la NASA ha comenzado la cuenta atrás para jubilar las ya anticuadas lanzaderas espaciales, que durante décadas han puesto en órbita los transbordadores espaciales. A tal fin, el flamente impulsor Ares I ha sido ya trasladado a la plataforma de lanzamiento 39-B de la Estación Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral (Florida, EE.UU.). Está previsto que el vuelo de prueba de este cohete tenga lugar el próximo 27 de octubre. El Ares I llevará en un futuro a los astronautas al espacio en las naves Orion, que a su vez sustituirán a los actuales transbordadores, con lo que la agencia espacial culminará un completo reestiling.

Dicho de otra forma, los viajes al espacio en naves con apariencia de avión han tocado a su fin, ya que el módulo Orión recuerda, aunque sólo sea en la forma, a las históricas cápsulas del programa Apollo, en las que una docena de hombres viajaron a la Luna hace ya cuatro décadas.

El cohete de más de 100 metros de altura utilizará combustible sólido en su primera etapa y combustible líquido en la segunda y la nave Orion viajará instalada en su extremo superior tal y como lo hicieron las cápsulas Apolo.

El cohete Ares I también podrá llevar astronautas hasta la EEI en la primera etapa de un futuro viaje para el retorno del hombre a la Luna previsto para el 2020. En su vuelo de prueba ascenderá hasta una altitud de 40 km, periodo durante el cual se monitorizarán la aerodinámica, los controles y el rendimiento del cohete en esta primera fase. "Es un cohete de mucha altura. Hace más de tres décadas que nadie construía uno así, el último fue el Saturno 5", explicaba Trent Smith, uno de los ingenieros del Ares 1-X.

El sucesor de los transbordadores espaciales, destinado a comenzar sus primeros viajes hacia el año 2015, estaba planeado originalmente para dos diseños diferentes: uno de seis tripulantes que sería usado para llegar a la Estación Espacial Internacional, y otro de cuatro personas que sería el encargado de llevarnos de vuelta a la Luna en 2020.

Sin embargo, se ha tomado la decisión de reducir el número de tripulantes hasta cuatro para los dos diseños, aunque no dejarán de lado las posibilidades de la nave Orión, ya que según la NASA serán necesarios algún día.

Según la propia agencia, la reducción de la habitabilidad conducirá a acelerar los esfuerzos de la NASA para el programa Constelación de construir las nuevas naves, para poder comenzar los viajes en 2015 y garantizar una buena jubilación de los transbordadores, eliminando así el tiempo necesario para construir dos naves Orión diferentes, además del largo tiempo que gastaría la etapa de diseño de ambas naves.

cápsula Orión

Eficacia probada

El regreso al diseño clásico de cápsulas parece ser una senda sin vuelta atrás. Lo que no está tan claro es cuándo volarán por última vez las naves actuales. El director de la NASA, Michael Griffin tiene muy claro el plan: el último transbordador despegará en 2010 y en 2015 partirá el primer Ares I.

Orión vuelve a la forma cónica tan experimentada y eficaz para la abrasiva reentrada en la atmósfera terrestre. Así eran las cápsulas del programa Apollo y así siguen siendo las Soyuz rusas. Pero la nueva nave estadounidense es bastante más grande que esas dos. Con un diámetro de cinco metros y 3,3 de altura, pesará 15 toneladas vacía y tendrá 11 metros cúbicos habitables; dará cabida a seis astronautas en tránsito a la Estación Espacial Internacional (ISS) a partir de 2015 y después, en 2020 como pronto, llevaría a cuatro tripulantes de viaje a la Luna. Las Soyuz son de tres plazas, como eran las del Apollo. Estas últimas medían 3,9 metros de diámetro y 3,5 de altura, pesaban 5,8 toneladas y su cabina tenía seis metros cúbicos.