Inaxio sí puede con la piedra de 300
Tras dos intentos fallidos, El levantador de Leitza alza la enorme mole y bate su propio récord
Como dice el refrán: A la tercera va la vencida. Tras dos intentos fallidos, el harrijasotzaile leitzarra Inaxio Perurena consiguió ayer batir su propio récord y levantar la piedra de 300 kilos, una marca superada únicamente por su propio padre, su paisano Mieltxo Saralegi y el guipuzcoano Gabitegi. A sus 29 años, Perurena ya puede decir orgulloso que pertenece a este selecto club de levantadores. "No me lo puedo creer. Estoy encantado, feliz de haberlo conseguido porque llevaba tiempo preparándome para la prueba", admitió tras finalizar la exhibición en un abarrotado frontón municipal de Leitza.
Visiblemente emocionado, el deportista reconocía que la prueba de ayer tenía un valor "muy especial" para él, después de los intentos fallidos de noviembre y diciembre. "He entrenado duro y no me he rendido porque veía que era capaz de hacerlo. La piedra pesa 300 kilos, pero, al final, me parecía que estaba levantando 400 kilos por la presión que sentía", reconoció el de Leitza.
Tres golpes
Calentando con 200 y 250 kilos
Al igual que en las dos anteriores ocasiones, Perurena comenzó la prueba levantado moles de 200 y 250 kilos antes de enfrentarse a la de 300. Y, como se esperaba, no tuvo problema alguno en esta fase previa: las alzadas fueron perfectas y pudo calentar los motores para dar paso al momento del día.
Con la inestimable ayuda de su hermano Xabier, Perurena colocó debidamente la piedra y se concentró durante varios minutos antes de iniciar la operación. El público respetó el deseo del protagonista y aguardó esos instantes en silencio, a fin de no desconcentrar al deportista. Y, poco después de las 13.15 horas, el harrijasotzaile se colocó ante la piedra y, sin pensarlo dos veces, en solo tres golpes, la alzó sobre los hombros. En un abrir y cerrar de ojos, la enorme mole subió y bajó, provocando una cascada de aplausos por parte del público.
Satisfecho con el resultado, Perurena se abrazó a su hermano y decidió probar por segunda vez, aunque el esfuerzo realizado le impidió batir la marca por segunda vez. "He querido ofrecer una segunda alzada al público, pero no ha podido ser. En todos estos meses me he sentido muy arropado y animado por los vecinos, amigos y seguidores y quería darles las gracias", indicó emocionado. En cualquier caso, el objetivo estaba cumplido y Perurena se mostraba encantado con la hazaña: "Me cuesta creer que ya lo he conseguido, es increíble".
¿Y a partir de ahora qué? Se preguntaban muchos desde la tribuna del público, donde se pudieron ver caras conocidas del deporte rural como los aizkolaris Joxemari Olasagasti y Jon Rekondo, el segalari Jon Kanfranka y el propio padre del protagonista: Iñaki Perurena. "A partir de ahora seguiré entrenando duro. Mañana mismo, me tomaré mi café de la mañana y continuaré levantando piedras con el objetivo de seguir mejorando mis marcas", avanzó el harrijasotzaile.
La jornada se completó con la exhibición de levantamiento de piedras que ofrecieron Ostolaza, Urrutia, Bertiz y Ariztegi. En parejas e individualmente, los cuatro harrijasotzailes dieron espectáculo levantando piedras de 100, 113 y 125 kilos y, aunque las pruebas estuvieron más que reñidas, finalmente Ostolaza y Urrutia se impusieron a la segunda pareja con 96 alzadas frente a las 92 realizadas por sus contrincantes.
Por su parte, el joven guipuzcoano Joseba Esnaola demostró al público las cualidades deportivas de las que dispone con tan solo 19 años, alzando piedras de más de 100 kilos.
Al finalizar el espectáculo, todos los deportistas recibieron un distintivo de manos de Lontxo Perurena, miembro del taller de personas con discapacidad de Leitza. Y, como manda la costumbre, se fotografiaron junto al protagonista en una imagen que pasará a la historia del deporte rural. Desde ayer, ya son cuatro los hombres capaces de levantar una piedra de 300 kilos.