pamplona - ¿Cuándo decidió iniciarse en el arbitraje?

-El tema del arbitraje me ha gustado desde siempre. Con 13 o 14 años empecé a arbitrar partidos de futbito y algún campeonato mayor de fútbol sala. Lo he compaginado con el fútbol hasta que por la normativa al pasar el fútbol sala a pertenecer a la Federación Española de Fútbol, al no tener la duplicidad de licencias me obligó a elegir una de las dos y, como todos, me decidí por jugar a fútbol. Ya cuando dejé de jugar, como arbitrar se me había quedado pendiente, decidí retomarlo.

¿Considera que es algo que viene de la cuna?

-Yo creo que sí. Es algo que, si no te gusta, puedes aguantar solo un tiempo. Cuando eres joven el hecho de que arbitres un partido y te paguen un dinerillo a todo el mundo le sabe bien, pero para poder seguir con alguna experiencia mala tiene que ser algo vocacional, si no es imposible.

Es una profesión que conlleva mucha responsabilidad y presión. ¿Cómo lo lleva?

-Muchas veces no piensas en lo que es, simplemente en que estas ahí para tomar decisiones, e intentas hacerlo lo mejor posible. El error es humano y no tiene por qué trascender más allá.

Supongo que insultos habrá recibido unos cuantos...

-El tema de los insultos cuando estás arbitrando muchas veces no prestas atención a lo que dicen desde la grada. De hecho, las veces que sí se escucha no le das ninguna importancia. Es algo que está asumido aunque no debería ser así, pero yo no le doy muchas vueltas porque si no sería imposible de arbitrar.

¿Le han llegado a decir eso de “ponte gafas”?

-Hay de todo tipo. Hay veces que según qué insulto te digan o qué canción te tarareen, hasta hay momentos en los que te puede entrar la risa. Es parte del espectáculo.

¿En qué pabellón nota más el empuje de la grada?

-Normalmente en los pabellones pequeños donde el fútbol sala es el deporte número uno. Pabellones como el de Santa Coloma, Segovia, Guadalajara...

¿Cómo se afronta?

-Yo lo llevo bien; es más, los árbitros somos un poco masocas porque nos gusta que haya ambiente y presión porque eso al colegiado le motiva y hace que estés más concentrado.

Sin embargo, arbitrar le permite viajar...

-Sí, aunque hay veces que esos viajes pueden cansarte, pero la mayoría de las veces sí, te lo tomas como una manera de viajar e incluso si puedes disfrutar del fin de semana es algo muy bonito. En nuestro caso suelen ser palizas de carretera en coche porque no tenemos la suerte de los árbitros de fútbol, que van en avión a todos los sitios, que tienen los hoteles de categoría... lo nuestro es mucho más modesto y como hay que reducir gastos, la mayoría de ellos los hacemos en coche.

¿Tiene algún destino preferido?

-Quizás Zaragoza, porque normalmente allí juegan los viernes. Arbitras, vuelves y tienes el fin de semana libre; es uno de los sitios a los que nos gusta ir. Después, si ya vas a aprovechar el viaje par hacer un poco de turismo Galicia, Santiago de Compostela, Lugo, Burela... son buenos destinos. Cualquier sitio es bueno siempre y cuando no sea repetitivo.

¿Guarda alguna anécdota de algún partido?

-Siempre quedará grabado el partido de ascenso a Primera que arbitramos en Gran Canaria. Era el cuarto partido de play-off y jugaban Gáldar contra el Barcelona. Acabaron ganando los catalanes y salimos del pabellón escoltados por la Guardia Civil pese a que no había pasado nada. El pabellón estaba abarrotado y también había policía con perros dentro de la cancha y daba mucho respeto cuando corrías por la banda porque igual te ladraba uno (risas).

En su día fue también jugador de fútbol. ¿Nunca le ha tentado cambiar el silbato por las zapatillas?

-Muchas veces. Cuando hacemos el calentamiento no me puedo contener y le doy unos toques al balón o incluso vacilo con algún jugador. Es inevitable. A veces incluso cuando sale el balón por la banda, en vez de dejarlo salir, pongo el pie para pararlo.

¿Su hermano Richard le ha pedido consejo para manejarse mejor con el colegiado en el campo?

-Creo que no (risas). Pero creo que es una cosa que no está mal, que los jugadores se pongan un poco en el papel del árbitro e intenten ver el fútbol desde lo que es el árbitro. La mejor manera de entenderlo es arbitrar cualquier partido amistoso o entrenamiento. Los jugadores que lo han probado entienden la dificultad que entraña y, sin embargo, los que te critican es porque nunca han vivido esa experiencia.

Él acabó siendo el famoso de la familia. ¿Lo lleva bien?

-Yo lo he llevado siempre muy bien porque como él es el pequeño y yo ya había vivido las sensaciones de estar ahí, al contrario, es una alegría grande que le pase a él. Yo tuve la suerte de jugar en Segunda B con el Tudelano, no llegué a vivir el mundo profesional del todo, pero era una categoría con equipos profesionales y de alguna manera lo palpé.

¿Nunca hubo piques entre hermanos?

-No, de hecho tenemos una anécdota porque estando yo en la Peña Sport mis hermanos estaban en San Juan y coincidimos esa temporada. Nos enfrentamos y ahí quedan las fotos para el recuerdo de los tres juntos jugando los tres partidos. Es una cosa muy bonita.

