 

6- Meterlo al congelador. Como última opción puedes congelarlo, aunque no es lo ideal. Coge el chocolate, colócalo en una bolsa de cierre hermético con la menor cantidad de aire posible y mételo al congelador. Ten en cuenta que debes enfriar previamente el chocolate en la nevera para evitar que sufra un cambio drástico de temperatura. Si no lo haces, el chocolate podría quedar más quebradizo y menos consistente, sobre todo si la tableta es bastante fina. 

Merece la pena un pequeño esfuerzo para poder disfrutar del delicado sabor del chocolate y de su textura única en las mejores condiciones posibles. Un delicioso bocado que se convierte en un auténtico placer.