s imposible que las Reglas de Juego contemplen todas las situaciones que pueden darse a lo largo de un partido, forzosamente hay jugadas que quedan sin describir y deben resolverse de una manera lógica apelando al espíritu del fútbol.
Dentro de los once casos que la Regla 12 enumera como causas de amonestación por conducta antideportiva hay uno que representa un auténtico cajón de sastre donde caben diferentes situaciones, dice así: “Mostrar falta de respeto al espíritu del fútbol”. Es fácil deducir que ahí caben muy variadas situaciones que el árbitro debe juzgar más allá de las habituales zancadillas, manos o protestas y puestos a ejemplificar un par de ellas me referiré a dos muy concretas que sirven a menudo como preguntas en los exámenes teóricos para árbitros jóvenes, raramente se ven en los terrenos pero entran dentro de lo posible.
1.- Un jugador se apoya sobre los hombros de un compañero para poder saltar más y rematar así de cabeza.
2. - Un defensor se cuelga del larguero de la portería para despejar el balón con la cabeza.
Convendrás conmigo, querido lector, que no es habitual ver estas jugadas por esos campos y que parecen extraídas de algún capítulo de Oliver y Benji pero es claro que los árbitros deben saber reaccionar ante ellas en el caso de que se le presenten.
Lo primero que debemos aclarar es si son o no legales y la respuesta es que no, pero entonces tenemos que encuadrar en algún lugar la infracción y lo haremos en el apartado antes mencionado de la Regla 12 considerando que el jugador trata de sacar una ventaja con su acción que supone una falta de respeto al espíritu de nuestro juego.
Al encuadrarlas dentro de la conducta antideportiva llevarán obligatoriamente aparejada la amonestación y al no estar contempladas dentro de las faltas que se sancionan con tiro libre directo tendremos, necesariamente, que sancionarlas con tiro libre indirecto, idéntica solución en ambos casos.
El autor es Responsable de Formación del Comité Navarro de Árbitros de Fútbol