El otro día a Richard le tocó sentarse en el banquillo y dirigir al equipo. ¿Le bromeó?

-Fue una anécdota o una curiosidad más. El hecho de que tanto el primer entrenador como el segundo se vean fuera del banquillo por estar sancionados y que mi hermano tuviera que dar instrucciones desde el banquillo, no es algo que pase habitualmente (risas). Sí que lo comentamos, pero quedó en lo que fue, en una anécdota.

De árbitro a árbitro, ¿cómo vio la actuación de Sánchez Martínez?

-Creo que en alguna de las decisiones se equivocó. Por ejemplo se vio un penalti muy claro que no se pitó y luego el entrar a valorar las expulsiones o comentarios que se pudieron decir es muy difícil saber desde fuera el tono en que se dicen las cosas ni cómo se dicen. Lo que está claro es que hubo un penalti muy claro y así lo mostraron las imágenes. Aunque muchas veces el árbitro, dependiendo de la posición en la que esté, igual una jugada muy clara en ese momento si pasa alguien por delante no la ves. Estoy seguro de que si no lo pitó es porque tenía dudas o no lo vio.

Y le ha salido un hermano gemelo. A donde va David Urdánoz va usted también...

-Sí, la pena es que yo termino esta temporada y se nos hará muy duro a los dos, pero sobre todo a él porque el comenzar la temporada que viene con otro compañero supongo que será un poco más difícil.

Se le hará raro cuando le pongan con otro.

-Sí porque hemos arbitrado once temporadas en categoría nacional juntos. Quitando alguna vez que hemos pitado con otro por motivos de lesiones o por bajas, siempre hemos estado juntos y cuando no es así se hace extraño. Con mirarnos ya sabemos lo que vamos a hacer y de esta forma es todo mucho más sencillo.

Y el 30 de junio, su retirada...

-Cuando empiezas ves la fecha y te parece que es lejana, pero con el paso del tiempo en seguida llega y es una pena porque me hubiese gustado dejarlo porque ya te has cansado o no estás motivado pero ahora mismo seguiría un tiempo más. Pero es ley de vida y no puedo hacer nada.

Volviendo a las canchas, en ellas es usted quien pone orden. ¿En casa también es así?

-Como vivo solo no tengo ningún problema porque no peleo con nadie (risas). En la cancha está claro que el árbitro es quien tiene que poner orden, pero eso no quiere decir que tengas que ser autoritario. De hecho, yo siempre cuando jugaba nunca me gustaba la imagen del árbitro autoritario, que te gritaba y de alguna manera se hacía señalar y llamaba la atención. A mí siempre me ha gustado más lo contrario, el intentar pasar desapercibido, ser dialogante, que acabe el partido y a poder ser que no hablen de tu actuación.

¿A quién le arbitraría, a Cristiano o a Messi?

-No sé. Creo que la actitud en el campo de uno y de otro son bastante diferentes. Messi es un jugador que intenta pasar más desapercibido, no es un futbolista que suela protestar mucho al árbitro y que haga gestos y aspavientos. Cristiano Ronaldo se da más notoriedad tanto en el campo como en el aspecto de su imagen pública. Son diferentes, pero quizás el estilo de Messi me parezca mejor.

¿Qué opina de su polémica fiesta?

-Creo que eso se ha sacado de contexto. Al final todos tenemos vida privada. El tema es que perdieron 4-0; sin embargo, si hubiesen ganado 0-4 lo hubiesen estado celebrando y no hubiese pasado nada.

¿Cómo ha vivido el revuelo de Osasuna?

-Me ha sorprendido entre comillas. Sobre todo que haya salido todo ahora. Esto yo creo que la persona que lo ha desvelado tenía que haberlo hecho antes. Si había habido salidas de dinero de manera no justificada, el que sea tenía que haberlo denunciado, pero lo que hay que hacer es que esto no se quede aquí y si hace falta imputar a esas personas, justificar dónde ha ido ese dinero, devolverlo y si alguno tiene que ir a la cárcel, que vaya.

¿Cree que puede salpicar a todo el club?

-El problema es que han pasado muchas directivas por ahí. Hablar sin tener pruebas es complicado, pero creo que desde hace ya muchos años las directivas que han ido pasando se han ido aprovechando y como no ha habido un control de cuentas, se han aprovechado de la situación. Han ido pasando unos y otros hasta que finalmente se ha destapado todo. Ha habido mucha gente que se ha ido beneficiando del dinero de todos.

Este es un claro ejemplo de que la corrupción no solo está presente en la política; también en el deporte.

-Sí. Por desgracia hoy en día está corrompido todo. El fútbol, como deporte rey en España, pruebas directas no hay pero todos sabemos que en todos los traspasos de jugadores siempre hay dinero de por medio que se han llevado representantes, directivos y mucha gente. Como no se ha actuado, así están todos los equipos en la actualidad.

¿Cómo ve el futuro de Osasuna?

-Ahora mismo es bastante delicado. Espero que esta temporada consigan la permanencia, se trabaje la cantera y se empiece de una situación económica de cero para asentar las bases y que en un futuro pueda volver a Primera y ser lo que ha sido siempre.

¿A quién le sacaría una tarjeta amarilla?

-Yo creo que todos los que están a los mandos, tanto de política como si lo llevamos también al fútbol, se la merecen todos como advertencia.

¿Y la roja?

-Sin pruebas es complicado, pero en principio a los políticos. Sean del partido que sean.