En verano el sol es más agresivo y la formación de melanina aumenta. Hace dos siglos estaba de moda lo contrario. Como los que estaban morenos eran los pertenecientes a la clase baja, trabajadores manuales que hacían su vida al aire libre, y los ricos, que no trabajaban, iban vestidos dearriba a abajo y usaban sombreros, presumían de tener la piel blanca y fina. Para resaltar aún más su blancura, se aplicaban polvos y cremas de color blanco.

La melanina, que da el color a la piel, no se produce de forma instantánea, cuando se toma el sol, tarda unos días. Hay una pequeña cantidad de reserva en la piel para una primera exposición solar. Por eso la toma de sol debe ser progresiva.

Violetas y ultravioletas

Los rayos solares que penetran en la atmósfera tienen distintos espectros de frecuencia. Los que nos interesan para el caso no se ven. Los rayos que se ven, el arco iris, van del violeta, por dentro, al rojo, por fuera.

A continuación del violeta están los rayos ultravioletas, que son los que producen las quemaduras solares. Detrás del rojo van los rayos infrarrojos, que son los que nos calientan.

Cuando se toma el sol en la playa, si estamos en la zona de arena mojada sufriremos un poquito menos de radiación al no reflejar ésta los rayos solares. En la arena seca recibimos los rayos por arriba y por abajo, porque la arena, igual que el agua o la nieve, actúa como un espejo reflejando los rayos solares.

La brisa que corre por la orilla refrigera la piel. No sentimos tanto el calor pero los rayos u1travioletas siguen atacando. El viento y la brisa no ponen moreno a nadie. El viento refresca y hace que aguantemos una exposición a la luz solar más prolongada. Un claro ejemplo de esto es el viaje inicial de vacaciones en coche. Con la ventanilla abierta y el codo fuera, vamos tan a gusto a pleno sol. Al llegar al peaje, ya no disfrutamos de la refrigeración de la corriente de aire que produce el coche en movimiento. Por eso, de repente, notamos un intenso dolor de quemazón. Aunque en ese momento estemos a la sombra.

En la arena seca recibimos los rayos por arriba y por abajo Freepik

Una situación semejante se produce cuando vamos a la playa en un día nublado. No notamos calor, es más, a veces hasta frío, y sin embargo al llegar a casa estamos rojos como cangrejos. Los rayos infrarrojos apenas pasan la barrera nubosa y no sentimos calor. Los rayos ultravioleta que sí pasan esa barrera, aunque en menor cantidad que en un día soleado, nos van quemando la piel. Nos ha pasado porque no sabíamos que no son los mismos rayos los que calientan que los que queman y que atraviesan las nubes.

No hay crema de protección total

Para protegemos de las quemaduras solares disponemos de medios de protección. Uno muy utilizado y muy poco comprendido es el uso de cremas de protección solar. Las cremas solares se clasifican por su capacidad para evitar el paso de los rayos solares, llamado factor de protección. 

A mayor número de protección, mayor es la barrera al paso delos rayos ultravioleta. Eso no quiere decir que nos ponga a salvo de las quemaduras. La crema de protección hace que el tiempo seguro de exposición a la luz solar se multiplique, pero el peligro continúa. La sombrilla o el toldo es la medida más eficaz para evitar la quemadura actínica, aunque algunos son un coladero para los rayos ultravioleta. Una medida elemental de prudencia para tomar el sol es evitar hacerlo entre las 12 y las 4, que es cuando más directamente y con más fuerza actúa.

Si vamos en colchoneta o en patín de pedales o en cualquier otro vehículo acuático tenemos que tener en cuenta el efecto espejo del agua, para no pasar de un tiempo prudencial. Y usar gafas de sol.

¿ Y cuando ya nos hemos quemado?

El enrojecimiento de la piel es para mucha gente sinónimo de que está en el buen camino para broncearse. Es una quemadura de primer grado.

-Se debe aplicar frío en la zona quemada y una crema corticoidea suave para evitar la inflamación. Además proteger del sol la piel quemada. Después de la consiguiente descamación, la nueva piel es más sensible al sol durante una semana.

- Cuando aparecen ampollas, que enseguida se llenan de líquido, (vesículas), la quemadura es ya de segundo grado. Es muy importante el enfriamiento de la zona durante un período prolongado de tiempo, un par de horas o más, y la aplicación de una pomada de sulfadiacina argéntica, (Silvederma o Flammazine), para evitar la infección de las heridas.

-La exposición excesiva a los rayos solares ocasiona pérdida de elasticidad en la piel, arrugas, atrofia cutánea, hiperqueratosis, (callosidades), y es causa de cánceres, (epiteliomas y melanomas). - Se deben tomar una serie de medidas preventivas cuando uno se va a exponer al sol un tiempo prolongado.

-Cuando se va a tomar el sol o a una lámpara de rayos UVA no debe utilizarse maquillaje, ni perfumes, ni desodorantes.

-Aplicar el protector media hora antes de la exposición al sol, previo secado de la piel. Luego cada 2, 3 ó 4 horas, dependiendo de la potencia del fotoprotector.

-Utilizar el fotoprotector incluso en los días nublados.

-Usar gafas de sol y sombrero.

- Procurar no estar en la misma postura más de 15 minutos.

- El agua, la nieve y la arena seca reflejan los rayos solares por lo que los rayos llegan a la piel, dos veces, una directamente y otra tras ser reflejados.

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