La ocasión manifiesta de gol
evitar un gol cometiendo falta fue durante muchos años algo corriente en el juego y no era castigado con ninguna medida disciplinaria especial.
Fue a finales de los años 80 cuando se consideró por parte de la Internacional Boardque detener con la mano voluntariamente un balón que iba a entrar en la portería debía castigarse, además de con el correspondiente penal, con expulsión del jugador infractor. La medida resultó en principio muy radical y los árbitros de entonces la aplicábamos con un gesto de disculpa hacia el jugador que venía a significar algo así como: “Estoy obligado a expulsarte pero?”
A esta norma de expulsar por impedir un gol con la mano se añadió después otra que dice que se expulsará también, “por malograr la oportunidad manifiesta de gol de un adversario que se dirige hacia la meta del jugador mediante una infracción sancionable con un tiro libre o penal”.
Es interesante analizar este texto porque deja claro que no siempre evitar una ocasión manifiesta de gol del equipo adversario se castiga con expulsión, es típica en exámenes de principiantes la siguiente pregunta: “¿Expulsarías a un jugador que se cuelga del larguero y, ayudándose de ello, despeja el balón que iba a entrar en su portería?”, en este caso no cabe expulsión porque la falta no se realiza sobre un adversario, aunque se evite un gol.
Por tanto queda claro que se expulsa por malograr una oportunidad manifiesta de gol en dos circunstancias: cuando se hace con la mano y cuando se realiza una falta sobre un adversario; pero el nudo del asunto es definir qué es una oportunidad manifiesta de gol.
En el afán de acotarlo con claridad, se han llegado a manejar conceptos que en la práctica han enturbiado aun más la idea, me refiero sobre todo a lo referente al último defensor. Este concepto puede ser una referencia pero, por si solo, no resuelve la cuestión puesto que ese último defensor puede estar cerca o lejos de la portería y perpendicular o esquinado con lo que lo manifiesto de la ocasión puede ser muy relativo.
Al final, como tantas veces, el criterio arbitral apoyado en muchas sesiones de unificación y visionado de jugadas tiene que decidir si existe o no una clara ocasión de gol frustrada por la falta.
Se discute en la actualidad si el triple castigo -penalti, expulsión y partidos de suspensión- resulta excesivo y debería suavizarse. La Internacional Boarddecidirá en sus próximas reuniones y los árbitros, como siempre, aplicarán la norma que se les encomiende.
El autor es vocal de Capacitación del Comité Navarro de Árbitros de Fútbol.