Protesta mapuche por la aplicación de la ley antiterrorista en La Araucanía
Lluvia de críticas contra el Gobierno procedente de las comunidades indígenas y de las organizaciones de DDHH
SANTIAGO. Decenas de mapuches realizaron en la noche del jueves una marcha pacífica en la capital chilena en protesta por la aplicación de la ley antiterrorista en la zona sureña de la Araucanía, con la que el gobierno pretende detener los atentados incendiarios que se han registrado en esa zona.
Sin embargo, un grupo de encapuchados levantó barricadas y se enfrentó con la policía que debió utilizar chorros de agua y gas lacrimógeno, aunque no informó de detenidos.
La manifestación en la capital se realizó horas después de que un grupo de desconocidos quemaran la vivienda del cuidador de una finca y una bodega en atentados ocurridos en la zona del llamado "conflicto mapuche", a más de 700 kilómetros al sur de Santiago.
Los atentados incendiarios han sido frecuentes desde el pasado 4 de enero, cuando un empresario agrícola y su esposa murieron calcinados en el interior de su vivienda, lo que ha reavivado la tensión en la zona, donde el Gobierno cree que operan grupos mapuches radicalizados que actúan como "organizaciones terroristas" con financiación exterior.
Tras el atentado mortal, el Ejecutivo reforzó el contingente policial en la zona, sin que hasta el momento se haya logrado frenar los ataques y también invocó la Ley Antiterrorista que será aplicada a todos quienes resulten culpables de los atentados incendiarios en el sur de Chile.
Mañana serán procesados dos hermanos, miembros de una comunidad indígena, como presuntos participantes en el ataque en que murieron el agricultor Werner Luchsinger y su esposa Vivian Mackay.
La policía señaló que una tercera persona detenida en las últimas horas, sólo será procesada por tenencia de armas ya que fue descartada su participación en el mortal incendio.
Una herida que no cicatriza
Los analistas insisten en que quizás uno de los problemas esenciales de este colectivo sea la ausencia de un representante que aúne todas las voluntades del pueblo mapuche. Por esa misma razón, el presidente Sebastián Piñera desistió de asistir a la gran cumbre mapuche del próximo 16 de enero en el cerro Ñielol.
Las demandas son tan diversas como los clanes que las exigen. Entre otras, incluyen la pretensión de autonomía, la recuperación de tierras ancestrales que estiman "usurpadas" y la defensa de su cultura.
Se trata no de una guerra entre indios y blancos, sino de la imposibilidad de cicatrizar heridas que se arrastran desde la segunda parte del siglo XIX, cuando el Estado chileno llevó a sus tropas a "pacificar" la Araucanía, impulsando el desplazamiento de los indígenas y fomentando la colonización extranjera con colonos italianos, españoles, alemanes y hasta bóeres holandeses.
En tiempos del ex presidente Ricardo Lagos y al alero de una nueva y desencantada generación, marcada por el fracaso de la ley indígena, nació la conflictiva Coordinadora Arauco-Malleco, calificada como organización terrorista, cuyos dirigentes están hoy presos.
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