¿Quién es?

Nada más y nada menos que dos Goyas figuran de momento en el currículum de la actriz Natalia de Molina. Nacida en Linares (Jaén), creció en Granada, donde siempre soñó con ser actriz. Recientemente ha confesado que su infancia fue muy dura, ya que sufrió acoso escolar. En 2013 le llegó su gran oportunidad de la mano de David Trueba, quien la fichó para el que sería su debut cinematográfico: Vivir es fácil con los ojos cerrados. Al año siguiente ganó el Goya a la Mejor Actriz Revelación por su papel en la película y dos años después, en 2016, recogió el Goya la Mejor Actriz Protagonista por Techo y comida, una cinta donde interpretaba a una madre sin recursos, convirtiéndose en la actriz más joven en lograr el cabezón. A los grandes premios de la industria española le siguieron sus primeros grandes éxitos de taquilla, entre ellos Kiki, el amor se hace, de Paco León, y otros dramas de autor como Elisa y Marcela, película de Isabel Coixet, o Quién te cantará, de Carlos Vermut, película por la que consiguió su tercera nominación al Goya. En total ha conseguido cinco nominaciones hasta el día de hoy.

¿Por qué ahora habla todo el mundo de ella?

Porque acaba de estrenar la película Operación Camarón y porque además, lejos de los focos, ha confesado que fue víctima de acoso escolar. Y lo ha hecho compartiendo un post con sus casi 97.000 seguidores en Instagram donde aparece una fotografía de su niñez y un texto que se volvió viral en cuestión de horas.

Vida personal

Discretísima con su vida privada, desde hace cuatro años vive una relación con Jesús Amores, periodista y promotor musical muy conocido en los círculos hipster de la capital. Además, su novio utiliza el nombre de Ego Fum para crear música electrónica, aunque es más conocido por representar a artistas urbanos, como el cantante de trap Cecilio G.

¿Tiene estilista?

Sí, y no tiene ningún problema en reconocer que para las grandes citas siempre recurre a Freddy Alonso, la persona que se esconde tras los looks de muchas de las actrices más famosas de España: Greta Fernández, Anna Castillo, Clara Lago, Ana Fernández, Juana Acosta... Éxito asegurado.

¿Cómo es su estilo?

Su look es femenino y elegante con claros guiños al armario masculino. A pesar de que comenzó su carrera con estilismos clásicos en la alfombra roja, se ha ido soltando la melena arriesgando cada vez más en sus elecciones con paso firme y muy buen criterio. En los Goya de 2019 destacó con un vestido blanco de Michael Kors y en 2020 tampoco pasó desapercibida con un vestido de plumas de Oscar de la Renta, pero fue en la gala de 2021 cuando dio la campanada y acertó de lleno. Inolvidable su traje blanco de JC Pajares con top fantasía tipo bralette-joya con tiras cruzadas bajo el pecho y confeccionado con malla bordada con estrellas y abalorios 3D semitransparentes.

¿Su mejor 'look'?

El que eligió recientemente para el Festival de Málaga (en la imagen) y que conquistó a todos con una combinación de dos tops de punto de Stella McCartney. Uno de ellos tipo bandeau, con tirantes y detalles abiertos, y por encima otro granate tipo traje de baño desbocado y con los tirantes cruzados por la parte frontal. El pantalón de vestir beige ancho y con varias pinzas, y las trenzas de boxeadora hicieron el resto.

Natalia de Molina, en el Festival de Málaga.

¿Y para el día?

Comodidad ante todo. En su día a día viste como lo haría cualquier chica de su edad, sin complicaciones. En las pocas imágenes que deja de su vida fuera de las cámaras presume de un armario en que reinan los vaqueros, los vestidos cortos y los chándales.

Su prenda fetiche

Los vestidos cortos con cierto aire naif.