Asier Martínez ya está en casa. El navarro, sexto en los Juegos Olímpicos de Tokio, ha sido recibido en Pamplona por familiares, amigos y compañeros de equipo. Y la nueva estrella del atletismo navarro ya tiene su propio himno: Asier Martínez, lolololololo Asier Martínez, lolololololo Asier Martínez, lolololololo... "Me gusta el cántico; a ver si consigo que me lo repitan más veces", ha bromeado el navarro a su llegada a la estación de tren de Pamplona, donde le esperaban familiares, amigos y compañeros de equipo para felicitarle por su histórico sexto puesto en los Juegos Olímpicos de Tokio.

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Llegada de Asier Martínez a Pamplona

Cánticos, pancartas, bengalas, un aurresku y muchos abrazos para homenajear a un atleta que, tras años de esfuerzo y sacrificio, ha podido cumplir su sueño: ser olímpico y, por si fuera poco, colarse en la gran final. Como no podía ser de otra forma, Asier Martínez Etxarte (22/4/2000) ha tenido un recibimiento de auténtico campeón en Pamplona. Casi un centenar de personas, entre amigos, familiares y compañeros han querido mostrar su cariño al joven vallista de Zizur, que se ha mostrado visiblemente emocionado ante el apoyo de sus seres queridos. Esos que siempre le han ayudado y que ahora vibran con cada uno de sus éxitos. Un soporte incondicional y necesario en el exponencial crecimiento del vallista.

Como ya ocurriera tras su cuarto puesto en el Europeo de pista cubierta de Torun en marzo, Asier Martínez vivió un recibimiento de verdadero ídolo. El de Zizur salió tranquilo del tren, pero intuyendo que algo raro pasaba. Demasiadas cámaras apuntaban hacia su vagón y en seguida se dispararon todos los flashes. Una imagen más propia de deportes de masas como el fútbol y que Asier Martínez ha conseguido trasladar también al atletismo. Ha logrado enganchar a la afición navarra, que madrugó con entusiasmo para vibrar con sus increíbles actuaciones en Tokio. La gente se ha emocionado, ha disfrutado, le anima y le valora. Y, como él mismo dice, esa es su mayor recompensa.

"No hay mejor premio que el reconocimiento de tu gente. Esto es increíble porque, como deportista, el entorno es fundamental. Estoy eternamente agradecido a todos los que me han ayudado. Ahora, toca calmar la cabeza y disfrutar con mi gente de lo que no he podido en este último año", ha explicado.

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Recibimiento a Asier Martínez en Pamplona

Recibimiento a Asier Martínez en Pamplona

Los tres pilares de su éxito son su familia, sus compañeros de equipo y sus amigos. Es el entorno que le cuida y le ayuda tanto en los buenos como en los malos momentos. Les debe parte de ese diploma olímpico y es consciente de ello. Después de una temporada larga y dura, toca agradecérselo y disfrutar junto a ellos. Y eso es lo que hizo en cuanto llegó a Pamplona tras un interminable viaje desde Tokio.

Una familia de deportistas

Nada más salir de la estación y tras unos segundos petrificado por la presencia de tanta gente, se fundió en un emotivo abrazo con su familia: sus padres, la exvallista Elena Etxarte y Jesús Martínez -también aficionado al atletismo-, y sus hermanos Aitor (vallista como él y con el que entrenó en el confinamiento) y Nagore. Una familia de deportistas con los que disfrutó de su primer capricho: una buena comida junto a sus seres queridos. “A Asier le encanta comer y hemos preparado varias cosas para que pueda elegir. Creo que no se va a quejar”, explicó su padre entre risas.

El éxito del ‘Swan Team’

Después de saludar a todo su entorno más cercano -tíos y primos incluidos, alguno todavía en silleta-, abrazó con efusividad a su grupo de entrenamiento, que acudió casi al completo a la estación de tren. “Es un triunfo compartido y nos ha regalado unos días muy bonitos”, reconoció Nerea Bermejo, otra de las vallistas de un grupo que no deja de cosechar éxitos.

El cerebro del Swan Team, el entrenador François Beoringyan, vivió eufórico la llegada de su pupilo, del que no le sorprendió su rendimiento en los Juegos: “Sabíamos que tenía esa marca en las piernas y ahora tenemos que disfrutar después de todo el trabajo que hemos hecho”. Una alegría que justifica miles de horas de entrenamiento, series interminables bajo las inclemencias del tiempo en Larrabide y cientos de kilómetros para competir. Son una familia y se nota. Con ellos vivirá Asier Martínez su segunda desconexión postolímpica. Van a pasar el fin de semana en una casa rural como más que merecido premio por su excelente temporada.

El apoyo de la ‘Azpi Crew’

Por último, corrió hacia sus amigos, que acompañaron toda la escena con cánticos, aplausos y la luz de varias bengalas. Además, la Azpi Crew cubrió con una pancarta en la que se leía Gure indarren gainetik gure harribitxia (por encima de la fuerza, nuestra joya) la valla de acceso a la estación. La valla ya no parecía tan alta, ya ni existía. Algo así le debe suceder a Asier en las carreras. Con el apoyo de su gente, puede superar todos los obstáculos sin esfuerzo, como si no estuvieran. Su cuadrilla le apoya y celebra con orgullo que Asier Martínez, ese que salta vallas por la tele, es su amigo. Un amigo para toda la vida y que, como prometió tras la final, les debe “una buena juerga”.