La era moderna de la Behobia arrancó en 1979, cuando se retomó la organización de una prueba a la que, además, decidió otorgarse un carácter popular. Desde entonces se han celebrado 35 ediciones, y solo hay dos atletas que han completado su particular pleno y las han terminado todas. Se trata de Juan Carlos Díaz Peralta, irundarra de 62 años, y de Ander Díez Azparren, donostiarra de 60. Los dos recibieron ayer de la organización sendas camisetas conmemorativas, el uno con más nervios que el otro.
“Estoy lesionado. Tengo un edema óseo. Si me preguntas ayer -por el jueves- te contesto que no voy a correr. Pero todos los actos previos, las invitaciones y esta presentación me han motivado a presentarme en la salida. Haré un kilómetro andando y otro corriendo. A ver si termino en el tiempo estipulado por la organización, dos horas y 45 minutos. Retrasaré dos meses todo el proceso de recuperación, pero valdrá la pena”, comenta Juan Carlos Díaz, animado por su compañero, al que conoció ayer. “Seguro que la terminas. Eres deportista, y en la Behobia el público te lleva en volandas”, señala Ander Díez.
Su mejor marca es 1h.16. La de Díaz Peralta, 1h.15. Ya no se ven superándolas. “Ahora corremos por pura ilusión, y porque hacerlo es invertir en salud”, señala el donostiarra, que califica de “acierto” la recuperación del viejo recorrido. “Los toboganes de Lezo y el puerto eran zonas muy desangeladas”, coinciden ambos, mientras recuerdan también la antigua salida. “Ahí solíamos estar todos esperando, enlatados en un callejón, hasta que bajaban la manguera de Bomberos que hacía las funciones de cinta y empezábamos a correr”.
Los dos se animaron a participar en la edición de 1979 porque un mes antes habían corrido el Maratón de Donostia, “que entonces se celebraba en octubre”. “¿El increíble crecimiento de la Behobia? Fantástico. No hay que mirar al pasado con nostalgia”, concluyen.