Tróspida individua que ha alcanzado su cuarto de hora de fama por un vídeo en el que se muestra devastada (expresión literal) porque, pese a su militancia alimentaria en la verdura y la fruta, a su hija le han impuesto en el colegio el disfraz de pescadora: Confieso que cuando me eché a los ojos su patético desparrame, pensé que se trataba de un gag con pretensiones cómicas. Incluso siendo consciente de la imparable subida de la marea de la estupidez humana a mi alrededor, me resultaba increíble que alguien que tuviera un mínimo sentido del pudor fuera capaz de soltar tantas y tan patéticas insensateces como las que usted farfulló delante de una cámara. No me apena tanto por usted como por la pobre criatura en cuyo nombre dice hablar.