- Desde que Osasuna anunciara el pasado jueves las variantes que va a sufrir el proyecto inicial de reforma de El Sadar, con un sobrecoste de 1,8 millones de euros que asumirá el club, y el anticipo de algunas medidas que tiene previsto adoptar la entidad para, entre cosas, compensar a sus socios por los cinco partidos de Liga que aún le restan por jugar al primer equipo y que, de disputarse, serán a puerta cerrada, un sector de la masa social rojilla ha dejado constancia de su malestar a través de las redes sociales.

Y es que varios socios, algunos de ellos compromisarios y tremendamente activos -en asambleas y otros ámbitos-, no tardaron en expresar su recelo por los cambios en el proyecto y en el presupuesto iniciales de la reforma de El Sadar, cuestionando, como ya hicieron en su día, la fórmula empleada para la adjudicación de la obra y la forma atropellada del club a la hora de informar sobre los cambios introducidos en la remodelación y en su coste final (a los 16 millones sellados en el contrato llave en mano, hay que sumar ahora 1,8 más).

Tampoco gustaron demasiado las medidas anticipadas por Sabalza para la compensación por los cinco partidos de Liga de esta temporada en El Sadar de los que no podrán disfrutar los socios -de producirse la reanudación del campeonato, será con enfrentamientos a puerta cerrada- y de los que no podrán ver el curso próximo. El club ofrece como contrapartidas la congelación del precio de los abonos para quien renueve, incluyendo los dos medios días del club, y un descuento del 3 % por cada partido sin público de la campaña que viene. La decisión contrasta con la que anunció ayer el Alavés, que reembolsará a sus socios la parte proporcional del abono correspondiente a los partidos a puerta cerrada en Mendizorroza de este curso.