Kia actualiza su modelo más urbano y compacto, el Picanto, “con un nuevo diseño y tecnologías avanzadas, para experimentar una conducción moderna, con estilo y disfrutar de la libertad que aporta el movimiento”. La movilidad, en estado puro. El vicepresidente de Producto y Marketing de Kia Europa, Sjoerd Knipping, lo describe aludiendo al hecho de que, “en parte, el éxito duradero del Kia Picanto es su atractivo para un público muy amplio, desde profesionales en activo hasta adultos y jóvenes que utilizan su primer coche. En una época en la que las sociedades luchan contra el aumento de precios, en la que los debates sobre el espacio urbano y la calidad de vida son cada vez más intensos, el nuevo Picanto permite a los clientes disfrutar de la libertad que aporta el movimiento”.

Es, en realidad, el momento idóneo para volver la vista atrás y recordar cómo en los años sesenta y setenta del pasado siglo nos desplazábamos en vehículos pequeños, que poseían sólo lo esencial para ir de un lado a otro, y todos estábamos encantados con ello. Estaba claro que veníamos del transporte sobre dos ruedas (ciclomotores, pequeñas motos y scooters) y el solo hecho de movernos sin pasar frío ni mojarnos, y con la seguridad adicional que aportaba contar con una carrocería en caso de accidente, era un lujo que se comenzaba a convertir en asequible para la mayoría de los usuarios, lo que a la postre representaría el triunfo de los coches utilitarios. Y la sociedad en su conjunto lo agradecía.

Kia renueva su utilitario urbano con un diseño, equipamiento, conectividad, seguridad y eficiencia propios de segmentos superiores

Hoy el Kia Picanto es un ejemplo perfecto de este saber hacer para atender las necesidades de movilidad, pero con la lógica evolución del paso del tiempo y la capacidad tecnológica de una marca de gran nivel. Comenzando por el diseño de este pequeño utilitario de cinco plazas y contenidas dimensiones (3,605 metros de largura, 1,595 de anchura, 1,485 de altura y 2,400 de distancia entre ejes, con un maletero de 255 litros de capacidad), como apunta la marca coreana, “su filosofía de Opposites United le confiere una imagen innovadora y atrevida, con un diseño moderno y deportivo”. La parrilla tiger nose, los grupos ópticos de led y las luces diurnas configuran un frontal llamativo y contundente, en contraste con una zaga “más sencilla y estable”, todo ello complementado por sus llantas de 14 o 16 pulgadas de diámetro y los nueve colores de carrocería. Como es lógico, en el acabado tope de gama, GT-line, el estilo deportivo se refuerza para aportar una imágén más dinámica y seductora. Por dentro, el Picanto nos convence con sus posibilidades de elección, desde acabados en tela negra a los detalles opcionales en negro brillante, las terminaciones en color en diversas molduras o los asientos de cuero sintético.

El capítulo mecánico queda integrado por dos propuestas de gasolina, ambas atmosféricas: la primera es un tres cilindros 1.0 de 998 cc, 63 CV, 9,5 kgm de par máximo, 145 km/h de velocidad punta y 5,4 litros de consumo medio; en tanto que la segunda recurre a un cuatro cilindros 1.2 de 1.197 cc, 79 CV, 11,5 kgm, 159 km/h y un gasto medio de 5,6 litros. Ambos propulsores se ofrecen con el cambio manual tradicional de cinco marchas o con uno automatizado también de cinco relaciones. Los dos motores son realmente convincentes, pero mentiríamos si no dijéramos que echamos de menos al 1.0 con turbo y 100 CV con el que el Picanto disparaba su atractivo y dinamismo en una etapa reciente.

La agilidad, agrado de utilización, facilidad de aparcamiento y dinamismo siguen brillando al excelente nivel de siempre en el Picanto

Y es que el Picanto, que en el pasado demostró las bondades de su bastidor con ese motor de 100 CV, ahora con los de 63 y 79 CV va totalmente sobrado de chasis, que destaca tanto por su agilidad, manejabilidad, buena estabilidad y facilidad de conducción, como por su agrado de utilización y unas posibilidades en el tráfico urbano a la hora de aparcar, merced a su reducido tamaño y eficaz dirección (2,8 vueltas de tope a tope), de auténtica referencia en el segmento. Como complemento y detalle tecnológico adicional, el Picanto ofrecerá vectorización del par en frenada, una función añadida del control electrónico de estabilidad que aporta mayor agilidad y aplomo en curvas y reduce el subviraje (tendencia a amorrarse del eje delantero) en los giros más cerrados.

La guinda del pastel llega con dos apartados estrella en los modelos de los últimos tiempos, la conectividad y la dotación de asistencias a la conducción. Con sistema de navegación de serie con pantalla táctil flotante de ocho pulgadas y una pantalla digital de alta resolución de 4,2 pulgadas para la instrumentación, conexión Bluetooth de dos dispositivos móviles al mismo tiempo, Kia Connect (con información de tráfico, meteorología, puntos de interés, aparcamientos, etc), reconocimiento online de voz y actualizaciones remotas, el pequeño Picanto es todo un grande en esto de la conectividad. Respecto a la seguridad, las ayudas a la conducción, sus sistemas de protección pasiva y la garantía de siete años o 150.000 kilómetros permiten disfrutar de un pequeño turismo que se comporta como un gran automóvil a la hora de salvaguardar a sus ocupantes. La movilidad, en estado puro, según Kia y desde 16.592 euros.