Euskal Herria es tierra de tradiciones y de historia, pero sobre todo lo es de arte. Un ejemplo de ello es Euskal Herria Sketchcrawl, un evento en el que un grupo de artistas se reúnen trimestralmente para dar rienda suelta a la creatividad en diferentes puntos de nuestros territorios. 

El Sketchcrawl es una especie de maratón de dibujo, que se organiza cada tres meses en todo el mundo. Tal y como lo cuenta Gorka Belasko, miembro de este grupo que lleva activo desde el 2012, se trata de “algo abierto, horizontal, participativo y sin jerarquía”.

Esto les ha permitido poder ir adaptándose a lo largo de los años. De hecho, la pandemia les afectó, pues la gente tuvo que organizar sus vidas, hobbys y tiempo libre... “Desafortunadamente hay gente que ha fallecido, no exactamente por la pandemia, pero después de 14 años con gente de edades muy diferentes..., pues también hay gente que ya no está”, puntualiza el artista que ejerce como portavoz de todo el grupo para este reportaje.

Beasain también fue escenario para este encuentro. Cedida

Una esencia muy marcada

El hecho de haberle añadido al término la palabra Euskal Herria, delimita su ámbito de actuación, en palabras de Belasko. Tratan de visitar diferentes puntos e ir rotando por los diferentes herrialdes de Euskal Herria. “Esto también hace que el euskera tenga una parte fundamental, aunque luego nos juntamos con gente que habla inglés, francés, castellano... Procuramos que el euskera tenga buena presencia, porque el paisaje lingüístico también es importante e influye”, destaca.

Esta “borrachera del dibujo” ha conseguido permanecer pese a que el fórum internacional desde el que se lanzaban las fechas de las convocatorias haya desaparecido. Según Belasko, en su caso ha generado casi un movimiento propio que se ha convertido, de cierta manera, en un referente. “Mantenemos el espíritu, pero lo llevamos un poco a nuestro terreno. Euskal Herria tiene, en cierta manera, esas peculiaridades”, destaca el artista.

En Beasain han sido uno de los últimos encuentros. Cedida

Por eso, él cree que “para toda esta gente la iniciativa supone dibujar en comunidad, en grupo, compartir con otros”. Desde su experiencia, ha aprendido mucho, pues es normal juntarse en la calle con gente de todos los niveles, incluso con profesionales del dibujo, que participa en este tipo de convocatorias por esa parte “más amena”. Al final, “ser profesional del dibujo tiene una parte romántica, pero luego hay cosas que son muy duras”, se sincera Gorka Belasko. 

Superar el miedo escénico

El miembro de Euskal Herria Sketchcrawl cuenta que también ha conocido gente que empezando allí, ha acabado en unos ámbitos más o menos profesionales dentro de sus evoluciones como artistas o dibujantes. “Te da horas de vuelo. En mi caso, siempre remarco que a mí me ha dado dos cosas: conocer gente y aprender técnicas dibujando en la calle; además de quitar miedo y vergüenza. Muchas veces, estás dibujando en la calle y te conviertes en un espectáculo en directo”, narra.

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Para poder vivir esta experiencia, Belasko pide la cuenta de correo electrónico, para que así las personas puedan recibir el mail con los avisos. Aunque en su cuenta de Facebook, se encuentra toda la información. El artista anima a participar: “Vienes, no conoces a nadie, pero al final del día ya estás arropado”. Nos espera el 25 de octubre en Leitza y el 31 de enero de 2026 en Donapaleu.

¿Qué materiales son más cómodos para dibujar en el exterior?

Del papel del cuaderno a la pantalla, el ‘feedback’ que se recibe gracias a las redes sociales

Pese a que haya personas que se bajen del barco por distintas circunstancias, en Euskal Herria Skechcrawl sigue “apareciendo gente”. A partir del 2010 o el 2012, Gorka Belasko afirma que ha habido un boom a nivel mundial. Y es que se ha unido algo que existía “de toda la vida: dibujo en el cuaderno -no lo hemos inventado- y las redes sociales”.

En su opinión, en este momento son claves, pues si no hubiera redes sociales tendrían que pensar en cómo darle difusión y en un método más accesible para comunicarse entre los miembros del grupo. “También tiene valor el compartir y el enseñar lo que haces. A veces, dicen que es un concurso y es casi lo que yo más odio. No hay competición. Lo que tú expones te vuelve generalmente de manera muy positiva, ya que tú mismo eres muy crítico. Todo lo que recibes, por lo general, es a tu favor. Aunque te estén corrigiendo o te estén enseñando...”, cuenta Belasko.

Este pasado 19 de julio se llevó a cabo en Mutriku.

Este pasado 19 de julio se llevó a cabo en Mutriku. Cedida

Respecto a los materiales utilizados, el artista nos explica que, como dibujan en directo y en la calle, hay determinadas cosas que son más cómodas y funcionan mucho mejor en los cuadernos. Al final, se acaban imponiendo lápices, rotuladores, tintas..., porque son cómodos. También, “aunque dominar la acuarela ya es otro mundo”, es sencillo de ejecutar y transportar. “Con muy poco material puedes hacer mucho”, destaca. Lo que él lleva siempre es una cajita con colores de acuarelas y un pincel recargable (con un depósito de agua). “Esto lo inventaron los japoneses, hay gente que lleva menos”, sonríe.

Últimos encuentros 

El arte de Euskal Herria Skechcrawl se ha visto en distintos herrialdes. Entre ellos encontramos algunos como Altsasu, Zarikete, Otxandio, Beasain, Hendaia, Sestao y Mutriku. Con los dos próximos encuentros, llegarán a su evento número 100.

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Más libertad creativa y menos inspiración

Gorka Belasko empezó con el tema del dibujo en prensa, concretamente en los años 90 cuando “estaba mal visto dibujar”, pues “era otra época”. De hecho, matiza: “Éramos artistas vascos”. Por otro lado y, pese a lo que se pueda pensar, Belasko no le da importancia a la inspiración famosa del artista. “La inspiración te hace falta para otras cosas”, piensa. Lo que ellos hacen es dibujo en directo de lo que están viendo, aunque puedan tener miradas diferentes sobre ello. “Eso es lo divertido, lo entretenido y lo que lo diferencia”, y es que cree que “para dibujar bien hay que hacer muchos churros” y lo bueno que tiene el cuaderno es que “pasas una hoja y tienes otra en blanco”. Belasko lo aclara: “No estamos haciendo obras de arte, tiene más que ver con la libertad creativa y la comunicación”.