La Vuelta 2023 parece sentenciada a dos días del final, por la insultante superioridad del Jumbo-Visma y la sensación de falta de fuerzas del resto del pelotón, en el que no se vislumbra, ni se ha vislumbrado desde el hundimiento de Remco Evenepoel camino del Tourmalet, un rival para el conjunto neerlandés.

La pelea, si la hay, que está por ver, más parece por el cuarto puesto que ocupa Juan Ayuso y al que aspiran Mikel Landa y Enric Mas. Los tres en 30 segundos.

La jornada por Guadarrama de hoy se vislumbra propicia más para movimientos tácticos que para ataques poderosos. Hay muchos puertos, hasta 10, pero son todos de Tercera. Y pensar que en ese terreno el Jumbo pueda sufrir suena a quimera. Ni aunque alguien sea capaz de seguir la rueda de Remco, escapado todos los días a nada que haya una cuesta.

Pero si hay otro equipo que ha mostrado fortaleza en esta última semana es el Bahrain, cuyo ingente trabajo en el Angliru permitió a Landa ganar un puesto y acercarse a Ayuso, que parece terminar la carrera en la reserva.

Pero tampoco Landa se muestra pletórico, que tras arañar tiempo en el Angliru intentó al día siguiente en La Cruz de Linares repetir la maniobra. Y no solo no le salió sino que incluso cedió 3 segundos ante sus dos rivales. Uno le alejó a 19 segundos y otro se le acercó a 11.

Pero si Ayuso y Landa no ofrecen grandes sensaciones, qué decir de Mas: “No puedo más, estoy k.o”.

La situación casi obliga al Barhrain, y Landa parece decidido a coger el guante, a pesar de que los puertos “cortos y explosivos” no son tanto de su agrado como lo sería, por ejemplo, Navacerrada.

Quizás imbuido por ese espíritu postrero de final de carrera y por estar en casa, que no por las fuerzas, también Ayuso quiere motivarse para hoy e intentar luchar por una victoria de etapa que le garantizaría además ese cuarto puesto final.