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Amnesia sobre la bici

El 8 de marzo, en la París-Niza, el ciclista navarro David Latasa dio un susto impresionante a sus compañeros y directores del equipo Banesto al sufrir una amnesia temporal tras una caída en la cuarta etapa. Foto Archivo

Amnesia sobre la bici

Pocos ciclistas llevan la cuenta de las caídas que sufren, porque acaban siendo unas cuantas a nada que se alargue un poco la carrera deportiva. Y tampoco es fácil que cierren éstas sin tener que lamentar algún hueso roto -especialmente los escafoides y las clavículas, los más expuestos-.

Por eso, cuando el pamplonés David Latasa se fue por los suelos en el kilómetro 70 de la cuarta etapa de la París-Niza, arrastrado en su caída por el francés Francis Moreau (Cofidis), nadie, ni él mismo, le dio importancia al accidente. "Chapa y pintura", suelen decir en estos casos los ciclistas. Es decir, magulladuras varias y alguna raspadura más o menos dolorosa.

Latasa, que sufrió un mínimo golpe en la cabeza, volvió a montarse en la bicicleta, pero su director Eusebio Unzué comprendió enseguida que algo no iba bien:

"El golpe en la cabeza era tan leve que ni siquiera se hizo un rasguño en el casco", comentaba dos días después. "Y, sin embargo, cada tres minutos me preguntaba por el intercomunicador: "¿En qué carrera estoy? ¿Qué hago aquí?". Se lo explicaba, pero lo olvidaba casi inmediatamente. Se puede comprender el susto que nos llevamos".

Alertado el médico de la carrera, examinó al ciclista sin advertir el más mínimo problema físico y le dejó recorrer los 120 kilómetros que faltaban hasta la meta, para trasladarlo después a un hospital de Saint Etienne, donde el análisis por escáner no reveló ninguna lesión.

Y, después, en observación toda la noche y regreso a casa para someterse a un nuevo chequeo más a fondo en la Clínica Universitaria, donde tampoco se apreció nada.

Con su humor habitual, Latasa explicaba dos días después lo sucedido: "Me gustaría salir a entrenar mañana, pero quizás olvide cómo se vuelve a casa... He perdido unos días de mi vida, porque he disputado cuatro etapas de la París-Niza y casi no recuerdo nada de ella. Un leve detalle del prólogo, un avituallamiento en un repecho y poco más. El siguiente recuerdo es ya en el hospital".

Todo quedó en un susto y en una curiosa anécdota, y Latasa no tuvo impedimentos para alargar su carrera deportiva hasta 2006.