LA Fórmula 1 nació en 1950, pero las carreras de coches tienen una historia mucho más larga. Se dice que una subida al Monte Igeldo en 1908 fue la primera competición automovilística en España, y que en octubre de 1923 se disputó el primer Gran Premio de España reconocido como tal, en un circuito peraltado con forma de óvalo en Sitges-Terramar.
Y lo que no admite ninguna duda es que el primer gran circuito fue el de Lasarte, creado muchos años antes que los de Pedralbes y Montjuic.
La localidad de Lasarte aún pertenecía a San Sebastián y desde ella partía un circuito de casi 18 kilómetros que visitaba Andoain, Urnieta y Hernani. En julio de 1923 se estrenaba con la Gran Semana Automovilística de San Sebastián, y desde 1926 a 1935 acogía el Gran Premio de España, la carrera más importante del calendario nacional.
En 1933, el GP de España lleva dos años sin celebrarse por la falta de apoyo del gobierno republicano de Alcalá Zamora, y esa ausencia y el cierre del casino donostiarra provocan un bajón en el turismo y el consiguiente déficit en el comercio de la ciudad.
Para evitarlo, el Automóvil Club de Gipuzkoa y el ministro de Obras Públicas Indalecio Prieto se ponen de acuerdo para resucitar el circuito, y consiguen reunir a los tres grandes constructores del momento, Bugatti, Alfa Romeo y Maserati, que no se enfrentaban entre sí desde 1925.
1933 ha sido un año terrible para el automovilismo deportivo, con seis accidentes mortales, tres en Monza quince días antes de Lasarte, y todos ellos con un denominador común, los dorsales impares, que se evitaron en el GP de España.
En los días previos de entrenamientos, el italiano Tazio Nuvolari (Maserati) causa la mejor impresión y se convierte en el rival a batir el día de la carrera, con permiso de los nuevos Bugatti de 2.800 cc, que se muestran reservones en los entrenamientos para no desvelar su potencial
Será, por cierto, la última ocasión en la que en un gran premio se da una salida lanzada. Nuvolari demuestra que es el favorito desde el principio, seguido de lejos por los Alfa Romeo de Louis Chiron y de Fagioli. Los nuevos Bugatti resultan ser muy inferiores y nada parece poder evitar el triunfo de Nuvolari.
Pero en la vuelta 17ª empieza a llover suavemente y en la 19ª ya cae torrencialmente. Nuvolari no baja el ritmo y sufre un accidente en la vuelta 21ª que le impide ganar la carrera. Chiron, que le seguía a un par de minutos, aplica una táctica más conservadora y se adjudica el triunfo, primero de un Alfa Romero en el GP de España (el segundo y último sería en 1951, ya dentro del Mundial de Fórmula 1, y con un tal Juan Manuel Fangio al volante).
El circuito de Lasarte aún acogió dos grandes premios más en 1934 y 1935, pero después llegaron la Guerra Civil y la II Guerra Mundial, y no hubo GP de España hasta 1951. Y, para entonces, el circuito urbano de Pedralbes, de 6.316 metros, se adapta mucho mejor a lo que los aficionados al automovilismo quieren -más vueltas en un trazado menor-, dejando obsoleto el circuito de Lasarte.