La pamplonesa Carlota Ciganda ganó ayer su cuarto partido y fue decisiva en el logro de la tercera Copa Solheim de golf para Europa, ya que fue quien consiguió el último punto que daba a las europeas el empate ante los Estados Unidos (14-14), en la española Finca Cortesín (Casares, Málaga) y, con ello, el octavo trofeo de la historia.

Como dicta el reglamento del torneo, en caso de igualada final es la defensora del título la que retiene el trofeo. Al ser Europa la última ganadora, lo que hizo en la última edición, en 2021 en el Inverness Club (Ohio, EEUU), la representación del Viejo Continente mantiene la preciada Jarra de Cristal pese al empate a 14 en el marcador.

La primera Solheim en tierras españolas, en un campo espectacular y complicado, tuvo un cierre emocionante en la última jornada de ayer, con el empate tras la disputa de las dos jornadas anteriores que acabaron 5-3 para Estados Unidos el viernes y 8-8 el sábado.

Y fue la única representante española, la experimentada Carlota Ciganda, la que terminó siendo la heroína del equipo europeo, cumpliendo así su sueño de ganar la Solheim en España.

Su victoria ante la estadounidense Nelly Korda, número 3 del mundo y que venía demostrando un altísimo nivel, sirvió para dar el punto decisivo (14) que decantó la balanza y dejó en sequía a Estados Unidos, que lleva tres ediciones sin conquistar el trofeo y ya ve al rebufo a Europa, con ocho títulos por los diez de las norteamericanas.

La actuación de la golfista navarra ha sido sobresaliente durante todo el torneo y se lució en el momento decisivo para alcanzar sus cuatro coronas Solheim en seis participaciones desde que debutara en Colorado 2013.

Tras ver como su rival igualaba los tres hoyos de ventaja que tenía, cuando llegaba el renacer de una Nelly Korda, que parecía superarla, un maravilloso segundo golpe en el hoyo 16 aseguró el birdie para la navarra y volvió a ponerla con ventaja; y con un putt a bandera descontó otro golpe en el par tres del 17.

Ahí, acabo su partido y llegaba un punto 14 para Europa que ya dejaba la preciada Jarra de Cristal de nuevo en el Viejo Continente. Europa ya celebraba su empate-victoria y Carlota recibía los elogios de sus compañeras, de su equipo, del rey de España Felipe, que siguió la última jornada y, después, participó en la entrega de la Jarra. En La Solheim se vivió un golf exquisito y con una protagonista con acento español regalando una victoria.