Es lo que va a hacer un grupo de piragüistas que salió de Pamplona el viernes pasado con destino a Nepal, donde llevarán a cabo una expedición en aguas bravas por el río Thuli Bheri, de 265 kilómetros de longitud. Es un río poco conocido, extraño -cambia de nombre por el de Bheri a medio camino de la desembocadura- y peligroso, que exigirá a los palistas una buena técnica y preparación específica para atravesar rápidos de la clase 6, el máximo grado antes de entrar en lo que se considera territorio infranqueable.
Protegido durante buena parte de su curso por las imponentes montañas del noreste nepalí, el Thuli Bheri alcanza un nivel medio de dificultad de cinco sobre un máximo de seis. Con la estampa que ofrece desde la llanura el Dhaulagiri (8.167 metros), los piragüistas tendrán que atravesar un buen número de gargantas, algunas de ellas muy profundas y peligrosas, en una zona del país especialmente aislada, donde la posibilidad de asistencia exterior se reduce al mínimo. Emplearán doce días de navegación para completar el curso del Thuli Bheri, con una media de 7 horas por jornada en el agua.
Alex Ruiz, Aníbal Gorraiz, Javier Arenaza, Igor Miguéliz y Salvador Meca integran la expedición. Son conscientes de que dependen por entero de que la canoa o el equipamiento no sufran daños irreparables, porque significaría el fin de su aventura. "No hay opciones de ayuda. Si alguno pierde la canoa deberá descender por tierra hasta una zona habitable y esperar al resto al final del recorrido. Está hablado y es lo que se hace habitualmente", comentó Alex Ruiz, organizador de la aventura y uno de los principales referentes de esta modalidad en Navarra.
perder la canoa Cuenta que en 2006, en otra expedición que llevó a cabo a Nepal, uno de los componentes de la expedición vio cómo perdía la piragua en un accidente. El afectado tuvo que comenzar el viaje a pie mientras el resto de sus compañeros seguían río abajo, hasta que pasados unos kilómetros encontraron la citada canoa y un nepalí junto a ella. "Hubo que pagarle porque decía que se había jugado la vida por rescatar la canoa de la mitad del río. Aunque sabíamos que no era posible, le pagamos, pero fue hábil y negoció por separado con dos del grupo, por lo que se fue con el doble del dinero".
Cada integrante de la expedición portará en su piragua un saco de dormir, esterilla, una carpa para dormir, comida liofilizada para diez días, una potabilizadora de agua y algo de ropa. En total, unos 13 kilos y un montón de años de experiencia previa con los que aspiran a convertirse en la cuarta expedición que completa los 265 kilómetros del Thuli Bheri. Calculan que la temperatura máxima del agua rondará los diez grados y cada día tienen previsto comenzar la jornada sobre las siete de la mañana y terminar de remar sobre las cuatro de la tarde. Así, durante 12 días.
víveres en el trayecto Aprovechando la tradicional hospitalidad de la población nepalí y su necesidad del dinero de los turistas, creen que podrán adquirir víveres adicionales en los escasos puntos habitables que encuentren a lo largo del río. Llevarán dinero en metálico y documentación para poder hacer frente a cualquier contratiempo que se les presente en los 30 días aproximadamente que estarán en el país.
Por los estudios previos que han llevado a cabo saben que la parte más difícil del Thuli Bheri la encontrarán al inicio del recorrido, en la zona conocida como Chisapani, donde el río adquiere un volumen de 600 metros cúbicos por segundo. Embarcarán en el pueblo de Takarot desde donde abordarán un primer tramo de 32 kilómetros hasta Tribikot con poco volumen y mucho desnivel. Ahí encontrarán rápidos de la clase 3 y 4, con una dificultad similar a la que hallarían en los Pirineos o en los Alpes.
Después se encontrarán con el conocido Cañón Colorado, la sección más técnica de todas con unos rápidos que nunca bajan del nivel cuatro. Serán 25 kilómetros de remar en una zona especialmente aislada y dificultosa, en medio de un cañón abrupto que no ofrece posibilidades de una retirada fácil.
En Awulgurta el río Thuli Bheri recibe el caudal de varios afluentes, lo que convierte esos 3 kilómetros en los más delicados del recorrido, con rápidos de nivel 5 y 6. Aunque no es lo que más les gusta hacer, Alex y su grupo intuyen que en esta zona no sería extraño que tengan que apearse de las canoas y atravesar por tierra los pasos más complicados. La travesía acabará en Chispani, poco después de la zona de los cuatro cañones.